Maternidad aplazada, a expensas de la empresa

La media de edad para tener el primer hijo a nuestro país es de 32 años, una edad que suele coincidir con la etapa más productiva de las carreras profesionales de una mujer

Hace cuatro años la Marta rompió con su pareja, con quien traían juntos más de siete años, y vio que su deseo de tener hijos peligraba. Tenía 34 años, un buen trabajo en una empresa del sector farmacéutico y recursos económicos estables, así que decidió optar por un tratamiento que minimizara el riesgo de no poder ser madre: la vitrificación de los óvulos, una técnica consistente en la extracción y congelación de óvulos porque más tarde puedan ser utilizados para quedarse embarazada en un proceso de fertilización in-vitro.

Hoy, esta técnica innovadora ha abierto una alternativa a todas aquellas mujeres que por voluntad propia o circunstancias ajenas – la carrera profesional, la carencia de recursos económicos o de pareja estable- se ven forzadas a retrasar la maternidad más allá de los 35 años, edad en que la fertilidad femenina empieza a caer en picado.

Conscientes de la importancia de la maternidad por las mujeres, compañías como Facebook y Apple han apostado para incluir el tratamiento de la vitrificación de óvulos a la cobertura médica de sus trabajadoras, en un tipo de incentivo para retener el talento femenino en un sector tan escaso de mujeres como el de las tecnologías.

"Por mí la vitrificación ha sido la segunda gran revolución después de la píldora, puesto que permite a la mujer preservar su maternidad", dice Amelia Rodríguez, directora médica de la Clínica Eugin, uno de los centros de reproducción asistida más destacados de Barcelona. Con más de 8.000 tratamientos anuales y pacientes de 76 nacionalidades diferentes, Clínica Eugin ofrece desde hace 15 años varios tratamientos de reproducción asistida, entre ellos la congelación de óvulos.

El tratamiento cuesta en torno a los 2.000 euros, incluyendo la extracción de los óvulos vía estimulación ovárica y la conservación de los óvulos en el laboratorio durante dos años. Un golpe pasado este plazo, si no se han utilizado todavía, la paciente tiene que pagar una tarifa anual de conservación.

La Marta, por ejemplo, que un año después encontró una nueva pareja y consiguió quedarse embarazada de forma natural, se plantea ahora si renovar o no la conservación de los óvulos por cinco años más. En el supuesto de que quisiera recorrer a sus óvulos para quedarse embarazada, se tendría que someter a una fertilización in-vitro, un proceso que a Eugin cuesta entre los 1.500 y los 1.800 euros.

Con titulación universitaria y sin pareja
"A nuestra clínica tenemos pacientes de perfiles muy diferentes, pero las que solicitan la vitrificación de óvulos suelen tener carrera universitaria, trabajan y no tienen pareja", comenta Rodríguez en el despacho de la clínica, donde no dejan de entrar y salir mujeres de aspecto extranjero. La mayoría provienen de países europeos cercanos, como Francia, Italia y Reino Unido, pero también hay de Rusia y norteños de África. "Hay que vienen a Barcelona porque encuentran limitaciones legales en su país. En cambio, la ley española sobre reproducción asistida es muy clara", añade Rodríguez.

Legislación sin ambigüedades, un servicio médico de alta calidad y precios competitivos gracias a los bajos costes laborales en comparación a otros países europeos han sido factores críticos a la hora de convertir Barcelona en un hub sanitario internacional, no sólo en el campo de la reproducción asistida. En los Estados Unidos, el coste del tratamiento con vitrificación de óvulos puede llegar a los 20.000 dólares. Por otro lado, se trata de un tratamiento alternativo a la "donación de óvulos", un procedimiento que para según qué culturas es difícilmente aceptable, puntualiza Amelia.

Carencia de información
"Nuestro principal prescriptor tendría que ser el médico, pero todavía queda mucha campaña de concienciación para hacer. La mayoría de mujeres todavía se enteran de esta técnica por la prensa, y a veces ya es demasiado tarde", lamenta Rodríguez. La doctora explica que la eficacia de la vitrificación y el éxito del embarazo in-vitro también depende de la edad. "En España hay una falta general de información sobre la fertilidad de la mujer. Cuando una mujer de 34 años va al ginecólogo y le explica que no tiene pareja y quiere ser madre, a menudo el médico le da un golpecito al hombro y le dice: "tranquila, que todavía eres muy joven!". Después quizás vuelve a los 38 y ya es demasiado tarde".

La media de edad para tener el primer hijo a nuestro país es de 32 años, una edad que suele coincidir con la etapa más productiva de las carreras profesionales de una mujer. Es el caso de la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, que ha confirmado el embarazo de su primer hijo a los 40 años. Otras mujeres con responsabilidades públicas, como Soraya Sáez de Santamaría, también han estrenado la maternidad pasados los 40.

Krista Walochik, presidenta por España y Latinoamérica de Talengo, una consultora de caçatalents y experta en selección de talento femenino por posiciones ejecutivas, clasifica la "iniciativa" de Facebook y Apple "como mucho propia de nuestros tiempos". "El que están haciendo es retrasar la maternidad, buscar instrumentos porque la mujer pueda gestionar el problema de la conciliación familiar más adelante. Te están diciendo: "No sufras". Es una forma de gestionar el estrés de un momento difícil de tu carrera", opina Walochik, después de una charla a altos ejecutivos organizada por Esade y el Banco Sabadell.

Sin embargo, la experta insiste que las empresas tendrían que asumir que sus empleados -hombres y mujeres por igual-, "pasan por diferentes momentos en su vida laboral y personal: en algunos tendrán disposición a aceptar más o menos movilidad, responsabilidad, o a querer ser madres; por lo tanto, tendrían que hacer 'planes duraders', que no presenten carrera y maternidad como cosas incompatibles", dice Walochik.

El regreso empresarial de la mujer ejecutiva
El año 2013, la directora operativa de Facebook, Sheryl Sandberg, publicó el libro Lean In: Women, Work, and the Will tono Lead, que instaba las mujeres a "moverse" para romper la gran brecha que todavía separa el trabajo de la vida familiar. Sandberg es junto con Marissa Mayer, de Yahoo, una de las pocas mujeres directivas con las cuales cuenta la industria tecnológica. El 45% de las compañías de Silicon Valley no tienen ninguna mujer en su equipo exectiu, según datos de la consultora Fenwick&West, citadas a la revista The New Yorker.

"Las empresas tienen que tener en cuenta que tener un equipo ejecutivo más diversificado, con más mujeres, multiplica e incluso duplica la sostenibilidad del negocio", asegura Walochik. Hace poco, la consultora McKinsey publicó un informe demostrando que las organizaciones con equipos ejecutivos más varios en cuanto a género tienen un regreso económico y financiero "dramáticamente superior" a las otras.
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