El textil catalán y la industria 4.0: ahora o nunca

La transformación a hacia la industria 4.0 es imprescindible para la supervivencia del sector textil en Catalunya

Máquina textil | iStock Máquina textil | iStock

La transformación a la industria 4.0 se ha convertido en una asignatura fundamental para la industria catalana. No hacerlo pone en riesgo la continuidad de muchos negocios y hace disminuir la competitividad como país. La inteligencia artificial, el big data, la robotización o el trabajo en la nube son tecnologías imprescindibles para ganar esta competitividad y ser más eficientes.

Un sector histórico en Catalunya es el del textil y muchas empresas familiares han visto los últimos años como trabajar por grandes marcas ha sido la única vía de supervivencia. "Cuando se produce para empresas como Inditex o Mango, te exigen más para ser más competitivo. Tienes que jugar Champions. O te adaptas a sus necesidades y requerimientos, o estás fuera", resume Àlex Grau, de Grau SA, una textil nacida en el siglo XIX en Sabadell.

Miquel Ribé: "Hacerlo no es una opción, es una obligación si queremos ser competitivos"

Esta exigencia se transforma en la necesidad de ofrecer unos estándares, de calidad, uniformidad y control de trazabilidad que solo pueden aportar las tecnologías de la industria 4.0. "Soy optimista con la transformación a la industria 4.0. Hacerlo no es una opción, es una obligación si queremos ser competitivos. Si no, en cinco o diez años, estaremos fuera del mercado", resume Miquel Ribé, de la Fundació per la Indústria.

Por este motivo, desde la Fundació por la Indústria ofrecen asesoramiento y organizan encuentros, conjuntamente con ACCIÓ, donde empresas pioneras explican su experiencia en este campo. "En los últimos cinco años ha sido una revolución y con la Covid hemos visto que esta transformación era más que necesaria", destaca Ribé sobre la industria 4.0.

El sector textil, pioneros históricos

"El sector textil siempre ha sido pionero en la automatización y la digitalización, ya lo fueron con las máquinas de vapor", detalla Agustí Escarré, de Escarré Automatización y Servicios, compañía que asesora empresas en su proceso de digitalización y transformación. Fue el sector textil quién lideró la innovación en Catalunya durante décadas, siendo una industria muy potente y relevante.

Pero la crisis de los 2000, provocada por las deslocalizaciones, dejó tocado este sector. Muchas empresas bajaron la persiana y, las que sobrevivieron, no disponían de los recursos necesarios para afrontar grandes cambios e inversiones. Pero Escarré también detecta una toma de conciencia en los últimos años: "Se ha dado un empujón muy grande para recuperar la inversión y reautomatitzar".

Grau: "Nos jugábamos el futuro de la empresa"

"Más que una apuesta voluntaria e inspiracional, ha sido una necesidad. O hacíamos bien las cosas, o estábamos fuera. Ha sido una apuesta triple. Nos jugábamos el futuro de la empresa. Sin haber hecho este camino, ya no estaríamos aquí", destaca Àlex Grau.

Cómo dar el paso?

La mayoría de empresas son conscientes que para seguir en el mercado hay que avanzar en la industria 4.0, cómo resume Escarré: "Son las marcas quienes están empujando a los clientes a dar trazabilidad y datos". Industria 4.0 es eficiencia, reducción de costes, trazabilidad; competitividad: "Se tiene que continuar invirtiendo y controlar el céntimo, porque los márgenes son muy pequeños". "Si Inditex te pide 100.000 metros, quieren que todos sean iguales", resume Grau.

Pero a menudo el que más cuesta es empezar, hacer el primer paso, tal como explica Miquel Ribé: "El desconocimiento genera cierta inquietud cuando hablas de robotització o inteligencia artificial. Lo ven una cosa mucha tecnificada y los hace respete entrar en un mundo que no conocen y que puede tener un coste elevado".

El primer paso

Desde Grau SA, lo primero que hicieron es buscar asesoramiento externo y llegaron a Escarré: "Es muy importante. Somos tintoreros, pero a nivel de tecnología hay expertos. El mundo va hacia la especialización. Pretender saber de todo, hace que no acabes sabiendo de nada". El objetivo era conseguir una producción homogénea, sin diferencias según el operario encargado en cada momento. Y, después de una auditoría tecnológica, decidieron robotizar muchos de sus procesos. Y, garantizando una recopilación de datos en tiempo real, para actuar inmediatamente ante cada incidencia.

Àlex Grau: "Ha supuesto mucha inversión, pero nos está dando muchos frutos"

"Ha supuesto mucha inversión, pero nos está dando muchos frutos. Hoy en día es impensable no poder trabajar de este modo y continuar dependiendo de la inspiración de cada trabajador. Tener este sistema nos ha marcado la diferencia", resume Grau.

Un cambio de mentalidad

A menudo, una de las dificultades en los procesos de transformación digital se encuentra dentro de la misma empresa. Así lo resume Àlex Grau: "Siempre que intentas cambiar la cultura de la empresa, tienes reticencias. Por edad, por desconocimiento o por miedos a no ser necesario".

Y es que un debate presente es si esta gran transformación acabará con miles de puestos de trabajo. "Eliminamos la intervención humana en el ciclo", reconoce Àlex Grado. Aún así, la presencia humana continúa siendo imprescindible: "El factor humano continúa siendo muy importante. No tanto para hacer, sino para controlar, verificar".

Y a la pregunta de si este proceso ha supuesto que Grau SA tenga menos trabajadores, comenta: "En nuestro caso, más bien es al contrario. Hacer mejor las cosas, más rápido y a menos coste, nos ha permitido hacer más volumen de trabajo y, por lo tanto, tener más gente. La productividad ha aumentado mucho y hemos necesitado más trabajadores". Aún así, un dato es evidente: el 1930, la empresa tenía unos 400 trabajadores. Ahora son unos sesenta y producen el triple. Es decir, la industria 4.0 no es ninguna novedad y la industria siempre se ha tenido que ir adaptando los cambios. Hacerlo ahora, será imprescindible para sobrevivir.

Reportaje elaborado en colaboración con la Fundación por la Industria.

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