02
de Diciembre
de
2016
Act.
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"A la misma altura, sin calificativos ni etiquetas". Es el que piden los trabajadores discapacitados, una petición a la cual ha puesto música el popular actor y compositor de rape El Langui. Lo dice muy claro en el videoclip de la canción #Nohaylímites que ha creado con motivo de la celebración, este sábado, del Día Internacional de las Personas con Discapacitado y en que cuenta con la colaboración de 145 empresas y del actor Pablo Pineda, galardonado con una Concha de Plata; la campeona del mundo de paraduatló y actriz de doblaje Raquel Domínguez; y el catalán Joan Pahisa, campeón del mundo de tenis mesa y doctorando en Informática.
Los cuatro son ejemplos de la integración en la sociedad que pide el colectivo, abocado a la exclusión social por los prejuicios, el acoso y la falta de empatía, entre otras. Se enfrentan a la sobreprotecció, el bullying y la discriminación que, en estadios de niñez, provoca dificultades en el desarrollo normal de la persona y, en la edad adulta, dificultades para tener la independencia económica que otorga un puesto de trabajo perquè no lo encuentran. Las cifras hablan por sí mismas: el índice de actividad de los trabajadores con discapacitado es sólo de un 38%; el que significa que el colectivo registra al Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) registra un 62% de paro. Alarmante.
"La principal barrera es la del desconocimiento. Estadísticamente, el 80% de las empresas que contratan gente con discapacitado están satisfechas o muy satisfechas", apunta Cristian Rovira, socio y vicepresidente del Grupo SIFU, empresa especializada en la inserción laboral de personas con discapacitado en la cual de sus 3.000 profesionales, el 90% tiene algún tipo de discapacidad física, psíquica, mental o sensorial.
Y es que en días como el que ahora se celebra se ponen negro sobre blanco las buenas palabras, pero en el día a día la principal barrera continúa siendo la ignorancia. "No saben como lo hará, se preguntan si realmente esta persona lo podrá hacer bien, si cogerá más bajas del normal, si acoplará bien con el resto de la plantilla o no e incluso si la plantilla estará preparada para tener compañeros con discapacitado", apunta Rovira, quien también representa la Federación de Centros Especiales de Trabajo de Cataluña (FECETC) como vicepresidente de relaciones externos y la Confederación Nacional de Centros Especiales de Empleo (CONACEE), en aquets caso como secretario.
La ocupación repunta levemente
"No tenemos que conformarnos, es necesario seguir trabajando en este camino porque su tasa de actividad es 39 puntos inferiores a la de la población sin discapacitado", afirma Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco. Según el análisis elaborado por la misma con motivo de esta fiesta, durante este 2016, en el periodo comprendido entre enero y octubre, se han firmado 81.918 contratos de trabajo, un 2,3% más que el mismo periodo del 2015 y un 57,8% más que en 2012.
Fue en este año precisamente cuando la contratación de personas con discapacitado más cayó, a pesar de haber registrado aumentos desde el 2010, puesto que entre enero y octubre de aquel año las contrataciones no llegaban a las 52.000. "Es cierto que durante la crisis muchos trabajadores discapacitados fueron despedidos, pero no tanto por su condición sino porque eran los últimos que se habían incorporado en el mundo laboral", argumenta Rovira. Según el directivo experto en esta materia, en la época precrisi, "se hicieron muchos contratos a personas con discapacitado porque no sobraba gente y, por lo tanto, se optaba también por ellos".
Bonificaciones poco aprovechadas
Actualmente, los contratos indefinidos a tiempo completo están bonificados con cifras superiores a los 4.500 euros (para trabajadores con discapacitados de entre un 33% y un 65%), hasta los 6.300 euros al año que el Estado bonifica por la contratación de empleados con discapacidades severas, así como subvenciones para la adaptación de los puestos de trabajo. Pero parece que el desconocimiento es más alto que el interés económico cuando, ni siquiera las exenciones fiscales animan suficientemente las empresas a aumentar su plantilla con este tipo de trabajadores. "Desgraciadamente, a pesar de que hay incentivos por contratación de personas con discapacitado, históricamente estos incentivos fiscales y económicos han ido subiendo pero esto no ha repercutido nunca en una más alta contratación de las personas con discapacitado".
Además, Rovira también denuncia una situación: "La mayoría de empresas no cumplen con la legislación que establece que en las empresas de más de 50 trabajadores, el 2%, como mínimo, de su plantilla tienen que ser personas con discapacitado. Las que cumplen es porque quieren". Este querer es el que, desde plataformas como la que impulsa estos días el videoclip del Langui, se quiere promover para derrocar los prejuicios y estereotipos que limitan el desarrollo profesional de las personas capaces pero con discapacitado.
Los cuatro son ejemplos de la integración en la sociedad que pide el colectivo, abocado a la exclusión social por los prejuicios, el acoso y la falta de empatía, entre otras. Se enfrentan a la sobreprotecció, el bullying y la discriminación que, en estadios de niñez, provoca dificultades en el desarrollo normal de la persona y, en la edad adulta, dificultades para tener la independencia económica que otorga un puesto de trabajo perquè no lo encuentran. Las cifras hablan por sí mismas: el índice de actividad de los trabajadores con discapacitado es sólo de un 38%; el que significa que el colectivo registra al Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) registra un 62% de paro. Alarmante.
"La principal barrera es la del desconocimiento. Estadísticamente, el 80% de las empresas que contratan gente con discapacitado están satisfechas o muy satisfechas", apunta Cristian Rovira, socio y vicepresidente del Grupo SIFU, empresa especializada en la inserción laboral de personas con discapacitado en la cual de sus 3.000 profesionales, el 90% tiene algún tipo de discapacidad física, psíquica, mental o sensorial.
Y es que en días como el que ahora se celebra se ponen negro sobre blanco las buenas palabras, pero en el día a día la principal barrera continúa siendo la ignorancia. "No saben como lo hará, se preguntan si realmente esta persona lo podrá hacer bien, si cogerá más bajas del normal, si acoplará bien con el resto de la plantilla o no e incluso si la plantilla estará preparada para tener compañeros con discapacitado", apunta Rovira, quien también representa la Federación de Centros Especiales de Trabajo de Cataluña (FECETC) como vicepresidente de relaciones externos y la Confederación Nacional de Centros Especiales de Empleo (CONACEE), en aquets caso como secretario.
La ocupación repunta levemente
"No tenemos que conformarnos, es necesario seguir trabajando en este camino porque su tasa de actividad es 39 puntos inferiores a la de la población sin discapacitado", afirma Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco. Según el análisis elaborado por la misma con motivo de esta fiesta, durante este 2016, en el periodo comprendido entre enero y octubre, se han firmado 81.918 contratos de trabajo, un 2,3% más que el mismo periodo del 2015 y un 57,8% más que en 2012.
Fue en este año precisamente cuando la contratación de personas con discapacitado más cayó, a pesar de haber registrado aumentos desde el 2010, puesto que entre enero y octubre de aquel año las contrataciones no llegaban a las 52.000. "Es cierto que durante la crisis muchos trabajadores discapacitados fueron despedidos, pero no tanto por su condición sino porque eran los últimos que se habían incorporado en el mundo laboral", argumenta Rovira. Según el directivo experto en esta materia, en la época precrisi, "se hicieron muchos contratos a personas con discapacitado porque no sobraba gente y, por lo tanto, se optaba también por ellos".
Bonificaciones poco aprovechadas
Actualmente, los contratos indefinidos a tiempo completo están bonificados con cifras superiores a los 4.500 euros (para trabajadores con discapacitados de entre un 33% y un 65%), hasta los 6.300 euros al año que el Estado bonifica por la contratación de empleados con discapacidades severas, así como subvenciones para la adaptación de los puestos de trabajo. Pero parece que el desconocimiento es más alto que el interés económico cuando, ni siquiera las exenciones fiscales animan suficientemente las empresas a aumentar su plantilla con este tipo de trabajadores. "Desgraciadamente, a pesar de que hay incentivos por contratación de personas con discapacitado, históricamente estos incentivos fiscales y económicos han ido subiendo pero esto no ha repercutido nunca en una más alta contratación de las personas con discapacitado".
Además, Rovira también denuncia una situación: "La mayoría de empresas no cumplen con la legislación que establece que en las empresas de más de 50 trabajadores, el 2%, como mínimo, de su plantilla tienen que ser personas con discapacitado. Las que cumplen es porque quieren". Este querer es el que, desde plataformas como la que impulsa estos días el videoclip del Langui, se quiere promover para derrocar los prejuicios y estereotipos que limitan el desarrollo profesional de las personas capaces pero con discapacitado.