Las tiendas de ropa y cosmética son las que más ventas hacen durante el Black Friday| ACN
Las tiendas de ropa y cosmética son las que más ventas hacen durante el Black Friday| ACN

Rendidos ante el Black Friday

Las tiendas de barrios se adhieren a la campaña de descuentos, una estrategia que trae los márgenes al límite pero que tienen que seguir para no dejarse tragar por las grandes superficies

Para atención, la publicidad es jugosa: 40% de descuento en buena parte de los productos de Amazon, un 30% en la moda de Zara, hasta un 40% al Corte Inglés y un 50% en alimentación a Ulabox. Y todavía hay más, porque la creatividad no tiene límites, como demuestra un escaparate de Orange anunciando tarifas a mitad de precio durante un año para los clientes de Vodafone que se pasen a la compañía naranja; o el clamor del Cuponazo de la Once para captar compradores que quieran llevarse un premio de los gordos y tarjetas de regalo para gastar en comercios diferentes. Todo se vale cuando se trata del Black Friday.

Bien, Black Friday o Black Week. Porque después de cuatro años de todo tipo de campañas –primero el viernes; después, hasta el domingo; y ahora, durante siete días-, este 2017 todo el mundo se ha acabado rindiendo a la tendencia. Sólo hay que salir a la calle, en un barrio cualquiera de una ciudad cualquiera, y fijarse en los carteles de los establecimientos. De entre los que venden zapatos, ropa, cosmética, joyería e incluso servicios de peluquería, se pueden contar con los dedos de una mano los que no tienen ningún cartel anunciando rebajas. Y si no está colgado al escaparate, los mismos tenderos reconocen que el viernes se sumarán a los descuentos "para no quedarse atrás en esta moda", como afirma el propietario de una pequeña cafetería que hace un 2x1 en zumos y cafés.

A remolque de los más grandes

Porque si no se sigue la corriente de las grandes marcas, el tendero de toda la vida lo tiene muy difícil. Así lo explica Esmeralda Martínez, dependienta de una tienda de cosmética y otros productos de higiene y limpieza en Barcelona, quien afirma taxativamente que si no se adhieren al Black Friday, no venden. "Las grandes superficies son las que se comen el comercio pequeño. Si no lo haces como ellos, no te funciona, aunque sepas que tus márgenes no son como los suyos y que puede hacerte más mal que bien", insiste. Pero que tienes que hacer si, como dice que le pasa al establecimiento, entran los clientes preguntando se hacen descuentos? Pues sumarte, "o puedes acabar perdiendo del todo aquellas personas que te compraban", lamenta.

Martínez: "El Black Friday es pan por hoy y hambre para mañana"

Este es el tercer año que cuelga el cartel de descuentos a los escaparates y, en comparación con otras campañas, ha notado como las ventas son más flojas. "Posiblemente porque la gente espera aviam si el viernes la rebaja es todavía más grande", intenta justificar. Aún así, sabe que al final de la semana habrá supuesto una pequeña inyección de dinero a la caja. Una pincha de ingresos que a pesar de que es una alegría para ahora, "es pan por hoy y hambre para mañana", concreta, porque son dinero que dejarán de entrar a Nadal.

Sus carteles con colores llamativos y con porcentajes de entre el 10% y el 50% que reducen el precio inicial ya están puestos estratégicamente: en cosmética y perfumería selecta. Los regalos clásicos, y a la vez idóneos, para unas fiestas navideñas y que harán que si un cliente ya va con una pequeña predisposición a comprar, seguramente se lo acabará llevando en casa y muy envuelto con papel de regalo. Por eso, todo el que pueda suponer sumarse a la Black Week, tiene muy claro que el año que viene repetirá.

Un brote verde entre números rojos

Quien también se ve en la obligación de exprimir los números al máximo es Raquel Conesa. Desde hace 14 años se encarga de Swing, una pequeña tienda de moda donde procura tener "la ropa muy limpia y organizada para atraer los peatones y atenderlos con una sonrisa". Una amabilidad y orden que, remarca, no siempre se encuentra en las grandes cadenas de moda.

Con esto, y un gran cartel en negro que anuncia un 10% de descuento para la Black Week, espera hacer elevar la cifra de ventas a la baja que hace dos meses que arrastra. Ella y los comerciantes en general, porque cómo ya apuntaba Comertia en su último informe de octubre, el contexto político, los atentados del mes de agosto y las elevadas temperaturas han hecho que las ventas de los establecimientos barceloneses se redujeran un 8,9%, y en el conjunto de Cataluña, un 4,6%.

El sector textil ha sido lo más afectado, apunta otra encuesta de Pimec , la cual también muestra un cierto optimismo por parte de los comerciantes de cara a los dos últimos meses del año. Una respuesta que también da Conesa, quien no duda a afirmar que ni la crisis económica hizo tanto mal: "Nunca había hecho tanto pocos dinero como por ejemplo. La gente no acaba de tener ánimos para comprar, no quiere gastar en exceso y el calor que hace tampoco ayuda a sacar el stock de invierno".

Conesa: "Lo tenemos todo a un muy buen precio para hacer que la gente no marche a tiendas más grandes, pero ni así podemos hacer frente a las etiquetas a mitad de precio que ellos tienen"

El Black Friday ha sido su apuesta para intentar reavivar la entrada de calers a la caja. Tal como ya explicaba Martínez con la cosmética, hacer descuentos supone rebajar los beneficios porque ya juegan con unos precios "muy ajustados". "Tenemos chaquetas, jerseys, pañuelos... todo a un muy buen precio para hacer que la gente no marche a tiendas más grandes, pero ni así podemos hacer frente a las etiquetas a mitad de precio que ellos tienen", señala Conesa con cierta decepción, "ni siquiera importa la calidad, que todo el mundo sabe que la de la tienda pequeña es mejor, importa el que te gastas". Por eso no duda a afirmar que ni con el Black Friday "el pequeño comercio nunca podrá competir contra el grande".

Con toda esta reflexión, parece que la esperanza de cerrar bien el sábado no es demasiado fuerte. Aún así, Conesa todavía cree que la jornada del viernes por la tarde y sábado por la mañana, cuando sale más gente en familia a comprar, quizás el pequeño empujón que necesitan.

Gastaremos más?

A pesar de que la percepción de los comerciantes es diversa, un estudio de Deloitte apunta que el 78% de los compradores perciben una mejora en la economía y una cifra similar cruz que continuará el 2018. De aquí que cerca del 68% se sienta con más capacidad adquisitiva que hace un año, una sensación que seguramente hará que durante estos días sea más propenso a gastar. De hecho, el informe cuantifica en un 33% del presupuesto navideño se gastará en este campaña de noviembre, una cantidad que ha ido en aumento de manera progresiva los últimos años, en detrimento de la masificación que hay a los comercios la primera quincena de diciembre.

Ni a la clásica peluquería de debajo de casa, ni a la optica más cercana tienen cifras exactas, pero los dos negocios saben que sus servicios y productos se consumirán pase el que pase. "A mí no me afecta tanto como la ropa o el maquillaje, pero sé que si aprovecho estos días para hacer algún descuento u ofrecer peinar gratuitamente con un cortado de cabello, sé que alguna clienta avanzará la visita que ya tenía prevista para pagar menos o se animará a venir aquí por primera vez", afirma Aina Sánchez, que por segundo año consecutivo hace ofertas especiales con el Black Friday.

A Sánchez le han dicho varios golpes que lo hace porque es joven y es más propensa a estas cosas, como ella misma afirma, pero lo hace para dar "un golpecito" a los ingresos de finales de semana. Un argumento similar al de la óptica Roca, que este año "prueba suerte" y propone reducciones hasta el 50% en vidrios especiales o 2x1 en productos más convencionales el día 24. "Las ojeras son una cosa que las necesitas y no esperas demasiadas a comprar, pero algunos clientes nos preguntaron si haríamos descuentos este viernes, como veces hacemos para sacarnos stock a finales de verano, y nos animamos", comenta el propietario, Manel Roca.

Si una cosa está clara, es que ya nadie se rinde a la moda. Si no es por necesidad, es para no quedarse con el "y sí...", más vale probar.

Sí al Black Friday, pero con pies de plomo

A Pimec Começ tienen muy claro que esta campaña por esfrondrar los precios es beneficiosa. O lo es en su mayoría, puesto que siempre hay casos de comercios o de barrios menos céntricos y con menos afluencia de peatones por sus calles. "Son unos días que ya se han cosolidat en Cataluña", comenta el presidente de la entidad, Àlex Goñi, quien recuerda que a pesar de que proviene de los Estados Unidos, hemos hecho una versión más catalana: "Allá es una noche loca de compras y aquí no se ha hecho nunca así. Empezamos con un día y fuimos ampliando. Ahora ya hemos visto una semana, la Black Week".

Este año Goñi cree que la campaña llega con fuerza, todo y el contexto que está afectando el resultado de ventas de los comerciantes también este noviembre. "Pero me gustaría que fuéramos más inteligentes en el sentido que lo tenemos que hacer en unos días concretos y no alargarlo mucho más. El año anterior los descuentos se alargaron durante diciembre y se juntaron con las rebajas de enero, el que hizo que esta fuera un fracaso. Si como comprador haces rebajas al principio, después ya no compras", asegura, ratificando parte de las sensaciones que tienen los tenderos. Así insiste en la necesidad de hacer entender al cliente que no se puede entrar en una espirado de precios low coste y donde todo tiene descuento, "o nos acabaremos haciendo daño a nosotros mismos".

Goñi: "Que sea un fenómeno global hace que la progranda esté hecho. Ellos sólo aprovechan la marca Black Friday, que quiere decir rebajas, descuentos, ofertas..."

Respeta a la queja de ciertos comerciantes, el presidente recuerda que "nadie los obliga a hacerlo". "Es cierto que no funciona igual en todas partes, pero es un fenómeno en toda Cataluña, no es de unas ciudades; y la percepción que tenemos es que cada vez es menos la gente que lo hace a desgana", afirma. Una idea que justifica el hecho que cafeterías, peluquerías y, en casos más curiosos, pescaderías, se sumen a los descuentos."Que sea un fenómeno global hace que la progranda esté hecho. Ellos sólo aprovechan la marca Black Friday, que quiere decir rebajas, descuentos, ofertas... y aquella persona se lo coloca y seguramente acaba cobrando sus servicios más baratos, pero entra en el juego de una campaña que se ha socializado y que no es sólo cosa de las grandes superficies", detalla.

Y mientras que la primera quincena de diciembre era, por elige popular, el momento de comprar los regalos para dar a los amigos y familiares durante la Navidad y el enero, de darse algún capricho; el Black Friday hace una mezcla de los dos. Los más previsors aprovechan para ir tatxant presentes a la lista del día de hacer cagar el Tió o de los Reyes, mientras que otros ven las flechas hacia abajo con porcentajes llamativos como la oportunidad de comprar aquello que hace tiempo que esperan.

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