Una pyme hotelera y un club deportivo sacan los colores a todo el sector turístico

La sorpresa es haber encontrado que la sociedad civil participa muy activamente junto con el sector público en dar una salida digna a los menores extranjeros no acompañados

El Grupo Guitart Hotels en Lloret de Mar | Cedida El Grupo Guitart Hotels en Lloret de Mar | Cedida

Una pequeña empresa hotelera catalana, el Grupo Guitart Hotels y la Fundació Barça están quitando, sin pretenderlo, los colores a los hoteleros de toda España: mientras todos se quejan de que no encuentran trabajadores para el turismo, al mismo tiempo están formando a jóvenes inmigrantes y dándoles trabajo. Con mucho éxito, por cierto.

Se habla menos de ellos que hace algún tiempo. Poco a poco, se destierra aquel nombre peyorativo de "mena" -menores extranjeros no acompañados-; en lugar de apodarlos con este despectivo término, se les denomina jóvenes inmigrantes sin referencia familiar o, como lo hace Save The Children, jóvenes en movimiento. Nunca se sabe si esto de que se hable menos es algo bueno. De entrada, la virulencia de hace unos años contra estos chicos y chicas desamparados que han llegado a nuestro país, quién sabe después de qué peripecia, parece haber disminuido, aunque cada dos por tres aparece alguno que dice o pía alguna barbaridad, señal de la debilidad del fuerte contra el débil. No hace tantos años, una urbanización catalana llevó a los tribunales la instalación de un centro de acogida en sus cercanías porque "estos chicos y chicas son un peligro público en un lugar elegido para descansar en verano" (sic). Daría la sensación de que la desaparición del escenario público del tema es consecuencia del abandono de estos chicos. Lejos de eso, la sorpresa es haber encontrado que la sociedad civil participa muy activamente junto con el sector público en darles una salida digna.

Cabañas (Fundació Climent Guitart): "Solo hace falta prepararlos, acompañarlos, perfeccionar el idioma, dirigirlos hacia lo que apuntan sus habilidades y aficiones, e integrarlos"

La mayoría de los que vienen a España llegan de Marruecos y Argelia, pero hay quienes llegan de más lejos, del África Subsahariana, de Europa del Este, de Siria o incluso de Bangladesh. Antes de la pandemia, la población era de alrededor de 12.000 "menas", luego ha disminuido; en Catalunya viven alrededor del 13% del total de España. La dirección general de Atención a la Infancia y la Adolescencia de la Generalitat, que vela por "su derecho de participación como ciudadanos activos y por la promoción de su bienestar", procura estabilizar la población y se encarga de alojarlos en centros de acogida, en pisos tutelados o en familias dispuestas.

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El problema de estos jóvenes en movimiento se cuadricula muy rápidamente: una cosa es cuidar de ellos antes de ingresar en el mundo laboral y otra es encontrarles trabajo. En el primer período hay que comprenderlos, formarlos para integrarlos en la sociedad de llegada que les es ajena, cuyas claves no conocen en absoluto viniendo de culturas lejanas y de un pasado por olvidar; esta tarea la asume actualmente el sector público. El segundo período se vuelve crítico. Empieza lo más difícil que es encontrar un empleo, única manera de progresar. Sin papeles solo hay caminos torcidos. El sector privado debería responder para hacer posible cerrar el círculo de manera positiva.

Pues bien, Cristina Cabañas, la presidenta de la Fundació Climent Guitart y de Guitart Hotels, organiza desde hace cuatro años un Campus de Empleabilidad. Entre el 10 y el 17 de junio, lo celebra en Lloret de Mar, junto con el Instituto Coll i Rodés de la población y el apoyo de la Fundació Barça. Forman anualmente un grupo de 20 chicos y chicas entre 16 y 18 años en hostelería, concretamente en sala y cocina, habilidades y trabajo en equipo; una vez terminado el período de formación, pasan a trabajar en este grupo hotelero.

- ¿Para cubrir la temporada de verano, ¿verdad?

-  No, no. No solo nos los quedamos para la temporada de verano -dice la presidenta de la Fundació-. En los cuatro años del Campus han pasado a trabajar definitivamente con nosotros 60; el resto se ha integrado en otras empresas gerundenses que se han sumado.

- ¿Eso significa que no ha habido fracasos?

- Para ser sincera, uno, solo uno no ha tenido éxito. Cuando das oportunidades, no sabes realmente cómo las aprovechan. Solo hace falta prepararlos, acompañarlos, perfeccionar el idioma, dirigirlos hacia lo que apuntan sus habilidades y aficiones, e integrarlos; lógicamente, pagarles lo que les corresponde para que hagan su vida como cualquier persona. Llegan con una mochila cargada de frustraciones, timideces y traumas, cosas que no deben impedirles alcanzar los mismos objetivos que los nativos. Es una pequeña semilla la que realizamos.

Morillas (Fundació Barça): "Nos hemos querido apuntar a esta tarea para favorecer la emancipación de los jóvenes y su inserción laboral; entre las tareas que desarrollamos, acogemos también a niños en movimiento"

Las Fundaciones Jordi Comas Matamala, presidida por Carme Hospital, y la del CETT, presidida por Narcís Coll, también se están sumando a la experiencia; con la Fundació Eurofirms acaban de firmar un nuevo proyecto. Es la gota que colma el vaso.

"Nos hemos querido apuntar a esta tarea para favorecer la emancipación de los jóvenes y su inserción laboral; entre las tareas que desarrollamos, acogemos también a niños en movimiento", nos dice Ester Morillas en nombre de la Fundació Barça que tiene una función muy activa en diferentes programas, uno de ellos es el del Campus de junio. "Ayudamos a salir de la presión a los organismos públicos, acompañando a estos chicos y chicas en los diferentes ámbitos de la empleabilidad: formación para un oficio, competencias para el ejercicio del trabajo, mentoría, gestión doméstica y de la nómina, acompañamiento psicosocial, integración a través del deporte... por eso estamos también en el Campus de Empleabilidad de junio en Lloret de Mar", continúa

En un sector que dice que no encuentra trabajadores, casos como estos de una pyme y de un club de fútbol deberían servir de ejemplo para todo el sector: después de todo, esta población es muy reducida, no supera las 2.000 personas en Catalunya. No estamos diciendo que cada empresa no contribuya socialmente a su manera, que ya lo hace, simplemente queremos expresar que algunos problemas sociales, graves como este, se desvanecerían si en lugar de convertirlos en munición para los más reaccionarios, las pequeñas y grandes empresas trabajaran en favor de sí mismas -completando las plantillas- sumándose a operaciones como esta. Aquí está lo fácil que es encontrar trabajadores para el sector turístico.

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