"Es decepcionante ver como al final de la crisis volvemos a modelos rígidos y anticuados que penalizan las mujeres". La queja proviene de Aline Masouda, profesora de Eada y colaboradora de lo informo Diferencias salariales y cuota de presencia femenina, elaborado por Icsa Grupo, y que se ha presentado este miércoles. Un estudio que señala una cronificació de la discriminación salarial entre hombres y mujeres, especialmente en los cargos directivos, donde las diferencias se consolidan alrededor del 17%. En esta categoría, la media salarial de los hombres se ensarta a los 79.775 euros, mientras que la de las mujeres se queda a los 68.126 euros. La salida de la crisis, pues, no se está aprovechando para corregir esta situación.
Ernest Poveda, presidente de Icsa Grupo y director del informe, lamenta que "las diferencias no han variado significativamente respeto años anteriores. Si al 2008 los directivos cobraban un 11% más que sus compañeras mujeres, desde entonces el sesgo se ha consolidado alrededor del 17% (con la única excepción del 2011, cuando cayó al 12%).
En cuota de presencia tampoco hay grandes cambios. Los hombres siguen dominando las posiciones directivas, y lo hacen con más intensidad desde el inicio de la tormenta económica. Si al 2008 la cuota de directivas llegaba casi al 20%, desde entonces se ha consolidado en un escaso 11,8%. "Es una situación que se ha estabilizado negativamente", asegura Poveda, que no encuentra "ninguna justificación" que valide estas diferencias en presencia y salarios.
Todavía más, el estudio muestra como en los ámbitos "donde hay más mujeres directivas hay menos discriminación salarial, y viceversa", destaca Poveda. Todo ello resulta chocando si se tiene en cuenta el nivel de formación académica de ambos géneros, que es superior a favor de las mujeres. "Esto no encaja", concluye el director del estudio.
Por qué siguen cobrando menos las mujeres?
La profesora Aline Masouda apunta especialmente a cuestiones culturales a la hora de explicar este fenómeno que no acaba de encontrar una salida positiva. "Los hombres valoran la conciliación tanto como las mujeres, pero siguen siendo ellas las que dedican más tiempo a tareas domésticas y al cuidado de familiares", apunta. Por lo tanto, también son ellas las que acaban apostando para hacer reducciones de jornada y, por lo tanto, ver reducidos sus salarios.
Masouda critica que "los estereotipos sociales son todavía muy pesados en España. Cuando pensamos en un directivo pensamos en un hombre, y cuando pensamos a cuidar los hijos nos viene a la cabeza la madre". Por todo ello, anima a "cambiar esta presión social y que los hombres se sientan cómodas para poder decir que quieren cuidar sus hijos".
Al fin y al cabo, afirma, "en España el cargo de directivo no está diseñado para ser padre o madre. Hay muy poca flexibilidad, el teletrabajo o no se acepta o no se sabe gestionar, y la flexibilidad horaria no se aplica tanto como se podría", resume Masouda. Destaca que "muchos directivos creen que cuando concilian no están siendo productivos, y esto es un error". Esto alarga jornadas de forma innecesaria. Por la profesora de Eada, "los horarios en España no tienen ningún sentido".
Dónde son las directivas?
"Que la mayoría de mujeres directivas estén a recursos humanos también nos habla de los estereotipos", añade Aline Masouda. Efectivamente, esta es el área donde las mujeres logran una mayor cuota de presencia en la dirección (30,6%), seguida del área de administración y finanzas (19,3%).
Sea como fuere, Ernest Poveda quiere buscar el lado positivo a través de los sectores más tecnológicos e innovadores. "Cuanto más tecnología e innovación, menos diferencias. Son sectores mucho más enfocados a objetivos y la tecnología es el gran aliado para facilitar que la mujer tenga mejores condiciones al mercado laboral", pronostica.
Un mercado donde afirma que "estamos gestionando las diferencias de género con modelos del siglo pasado, sin aplicar innovación ni mirar los intereses personales ni los de la empresa".
Menos responsabilidades, menos diferencias
El informe de Icsa Grupo y Eada también muestra como estas diferencias, a pesar de persistir, se reducen a medida que se va bajando en la escalera profesional. En mandos intermedios, los hombres ganan un 13,8% más de media; mientras que entre los empleados las mujeres perciben un 11,5% menos de salario por el mismo trabajo. Por Ernest Poveda, "la diferencia no es tan grande en estos casos porque los convenios laborales dificultan algo más la discriminación".
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