Toni Pons, alpargatas catalanas que han dado la vuelta al mundo

Una empresa nacida en Osor hace 75 años se ha convertido en un referente en el mundo de las alpargatas con siete tiendas propias en Arabia Saudí

Tienda de alpargatas de Toni Pones |Cedida Tienda de alpargatas de Toni Pones |Cedida

Toni Pons es la historia de una familia catalana que ha hecho de la alpargata un producto global, desde Estados Unidos hasta Arabia Saudí. El amor por la moda que empezó ya hace cuatro generaciones, cuando Lluís Pons Sureda, un barbero de Osor, decidió fabricar alpargatas para ganarse un sobresueldo.

Más de 75 años después, sus productos están presentes en más de 4.000 puntos de venta de 50 países con más de 400 modelos cada temporada, que ya van mucho más allá de las alpargatas. "Se ha reconocido la alpargata como un producto especial y hacerlo aquí te da más autenticidad", destaca Jordi Pons, actual responsable de la empresa.

En las buhardillas de una tienda de víveres

Lluís Pons era barbero en los años 20 en Osor, un pequeño pueblo del Prepirineo. Pero el poco trabajo que tenía entre semana, lo llevó a buscar una nueva fuente de ingresos. "Era bastante tradicional en la época que los barberos llenaran los demás días de la semana para coser alpargatas para tener un complemento de salario", explica Jordi Pons. Fue así como aprendió el oficio.

Junto con su mujer, Lluís montó una pequeña tienda de víveres, donde también vendían las alpargatas que fabricaban. Tenían el pequeño taller, conocido como Can Lluís Espardenyer, encima del establecimiento y sus clientes eran principalmente del pueblo y, algunos, de la comarca.

Jordi Pons: "Debido a la pobreza de la gente, también se dedicaban a restaurar alpargatas echadas a perder"

"Como mucho iban a trabajar algunas mujeres del pueblo de Osor. Básicamente se fabricaban manualmente alpargatas de veta catalana con suela de yute o cáñamo", destaca Jordi Pons, que relata como era una época marcada por la Guerra Civil y los primeros años de la posguerra: "Debido a la pobreza de la gente, también se dedicaban a restaurar alpargatas echadas a perder".

Del taller a la fábrica

Pero fue en 1946 cuando el negocio dio un paso adelante. El hijo de Lluís, Antoni Pons, decidió mecanizar el taller y trasladarse a un local más grande. Este fue el nacimiento de Toni Pons como marca, que también introdujo botas de piel en su catálogo. Actualmente, ya hacen todo tipo de calzado.

TALLER OSOR ANYS 50 toni pons
Taller de Toni Pons en los años 50 | Cedida

"La producción se empezó a industrializar y el mercado se amplió a Girona y Barcelona y con ventas a mayoristas", señala Jordi Pons. Poco a poco, la marca Toni Pons se fue haciendo conocida y en 1957 levantaron un nuevo taller, donde se hacían suelas de goma proveniente de neumáticos.

De Osor a La Rioja

En los años 60, llegó un momento crucial para la empresa, que cada vez era más grande. A finales de la década, decidieron llevar la producción a La Rioja y a Alacant, los dos principales polos del sector en España. "En la zona nos quedamos muy solos. Era difícil encontrar mano de obra especializada e industria de complementos para las máquinas", argumenta Jordi Pons. Una apuesta que se mantiene hasta el día de hoy. La sede central de la compañía, aun así, está en Girona.

En aquel momento, Toni Pons trabajaba principalmente para mayoristas. Fue con la entrada de la tercera generación cuando la empresa volvió a los orígenes con el diseño y creación de modelos propios. "Aquí empezó la expansión de la marca". El objetivo era posicionarse como marca de prestigio y abrir nuevos mercados.

Catalunya, Francia y el mundo

Y fue en 1995 cuando lo que empezó como un pequeño taller en Osor dio el salto internacional. El primer mercado fue Francia, donde los productos de Toni Pons tuvieron una gran acogida. Cinco años más tarde, la expansión llegó a otros lugares de Europa como Italia, Bélgica, Holanda o Alemania. Y, finalmente, a todo el mundo, con especial presencia en Canadá, Estados Unidos o Arabia Saudí.

Jordi Pons explica que esta expansión fue posible gracias al hecho de que marcas internacionales empezaron a incorporar las alpargatas en sus colecciones. "Se fueron haciendo conocidas, y las más tradicionales eran las que se hacían en la zona de los Pirineos", explica. La venta al exterior se materializa principalmente a través de tiendas multimarca y, dentro de esta rama de negocio, el mercado internacional representa el 80% del total de la facturación de Toni Pons.

Jordi Pons: "Valoran mucho el producto hecho en Europa"

Lo que puede sorprender es que en Arabia Saudí se han hecho un sitio muy importante. En dos años y medio, su crecimiento ha sido imparable. Incluso físicamente: en este tiempo han abierto siete tiendas físicas. "Valoran mucho el producto hecho en Europa", reconoce Pons.

Siete tiendas en Arabia Saudí

Toni Pons también apostó desde 2016 por las tiendas propias, dando un paso adelante en la visibilización de la marca. La primera fue en España, donde ya tienen unas 50. Y también en el exterior, algunas franquiciadas, como en Colombia, México, Malasia y Arabia Saudí. Un canal que se complementa con la venta por internet, a pesar de que las tiendas multimarca continúan siendo la primera fuente de ingresos.

Todo ello ha convertido a Toni Pons en una marca referente por su calidad y diseños hechos en Girona. En 2019, facturaron 17 millones de euros, que en 2020 cayeron por debajo de los 14 debido a la crisis de la covid-19. Aún así, esperan cerrar 2021 por encima de la facturación de 2019.

Jordi Pons: "El carácter mediterráneo nos define y nos acompaña en todos nuestros diseños"

"El carácter mediterráneo nos define y nos acompaña en todos nuestros diseños. Apostamos por una producción de proximidad, fabricando todos nuestros modelos en España; priorizamos el uso de materiales naturales y procesos de fabricación eficientes", resume Jordi Pones para explicar el éxito de una marca nacida hace 75 años en un pequeño pueblo de Catalunya.

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