Uno de los patinetes de la firma Lime-S | Cedida
Uno de los patinetes de la firma Lime-S | Cedida

La fiebre de los patinetes eléctricos

Se triplica la presencia de los nuevos vehículos de movilidad personal mientras surgen conflictos y se intenta regular su uso

El año 2018 será recordado por la eclosión de los patinetes eléctricos. En pocos meses, las calles han pasado a estar literalmente ocupados por estos artefactos que han convertido un juguete infantil en un medio de movilidad personal cada vez más extendido. Los vendedores lo confirman y los datos lo corroboran. La venta de patinetes eléctricos se ha duplicado y, en algunos casos, triplicado en el último año. Así lo asegura Frans Levadura, gerente de SoloRueda, una tienda de Barcelona dedicada a la venta de patinetes eléctricos, donde las ventas se han duplicado este año.

También a Battery Things, tienda de vehículos eléctricos de Mataró, han detectado un incremento del 30% en relación a la venta de estos vehículos desde el año pasado. Su responsable, Eloi Grabulosa, explica que también el año pasado se notó un boom y que el crecimiento en los dos últimos años "ha sido exponencial".

Grabulosa: "El crecimiento en los dos últimos años ha sido exponencial"

Coincidiendo con la Semana de la Movilidad que se celebra estos días un informe hecho público por el comparador de precios Idealo.es asegura que al Estado español la demanda de vehículos limpios como bicicletas o patinetes se ha triplicado (331%) el agosto de 2018. De este informe se desprende que Cataluña es la comunidad autónoma que más pide vehículos alternativos, sobre todo de bicicletas eléctricas y patinetes eléctricos. Desde idealo.es atribuyen este boom del vehículo eléctrico en Cataluña por la "gran preocupación por el medio ambiente" de los catalanes.

La realidad es que, además de contribuir al medio ambiente, el uso del patinete eléctrico facilita la movilidad por la ciudad de muchas personas y resulta un medio más pequeño, portable y mucho más económico.

Usuarios de todo tipo

Según explican los vendedores de patinetes, entre los usuarios de este vehículo hay desde hombres de negocios que han sustituido la moto por este medio, hasta madres que lo usan para traer los niños a la escuela y, incluso, "gente a la cual le han retirado el carné de conducir", explica Levadura.

Además, el patinete eléctrico también empieza a ganar adeptos entre la gente mayor, que encuentran una solución práctica y asequible en las dificultades de movilidad. Por su parte, Grabulosa explica que ha llegado a vender un patinete eléctrico con silla a una mujer de 80 años. Aun así, según datos recogidos por el responsable de Battery Things, la mayoría de usuarios de patinete son hombres, un 70% de los que los compran ante el 30% de mujeres.

Un buen patinete eléctrico no baja de los 500-600 euros y puede llegar a los 1.000 euros si se buscan vehículos más ligeros

No hay un hecho concreto que explique el auge de los patinetes eléctricos, si bien puede haber contribuido el hecho que figuras populares como Marc Màrquez hayan sacado una línea de vehículos con su nombre. Grabulosa cree que el hecho que grandes superficies hayan empezado a vender patinetes eléctricos también ha contribuido a su popularización.

De hecho, la aparición de modelos muy asequibles como el Xaomi, gracias al cual se puede tener un patinete por unos 400 euros, también ayuda bastante a explicar el fenómeno. Aún así los expertos consultados señalan que un buen patinete eléctrico no baja de los 500-600 euros y puede llegar a los 1.000 euros si se buscan vehículos más ligeros y con mayor potencia y autonomía.

Conflictos y regulación

El boom del patinete eléctrico y otros vehículos similares como los hoverboards ha comportado también la aparición de conflictos entre los usuarios de estos vehículos, que van tanto por aceras como por la calzada, y los conductores y peatones. En ciudades muy turísticas, como Salou, los patinetes y vehículos de movilidad individual se han convertido en una auténtica plaga en zonas como el paseo marítimo.

Un patinet Lime | Cedida Pero, de momento, sólo grandes ciudades como Madrid, Sevilla o Zaragoza han aprobado ordenanzas para regular el uso de estos vehículos a la vía pública. También Barcelona cuenta con una ordenanza que regula las normas de circulación para estos vehículos, y ahora ya se prepara ahora para intensificar la persecución de los infractores con multas de entre 100 y 500 euros.

Según la ordenanza barcelonesa, los patinetes eléctricos sólo los pueden traer mayores de 16 años y tienen que circular por los carriles bici, calles de plataforma única y parques. Si pueden superar los 20 km/h, también por las calzadas limitadas a 30. La obligatoriedad de circular por carriles bici ha hecho más difícil la convivencia entre ciclistas y usuarios de patinetes, sobre todo porque los segundos pueden llegar a superar los 40km/h.

El ordenanza limita la velocidad máxima de estos vehículos, que no pueden llegar a los 30 km/h en carriles bici segregados o calzadas, mientras que en carriles bici no segregados no pueden superar los 10 km/h. La estricta ordenanza de Barcelona, como también la que se ha aprobado en Madrid, dejan poco margen a las empresas de alquiler de patinetes eléctricos que quieran establecer negocio en la ciudad.

En idéntica situación se encuentra Valencia: en un contexto de polémica por la circulación y aparcamiento a las calles de la capital valenciana del patinete eléctrico de la firma Lime-S. La compañía ha empezado a operar a finales de este mes de agosto repartiendo sus patinetes por la ciudad, a los cuales sólo se puede acceder intermediado el desbloqueig que garantiza su propia aplicación móvil. Pero, después de las quejas del Ayuntamiento valenciano para invadir el espacio público, la Policía Local los ha recogido de las calles de la ciudad donde se habían distribuido.

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