Sandro Rosell, el precio de presidir el Barça

El presidente más votado del FC Barcelona no se escapa a las polémicas, todo y su larga experiencia en el ámbito del marketing deportivo y los vínculos al Club

Una larga experiencia en la gestión de empresas deportivas y una estrecha vinculación al Barça han sido suficientes credenciales para traer Sandro Rosell a la presidencia del FC Barcelona, pero no le han servido para ahorrarle las polémicas que lo acompañan desde su proclamación el julio del 2010. La más reciente, la acusación sobre las supuestas comisiones que habría podido cobrar para organizar partidos de la selección brasileña, ha salido a la luz este agosto justo cuando el Barça presentaba de manera oficial el acuerdo con la compañía aérea Qatar Airways como principal patrocinador el club.

Nacido el 1964 y licenciado en Ciencias empresariales y MBA por Esade, el actual presidente azulgrana se inició en el mundo empresarial dentro del departamento de exportación de Myrurgia. La oportunidad de hacer el salto al ámbito deportivo le llegó en 1990, cuando se incorporó al departamento de marketing internacional del COOB'92, como responsable de los patrocinadores internacionales de los Juegos Olímpicos de Barcelona.

Después de los juegos, continuó trabajando a la empresa de marketing deportivo ISL, hasta que en 1996 se le presenta la oportunidad de trabajar a la multinacional Nike. El 1999 se traslada a Río de Janeiro donde, entre otros hitos, gestionó el contrato entre Nike y la Confederación Brasileña de Fútbol, una relación que ahora vuelve a salir a la luz pública.

"Sólo soy un empresario, socio de más de 30 sociedades última de las cuales hay familias y mucha ilusión. Y algunas no van bien. Otros sí. Estos días he escuchado verdaderos animalades sobre las cifras de mis negocios en los Estados Unidos, desde donde operamos el contrato con la CBF porque se trataba de una compañía internacional. Y puedo desmentir estas cifras", se justificaba Rosell en declaraciones a Catalunya Ràdio.

Después de cerrar su etapa a la Nike, y de regreso en Barcelona, creó su propia empresa de marketing deportivo BSM, SL. Fue entonces cuando intentó por primera vez hacer realidad su sueño "de un Barça ganador". Con este objetivo, en 2003 entró al equipo de Joan Laporta y se convirtió en vicepresidente del club. Las discrepancias con Laporta lo trajeron a renunciar dos años después y, al 2008, a apoyar a la moción de censura contra la misma directiva.

Al 2010 anunció que se presentaba a la presidencia del Barça, con un programa que, a grandes rasgos, apostaba por el continuisme en el ámbito deportivo y una regeneración en el área económica y la social del club. Ganó con un 61,5% de los votos, una cifra que lo convirtió en el presidente más votado de la historia del club. Esta confianza inicial, polémica detrás polémica, se ha ido desgastando y ahora le pasa factura. "Mis hijas han pagado que yo sea presidente el Barça. No sé si mucho, pero una parte de la factura sí. Y son grandes, empiezan a entender el que significa el Barça y el que quiere decir ser su presidente", confiesa.
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