Mooma, el amor por la manzana de la primera sidra catalana

La familia Frigola hace tres generaciones que se dedica al cultivo de la manzana en Girona y han impulsado la primera sidra hecho en Catalunya

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La familia Frigola hace tres generaciones que se dedica al cultivo de la manzana en Girona y su impulsor, Pere Frigola, fue uno de los socios fundadores de la cooperativa Girona Fruits. Eran los años 60 y décadas después la familia todavía se dedica a la agricultura, con una producción de 2.500 toneladas de manzana el año. Y la última generación, encabezada por Pau Frigola, apostó por crear una nueva línea de negocio de más valor añadido y creó Mooma, la primera sidra hecha en Catalunya. Pocos años después ya ha sido reconocida internacionalmente.

Pau Frigola: "El 2012 nos encontrábamos con 2.500 toneladas de manzana y vemos que una parte de la fruta tenía defectos visuales y no podía ir a los supermercados"

"La familia venía del sector ganadero y en los 60 empezó con la fruta", explica Pau Frigola. De hecho, los Frigola hacía seis generaciones que trabajaban la ganadería en la finca Mas Saulot, en el Baix Empordà, donde plantaron los primeros manzanos el 1962. Aquí empieza la historia que acabaría con la primera sidra catalana.

Lo explica Pau Frigola: "El 2012 nos encontrábamos con 2.500 toneladas de manzana y vemos que una parte de la fruta tenía defectos visuales y no podía ir a los supermercados. Y decidimos empezar a pensar cómo le podemos dar un valor añadido". La perfección física que reclaman los supermercados y consumidores hace derrochar mucha fruta en todo el país y no se conformaron.

La idea de la sidra

Y apostaron por la sidra: "Era diferente y muy atractivo, nadie producía sidra en Catalunya" El 2015 embotellaron la primera sidra en Mooma, "sin una gran visión de mercado". Y por qué sidra? "Porque teníamos manzanas. Queríamos dar valor a un producto que no lo tenía". Así de sencillo. Y es que a pesar de que Girona o Lleida son territorios con mucha manzana, todavía no había proyectos cómo este.

"El cultivo de la manzana en Girona empieza en los años 60 y en el norte de España, donde se hace mucha sidra, se cultivaba de muchos años", relata Frigola, que añade: "Empezaron a hacer sidra para llevarla a los barcos, porque no se estropeaba".

La sidra en Catalunya

El 2016 empieza la comercialización y no fue nada fácil: "Había muy poca tradición de consumo". Por eso, añadieron los zumos de manzana, con un sello propio de proximidad y de calidad. Como agricultores, toda la sidra y zumos salen de sus manzanas. Y en el caso de los zumos apostaron para hacer monovariedades: es decir, un zumo de manzana de granny smith, uno de fuji o de gala y también de pera.

Aquí se denota el amor por el producto: "Cada manzana es diferente y lo queríamos trasladar al zumo". Empezaron a vender en pequeños establecimientos y agrotiendas y, más adelante, a la gran superficie. Con una idea clara: vender a todo el mundo al mismo precio: "Siempre hemos querido respetar una línea y márgenes, no queremos guerras por el precio". Desde Girona ya se han ido extendiendo en todo el país.

Actualmente, utilizan unos 1,5 millones de kilos de manzanas (también peras) por la elaboración de la sidra y los zumos.

Acercar la sidra en el país

Con el objetivo de acercar este mundo a la ciudadanía, apostaron por el turismo de la sidra. Cómo hacen las bodegas de hace tiempo, abrieron Mas Saulot para que la gente se pudiera acercar, conocer cómo es el proceso de producción y probar las diferentes variedades. También para vender directamente la sidra. Un proyecto que va acompañado de un restaurante al mismo espacio. De hecho, ahora han abierto un segundo proyecto de restauración bajo el mismo nombre de Mooma en la Cerdanya.

"Del campo a la mesa", explica Frigola sobre la filosofía de la empresa , que controla desde el cultivo de la manzana hasta la elaboración de la sidra: "Cerramos el círculo".

Frigola cree que el consumo de la sidra irá a la alza: "Es bajo en alcohol, fresco, refrescando, diurético y no lleva gluten". Ya hay grandes marcas que están apostando: "No vemos competencia, si hay más consumidores, también nos llegarán a nosotros".

Reconocidos internacionalmente

En su corto camino, Mooma ya ha sido reconocida, por ejemplo en el último Salón Internacional de las Sidras de Gala, donde participaron unos noventa productores de países de todo el mundo. Su sidra de pera obtuvo la máxima distinción y también fueron reconocidas otras sidras de la empresa del Empordà.

Y el pasado mes de septiembre, Mooma recibió a Riga (Letonia) dos premios al Nordic International Cider Awards, un acontecimiento que tiene lugar cada año en los países nórdicos y bálticos. "Es la mejor manera de reconocer nuestro trabajo y las ganas de crecer e innovar que nos caracterizan desde que hace siete años iniciamos este proyecto", resume Frigola.

Todo ello, en una zona sin tradición de la sidra, pero donde la manzana cada vez tiene más pes. De hecho, así se desprende de Mooma: Montgrí + poma (manzana).

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