Las siete calidades de un buen líder

Liderar una empresa requiere habilidades, aptitudes y un aprendizaje constante

"Un CEO no nace, se va tirando todos los días y nunca está hecho del todo". Así se expresaba Isabel Aguilera, empresaria de dilatada experiencia en cargos directivos de empresas como Google o General Electric, en el marco de la sesión "La soledad del líder", organizada por Esade.

Aguilera repasó las diversas calidades que tiene que tener el máximo responsable de una empresa; desde la capacidad de asumir responsabilidades, pasando por la gestión de las emociones, el compromiso con el equipo, o como afrontar una reestructuración de la empresa.

1 – Saber planificar y cambiar
Cuando se asume la máxima responsabilidad de una empresa, si se tiene que hacer algún cambio, cuando antes mejor. "Tienes que crear tu equipo y pensar por qué te han dado esta oportunidad, y que puedes aportar para conseguir los objetivos", explica Aguilera.

Es bueno que el líder haga "su plan y lo venda a los diferentes públicos de la empresa, marcando las prioridades para ser eficiente", detalla. Igual que en política, fijarse unos primeros hitos por los primeros 100 días puede ser una buena medida. Conseguir early wins ayuda a cohesionar.

2 - Asumir responsabilidades
"Un buen líder tiene que saber repartir tareas entre su equipo", asegura Aguilera, pero "hay cosas que no se pueden delegar, como la gestión de las malas noticias". Así como es aconsejable extender la responsabilidad de los éxitos entre todo el equipo que ha formado parte, "cuando hay resultados negativos hay que asumir toda la responsabilidad", afirma.

Esta manera de funcionar puede provocar sentimientos de soledad , pero Aguilera destaca que "no te puedes sentir siempre solo, y si te sientes es que te has equivocado de lugar". Los momentos de vulnerabilidad están porque el líder es quien conoce las debilidades y quienes tiene más información, pero si siempre se siendo solo "no disfrutas y esto se transmite al equipo, cosa que no es positiva".

3 - No abusar de las emociones
La gestión de las emociones forma parte de las tareas del líder. Aún así, Isabel Aguilera afirma que "se tienen que poner en su término justo. Igual que en las escuelas de negocios se discuten los casos y se llama: 'los números por delante', aquí también. Todo el que sea objetivo tiene que ir primero para racionalizar las cosas".

Igualmente hay que tener "suficiente cintura" para saber como gestionar las emociones de cada persona, puesto que todo el mundo es diferente. A pesar de que por Aguilera se ha pasado de un extremo al otro: "al principio no se le daba importancia, y ahora abusamos de la emotividad al trabajo".

4 – Intuición y experiencia
Un buen líder siempre sabrá si su equipo está comprometido. Para hacerlo no le habrá que preguntarlo, tendrá bastante con "experiencia e intuición". Aguilera asegura que hay varias señales positivas que manifiestan el buen funcionamiento de la empresa, y que un buen líder sabrá percibir.

Cuando los objetivos se cumplen, la gente comenta las cosas y hace propuestas; cuando se sienten risas por los pasillos o hay actividad a la oficina fuera de horas; o cuando las escuelas de negocios y la prensa se interesan por la empresa. Cuando todo esto pasa, el líder "sabe que el camino es el correcto".

Ahora bien, un buen líder también tiene que saber percibir las señales negativas. Por Aguilera tanto el éxito como el fracaso generan "espirales ascendentes y descendentes respectivamente. El líder tiene que saber detectar a tiempo la espiral descendente y frenarlo antes de que sea demasiado tarde".

5 - Empatía
"Al líder le tiene que gustar la gente , es la esencia del liderazgo", afirma Isabel Aguilera. "Si te gusta la gente tienes más puntos para tener un buen equipo y hacer un buen liderazgo". Aún así, hace falta no confundir las cosas. "Del mismo modo que ser amigo de tus hijos no quiere decir ser mejor padre, a la empresa pasa igual. El buen rollo está bien en el término justo, sino se confunde la gente", señala.

"Te tienes que saber mantener a tu lugar, ganarte la confianza porque te expliquen las cosas importantes y entender el que necesitan, pero estela clara que sigues siendo la cabeza y qué posición tiene cada cual", insiste.

6 – Objetivo en los cambios
Una de las situaciones más complicadas que tiene que asumir un líder es afrontar reestructuraciones a la empresa que comporten bajas. "Las cosas se pueden explicar objetivamente con números, y así la gente lo podrá entender a pesar de que los duela", explica Aguilera.

Insiste, pero, en la necesidad que "la decisión tiene que ser objetiva, no aleatoria, en el momento de tener que prescindir de alguien. Por qué yo? Por qué a mí? Por qué en este momento? Si se pueden responder las tres preguntas, lo podrán entender".

7 – En constante formación
Si la formación ya es importante de por si, todavía lo es más para un CEO. "La formación es buena por tú, por el equipo, por los clientes, por la empresa, por todo el mundo!", asegura Aguilera. Además, permite "tener tiempo para pensar y ver qué pasa en el mundo para contrastarlo con el que tenemos en casa".

Un líder tiene la obligación de estar al día. Si bien no hace falta que sea lo mejor en todo, sí que tiene que saber de todo y estar informado de todo. "Es bueno conocer otras industrias, otras realidades y no sólo conocer la nuestra", afirma Isabel Aguilera, que apuesta por la "contaminación positiva de conocimientos".

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