La recuperación se olvida de las directivas

La mejora de la coyuntura económica no se traduce en una mayor igualdad salarial entre géneros y evidencia la cronificació de la brecha

Las mujeres ocupan poco más del 13% de los lugares de directivo en España, cifra que representa una ligera mejora respecto del año 2016, cuando sólo era del 11,8%. A primeros de la crisis la mujer ocupaba el 20% de estos cargos. Así, la mejora económica no ha venido acompañada de una mejor representación del género femenino en los cargos directivos, ni tampoco en cuanto a la retribución. La brecha salarial no baja del 18% en el caso de las directivas y ronda el 12% entre los cargos intermedios y empleados. Esto quiere decir que, en términos absolutos, un directivo cobra 80.119 euros y su homólogo femenino cobra 67.985. Estas son algunas de los datos que se desprenden del undécimo informe Diferencias salariales y cuota de presencia femenina presentado a la escuela de negocios Eada.

La ingeniera y consultora de ICSA grupo, Indry Canchila,y la doctora Aline Masuda, profesora e investigadora de Eada han explicado en qué situación ha quedado la mujer trabajadora y la mujer directiva con la recuperación económica: están mejor, igual o peor que al inicio de la crisis? La respuesta es negativa. La recuperación iniciada el 2015 parecía que dejaba ver un cambio en la presencia de directivas y en la desigualdad salarial. Sin embargo, los datos actuales muestran, según Masuda, "un problema más estructural que coyuntural".

Una ecuación perversa
Los datos son claros, las diferencias retributivas por categoría profesional este 2017 muestran que la brecha salarial entre los cargos intermedios y los empleados ronda el 12% y en las directivas es del 18%. Esta última cifra, apunta Canchila, se explica porque "a medida que tenemos más responsabilidad las mujeres vamos desapareciendo" y por lo tanto la diferencia entre los salarios se dispara. Tanto es así, que según los datos del estudio, sólo un 13,2% del total de directivos son mujeres, mientras que esta representatividad se ensancha cuando la responsabilidad decae. Así, el 24,4% de las mujeres tienen cargos intermedios en las empresas y el 41,2% son empleadas.


El análisis también muestra cuál es el reparto de la cuota de presencia femenina en el equipo directivo. La ingeniera destaca que "el protagonismo femenino se encuentra en los departamentos de recursos humanos y administración y finanzas". Por qué pasa esto? La disponibilidad es la explicación: "Hay cargos que necesitan una disponibilidad de 24 horas siete días a la semana", cosa que no casa con la flexibilidad que requiere la maternidad, por ejemplo. Pero la formación también añade motivos por esta representación acentuada en departamentos que requieren carreras actualmente muy feminizadas, como por ejemplo psicología o administración.

Según Masnuda, la crisis ha hecho devolver a las empresas el control, la rigidez y la disponibilidad absoluta, y "en un entorno así, la mujer pierde seguro. No hay espacio para la conciliación y la flexibilidad".

En cuanto a la evolución de las diferencias retributivas por categoría profesional, en el caso de la dirección, "la presencia femenina se ha recortado desde el 2008, con un pequeño repunte este año hasta el 13,2%, pero que de todos modos es un escenario crudo para la mujer", apunta Canchila. De este modo, además, "el hombre gana algo más que el año pasado respecto a la mujer". La consultora denuncia que las medidas para paliar esta lacra "no están siendo efectivas y la brecha salarial se ha disparado con la crisis". Todo esto teniendo en cuenta que ellas cuentan con más formación de media: un 48,1% tienen un título universitario –mientras que ellos son el 45,6%- y un 42,1% son máster o posgrado –frente a un 41,3% de ellos-.


Comparación con Francia e Italia
El estudio también ha investigado sobre la presencia femenina en Italia y Francia y la remuneración de las mujeres. Ambos países tienen una brecha salarial más baja que no la española: un 11,4% en el caso del país transalpino y un 12,6% al Estado francés. Si bien la presencia femenina en el Estado español es más alta en cargos directivos, en Francia esta cuota se ve recorte hasta el 12,6% y en Italia tan sólo el 8,6% de este tipo de lugares de trabajo está ocupado por una mujer.

Atendiendo las diferencias retributivas del equipo directivo, mientras en España se observa una estabilización de la brecha salarial, a los otros dos países se ha experimentado un ascenso oscilando a lo largo de estos años de crisis. Canchila destaca que España evoluciona de manera "similar en Francia, porque Italia tiene menos presencia femenina". Aún así, en este país la brecha es menor seguramente por la ley que obliga las empresas a demostrar que hay igualdad salarial.

Un problema estructural
Canchila tiene claro que este es un "problema estructural y que tenemos que dejar de pensar y actuar en todos los niveles: laboral, de empresa, cultural, de educación y legal porque el que hacemos no funciona".

Por Masuda es "decepcionando escuchar estos resultados teniendo en cuenta la mejora de la economía: sí que hay más presencia, pero la brecha persiste". La experta denuncia que "en España hay leyes muy generalistas y poco sancionables".

Las autoras del estudio Aline Masuda e Indry Canchila Foto: Eada


Las expertas ponen como ejemplo otros legislaciones que serían aplicables en el Estado español para intentar mejorar la situación en este sentido. "En Alemania el Gobierno aprobó, a principios de año, un proyecto de ley para impulsar la igualdad salarial entre hombres y mujeres a través de la transparencia y que garantiza el derecho de las mujeres a conocer el salario mediano de un grupo de hombres que realiza su mismo trabajo en una empresa", cosa que ayuda a negociar el salario. Según las profesoras las políticas de conciliación de referencia tendrían que ser las del modelo nórdico, potenciar el horario flexible, aplicar legislación como la italiana en el caso de la transparencia, compartir lugares de trabajo y dejar atrás la jerarquía estricta.

Otras medidas como "no poner la foto, el nombre, el género o la edad al currículum ayudan a tomar decisiones que no se verán influidas por los prejuicios", afirma Masuda. La consultora se ve sorprendida por el hecho que "aquí las ofertas de trabajo piden un hombre o una mujer o se puede preguntar si quieres quedarte embarazada, en los Estados Unidos esto representa una multa. Y esto también recorta la innovación, porque quizás puedes tener una persona de 60 años que trabajará mucho mejor que no un perfil que tú estás buscando y que te piensas que será tan bueno".

Así, la profesora entiende que la igualdad entre géneros no tendría que depender sólo de la recuperación económica sino "de un cambio en la forma de concebir y gestionar la empresa".

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