No se puede seguir sin asumir los retos y oportunidades tecnológicas

La Inteligencia Artificial catalana, un peso destacado ante el resto del Estado y la Unión Europea

Proyecto barcelonés de salud que aplica la IA, con la presencia del consejero de Políticas Digitales, Jordi Puigneró | Europa Press Proyecto barcelonés de salud que aplica la IA, con la presencia del consejero de Políticas Digitales, Jordi Puigneró | Europa Press

Hace unos días se publicó el informe anual sobre la industria en Catalunya 2020, donde se constataba nuevamente el peso destacado de la industria catalana, en el conjunto del Estado y la UE, dado que aporta el 19,8% del VAB, una cifra próxima al 19,4% que tiene la industria en el conjunto de la UE27, y representa el 1,9% del total de la industria Europea. Una fuerza industrial, con una importante capacidad exportadora, que ejecta el 61% del total de la inversión en innovación realizada en Catalunya, una cifra significativa pero insuficiente, dado que no puede amargar que si bien las empresas catalanas representan el 1,9% de la industria de la UE27 solo "concentran el 1,0% del gasto interno en I+D".

La innovación en casa nuestra sigue siendo la asignatura pendiente, situarnos por debajo de la media de la UE en un sector tan capital como es la industria es una noticia que, no por conocida, no deja de ser preocupante, especialmente al comprobar que la UE no presenta buenos ratios al compararnos con los Estados Unidos o China. Sirva como ejemplo el informe realizado por el Banco Europeo de Inversión (BEI), encargado por la Comisión Europea, en el que, con el título Artificial intelligence, blockchain and the future of Europe: How disruptive technologies create opportunities for a green and digital economy, se explicita que la Unión habrá de movilizar, anualmente, unos 10.000 millones de euros, ahora solo invierte unos 1.750 millones, para no quedarse descolgado de los Estados Unidos y la Xina en dos campos de investigación e innovación con un gran impacto sobre el desarrollo industrial.

La importancia de la Inteligencia Artificial (IA) para la industria 4.0 y para el desarrollo social y económico, es algo notorio y reconocido por todas partes

La importancia de la Inteligencia Artificial (IA) para la industria 4.0 y para el desarrollo social y económico, es algo notorio y reconocido por todas partes, no en vano no hay día que en la prensa no se publique alguna noticia, directa o indirecta, sobre las crecientes aplicaciones o adelantos de la misma. Su utilización, cada vez más generalizada, lleva a menudo a cuestionarse si realmente las máquinas que la incorporan o los software que toman decisiones, o condicionan nuestras acciones, podrán sustituir los humanos en las tareas que realizamos en nuestro día a día. La realidad es que si divisamos el entorno sin prejuicios, las máquinas dotadas de inteligencia artificial son omnipresentes. La pregunta es cuáles son sus límites y si realmente podemos considerarlas inteligentes.

La cuestión sobre los límites y el nivel que la inteligencia artificial puede lograr genera controversia en todos los debates. Ahora bien, la realidad es que si aplicáramos el test de Turing, la mayoría de las máquinas que lo incorporan se considerarían inteligentes, dado que para Turing la IA se manifiesta cuando no somos capaces de distinguir si las respuestas o acciones son hechos por un ser humano o un software. Quizás por esta razón, actualmente, el test de Turing no se utiliza, no se considera válido, para los desarrolladores de la inteligencia artificial, puesto que consideran que sus creaciones están lejos de poder actuar como personas en el sentido lleno de la palabra persona.

La inteligencia artificial es una de las tecnologías disruptivas y transversales más importantes de nuestro tiempo, con un impacto enorme en la industria en particular y la economía y la sociedad

Más allá de matices, o de aquellos aspectos difusos de fondos, puedes dudas hay que la Inteligencia Artificial si bien facilita, y facilitará, la resolución de muchas complejidades. La posibilidad que las máquinas sobrepasen la inteligencia humana, actualmente, parece un hecho muy lejano, a pesar de que los humanos tenemos la capacidad para diseñar y construir enseres inteligentes, material o inmateriales, que superan a los humanos en campos específicos considerados de actividad intel·lectiva, no podemos olvidar que los algoritmos y procesadores que la implementan son capaces de procesar con rapidez grande cantidad de información pero a estas alturas no saben afrontar aquello que es desconocido. Ahora bien, la inteligencia artificial es una de las tecnologías disruptivas y transversales más importantes de nuestro tiempo, con un impacto enorme en la industria en particular y la economía y la sociedad en general. De hecho en el mencionado informe del BEI se indica que, las regiones que se queden atrás en la carrera de la Inteligencia Artificial "probablemente verán disminuidas sus cuotas de mercado mundiales tanto en sectores industriales, cómo en las finanzas y el comercio electrónico".

El informe del BEI evidencia que la mayoría de los países de la Unión hace falta que despierten de la somnolencia que posibilita ignorar la realidad, y el amanecer, adentrándonos en la decadencia y asuman, sin más dilaciones, que las inversiones en I+D+i de base tecnológica tienen una enorme capacidad transformadora en todos los campos. No solo son importantes para cambiar el modelo productivo, también para mejorar la salud, para la lucha contra el cambio climático y hacer posible los objetivos de desarrollo sostenible dado que los smart products, reforzados por las sinergias generadas por la IA lo IoT y el 5G, acontecerán claves para ayudar a variar los hábitos poco sostenibles que caracterizan las interacciones y los procesos actuales. Un aspecto que sí ha entendido China, la cual dedicó al 2019 a I+D+i un 2,23% de su PIB, y antes de la pandemia ya ejecutaba un 72,9 % de total mundial en inversión en IA.

Més info: Los tres equívocos de la IA (que hay que deshacer)

Volviendo al principio, en el informe sobre la industria catalana, hay que asumir que, recordando la carencia crónica de recursos financieros que sufre Catalunya desde hace años, no se están haciendo bien las cosas, no se puede seguir sin aprovechar las oportunidades tecnológicas. Las herramientas que la Generalitat puso en marcha hace décadas para ayudar a la internacionalización, la innovación y la competitividad de las empresas, han quedado obsoletas al igual que las políticas industriales. La realidad es que no se han sabido adaptar a los nuevos requerimientos propios de la tecno-sociedad y de los mercados globales. Ahora tenemos que huir de la máxima que "el mejor es no hacer nada y dejar que el mercado decida".

Catalunya necesita instrumentos propios del tercer milenio y actuaciones encaminadas a que nos instalamos en un flujo continuo de colaboración entre los centros de investigación y las empresas, al hacer realidad la colaboración publica privada convirtiéndose la Generalitat en tractor de la innovación, en la creación de grupos de investigación e innovación en el seno de las empresas para facilitar el surgimiento de propuestas competitivas. Es hora también, para apostar decididamente por el emprendimiento y la investigación industrial de base tecnológica, prestando especial atención a aquellas iniciativas más adalides, teniendo cura que las pymes no queden fuera de la batalla de la competitividad global. Se conocen los retos y cómo abordarlos, el plan Europeo Next Generation aporta los recursos requeridos, en mi opinión solo falta dejar de mirar el pasado y los privilegios propios y posarse a trabajar por futuro, que ya se presente, de todos.

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