Los orígenes de Textil Olius se remontan al 1841, cuando Joan Soler Roca funda la primera empresa de España dedicada a la fabricación de cintas de carda, un producto esencial para la industria textil. 181 años después, es una de las pocas empresas de Europa especializada en la elaboración de fieltro de lana y su nombre ha llegado al gran público por haber confeccionado la alfombra roja del funeral de Isabel II.
En la capital de la industria textil
El embrión de Textil Olius se sitúa en Sabadell, capital del textil, y en plena revolución industrial en Catalunya. "Se empieza con una actividad bastante diferente de la que se hace hoy en día, cómo es el suministro de cintas de carda, un producto auxiliar para la industria textil", explica Ricard Artigas, actual director general de la empresa y sexta generación.
Durante un siglo, la compañía se centra en este negocio, llegando a las numerosas industrias textiles que había en el país. "Había mucha demanda", apunta Artigas.
Pioneros con la lana
El 1946 la empresa hace un salto adelante y se adentra en el mundo del fieltro de lana, un producto diferencial y que, a diferencia del tejido tradicional, no se hacía con hilo. "Se vio que era un campo con muchas aplicaciones y pocas empresas se dedicaban", explica el gerente.
La industria, la confección, los productos de limpieza, la automoción o incluso el tapete de las cartas son solo algunos de los ejemplos donde se encuentra este producto. También en disfraces o trajes regionales. En aquel momento el empresa se rebautiza como Filtros y Tejidos Industriales SA, Fytisa y se abre una fábrica a Barberà.
Artigas: "Lo empresa crece por el buen hacer industrial, por el hecho que se van introduciendo tecnologías de fabricación nuevas"
A partir del 1964 se empieza a fabricar también fieltro sintético con poliéster en lugar de lana de oveja. "Éramos bastante únicos en España", resume Ricard Artigas. Esto garantiza un crecimiento consolidado: "La empresa crece por el buen hacer industrial, por el hecho que se van introduciendo tecnologías de fabricación nuevas que te permiten aumentar el rango de aplicaciones y se exporta".
El nacimiento de Olius
Durante aquellos años, Fytisa concentra la producción de todos los productos. Pero la dirección decide separa el negocio con dos empresas y crea Textils Olius el 1980, para gestionar los productos con fieltro de lana: "Las apliacions del fieltro de lana en nivel de volumen son más pequeños, pero el valor son más elevado. El perfil de cliente son diferentes. Estratégicamente tiene mucho más sentido". Es cuando abren una fábrica a Olius, donde se traslada toda la producción.
Esto permite enfocarse más en este producto exclusivo: a Europa hay muy pocas empresas especializadas. Y se dispara la exportación, sobre todo por el continente y a los Estados Unidos. Actualmente, el 85 % de su venta es fuera de España, a una cuadragésima de países y llegando a los cinco continentes. Y gracias a la tecnología que van incorporando, se amplían las aplicaciones y se entra a mercados cómo la ortopedia, las máquinas panificadores, la metalurgia, los juguetes, muebles o electrodomésticos.
De la industria a grandes marcas de moda
"Te lo encuentras en todas partes, pero la gente no lo conoce", resume Artigas. Además de la industria, el fieltro de lana y sintético de Olius llega también al mundo de la moda, con una aplicación muy concreta: el cuello de las americanas. A pesar de no desvelar nombres, destaca que trabajan con las grandes marcas.
Y todo hecho siempre desde Catalunya: cuando había la revolución industrial y la época dorada del textil hasta la crisis del sector de la segunda mitad del siglo XX o la globalización. "Siempre se tuvo claro que se seguiría fabricando desde Catalunya por el hecho que es un proceso que requiere mucho conocimiento", enfatiza.
Al funeral de la Reina Isabel II
Y su apuesta por un producto de alto valor añadido se ha visto reflejada con un hecho histórico y muy singular: el féretro de Elisabet II pasó por una alfombra roja hecha con fieltro de Textil Olius. Una alfombra de lana, hecha a medida y 100% natural fabricada en Catalunya, de 250 metros cuadrados. El encargo llegó de uno de los clientes británicos de la empresa, Casa Windsor, a pesar de que no sabían qué seria su utilidad. De hecho, hace años que trabajan con clientes que suministran a la Casa Real británica.
Uno de ellos es Casa Windsor, a pesar de que no se imaginaban que su alfombra sería protagonista en uno de los funerales más importantes de la historia de la humanidad. "Nos cogió por sorpresa", reconoce Artigas, que se muestra motl satisfecho: "Que nuestro producto se utilice en un acontecimiento de esta magnitud nos enorgulleció mucho y nos reafirmó que hacemos las cosas bien hechas".
Aún así, también hay cierta sorpresa con el hecho de tener tanta repercusión mediática por este hecho, cuando tienen una trayectoria de casi dos siglos y este no es el negocio principal: "La aplicación para alfombras es una parte muy pequeña de todo nuestro abanico de productos y de nuestras ventas". Aún así, esperan que este hecho les pueda dar más visibilidad y ayudar en el sector de las alfombras.
Supervivientes catalanes
El sector del textil había sido el gran motor de Catalunya des de la revolución industrial y hasta la mitad del siglo XX. Desde entonces, son muchas las empresas que han ido cerrando las puertas, mientras que otras se han deslocalizado. No es su caso. Ricard Artigas explica uno de los secretos: "Viene dado por nuestra nivel de especialización y por el hecho que siempre se ha creído en el producto que hacemos y se ha invertido para ser competitivos. El nivel de especialización es muy importante".
Cómo comentaba, en Europa se pueden contar con una mano, y sobran dedos, las empresas con la experiencia, producto y conocimiento de Textil Olius. Y la apuesta por la tecnología también ha sido un vector fundamental. Y lo continúa siendo, tal como asegura el gerente: "Uno de los objetivo claros que tenemos es la digitalización, conseguir tener un proceso industrial más digitalizado y en un conocimiento más granular de datos de producción".
Artigas: "El impacto es brutal para empresas textiles con un uso intensivo de gas natural"
Y el otro gran reto es la eficiencia energética y hídrica. Un camino que emprendieron hace tiempo, pero que ahora toma una nueva dimensión con los precios de la energía: "El impacto es brutal por empresas textiles con un uso intensivo de gas natural".
Pero las perspectivas son buenas y este 2022 esperan acabar con más de 13 millones de euros de facturación (el 2021 fueron 11). Todo ello con una plantilla de un centenar de personas distribuida entre la fábrica de Oliu y las oficinas de Sant Cugat.