El pasado 20 de noviembre el Banco Sabadell presentaba un hecho relevante a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) comunicando la baja en el consejo de administración de Sol Daurella, presidenta ejecutiva de Coca-cola Iberian Partners. Días antes, Daurella había entregado una carta a cada uno de los consejeros anunciando su dimisión donde explicaba que "el momento profesional y empresarial en el que me encuentro es muy diferente al que tenía cuando me incorporé al consejo. Estos cambios, algunos de los cuales ya se han consolidado y otros están en proyecto, me exigen dedicarlos todo mi esfuerzo. Es por eso que considero que no podré atender a partir de ahora mi función en esta entidad de la manera que vendía haciéndolo".
La sorpresa saltó cuando cinco días después, y con un fin de semana entremedias, uno de los principales competidores del Sabadell, el BancoSantander , publicaba otro hecho relevante en la CNMV anunciando la incorporación de Daurella como consejera independiente a partir del 1 de enero del 2015.
Fuentes del Sabadell consultadas por VIAempresa admiten que este movimiento ha provocado cierto malestar en el seno de la entidad. El hecho de dejar entender que abandonaba el Sabadell para hacer frente a retos propios de su empresa, pero acabar incorporándose al consejo de administración de un competidor, es el principal motivo.
Legal, pero con compromiso de confidencialidad
Una de las primeras cuestiones que plantea una situación de este tipo es el amparo legal del hecho de cambiar de consejo de administración entre entidades competidoras. Y la respuesta es que no hay ningún impedimento para hacerlo, ni siquiera hace falta dejar un mínimo espacio temporal entre el cambio de silla. Ahora bien, sí que hay de haber un compromiso de confidencialidad .
El artículo 232 de la Ley 1/2010 de Sociedades de Capital hace referencia al deber de secreto . Es decir, los consejeros están obligados a mantener la confidencialidad de la información privilegiada de la cual disponen, y no pueden revelarla. Una condición que, por cierto, también recoge el artículo 24 del Reglamento del Consejo del mismo Banco Sabadell.
Quién tiene la última palabra para confiar en la capacidad de guardar secreto de los consejeros es el Banco de España. Tal como consta en el hecho relevante publicado por el Santander, "los nombramientos estarán sujetos a las autorizaciones regulatorias correspondientes". Esto hace referencia a la evaluación de idoneidad, de la cual es responsable el Banco de España según la Ley de Supervisión de Entidades de Crédito.
La estrategia del fichaje
Desde el Sabadell insisten que si la entidad reguladora no encuentra inconveniente, ellos no tienen nada a decir. De hecho, Suele Daurella tiene una estrecha relación desde hace años con Ana Patrícia Botín, que es miembro del Board mundial de Coca-cola . Además, no se puede olvidar que una de las prioridades estratégicas que se ha fijado el Santander es el crecimiento de su negocio en Cataluña.
No va, los últimos movimientos bancarios en Cataluña, con la compra de Caja Penedès por parte del Sabadell, y de Unnim y Catalunya Caixa por parte del BBVA; han influido en este objetivo del Santander. Así pues, la incorporación de Daurella, personalidad relevante de la sociedad empresarial catalana, se puede entender como un movimiento estratégico en esta línea.
Una actitud éticamente cuestionable
Partiendo de la base que el cambio de silla de un consejo de administración a otro no supone ninguna vulneración legal, donde surgen más dudas es desde el punto de vista ético. Iolanda Guiu, socia de Barton Consultants experta en organización y gestión de personas a empresas, tiene claro que "éticamente no parece muy correcto cuando sólo han pasado tres días habilidosos, y teniendo en cuenta que entrar o salir de un consejo de administración no es como comprar una tarjeta de metro".
A su parecer, el encadenamiento tan rápido de los hechos hace parecer evidente que "esto estaba pactado, y es especialmente cuestionable teniendo en cuenta que pasa a la competencia". Según Guiu, "en política se denominaría transfuguismo".
Credibilidad en entredicho
Todo y la obligación de tener que mantener el secreto sobre la información de la empresa saliente, Guiu considera normal el malestar del Sabadell porque "hay muchas maneras de revelar información, a veces dicen más los silencios que las palabras". Y, por supuesto, "hay decisiones de un consejo de administración que si tienes la información de la competencia de hace una semana puedes conducirlo hacia una banda u otra", asegura.
Por todo ello, Iolanda Guiu afirma que el asunto "ya ha afectado la credibilidad de Sol Daurella, todo el mundo lo está comentando". Asegura que es una actitud que "denota una apuesta por el mejor postor. Lo hacemos todos, pero hay que dejar un margen para mantener la credibilidad. Cuando te hacen la oferta, si tienes un mínimo intención de aceptarla, tienes que plegar y dejar como mínimo casi un ejercicio de margen".
Más vale prevenir que curar
A pesar de todo, Guiu también advierte que "todo el mundo carga contra la persona y no contra la entidad, cuando la responsabilidad va al 50%". En este sentido, define la acción del Santander como "una OPA a un ejecutivo". Una acción que "es su estilo, va pescando todo el que ve bono de los otros. Es un banco muy agresivo desde el campo de los recursos humanos. No hacen nada ilegal, pero tampoco cuidan las formas".
Para prevenir este tipo de situaciones , Guiu recomienda a las empresas definir un marco de buenas prácticas que comprenda tanto el tiempo de estancia a la entidad, como lo después. "Parece mentira que no se tomen precauciones. Se toman mientras estás, pero no antes y después", concluye.
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