Decía John F. Kennedy que por los chinos la palabra crisis también quería decir oportunidad. Más allá de la mentira benintencionada, sí que es cierto que los periodos de recesión suelen ir acompañados del crecimiento de ciertas industrias que responden a la perfección a las nuevas necesidades. Es el caso de los trasteros, un negocio fuerte y consolidado a los países anglosajones, pero una opción minoritaria a mercados como el español hasta no hace tanto. Las cosas, pero, han cambiado. Según Bluespace, el sector creció un 300% entre el 2010 y el 2015. No es casual que este impulso llegara justo en el momento en que los metros cuadrados por residencia comprada o alquilada bajaron.
"No podemos negar que la crisis jugó a favor del sector; muchas familias tuvieron que trasladarse de casas grandes a pisos más pequeños, otros tuvieron que volver a casa de los padres y muchos marcharon a vivir en otros países", explica Álex Corbacho, director de la empresa Boxmotions, que en estos años ha vivido crecimientos anuales de entre el 5% y el 10%. Circunstancias que hacen del trastero una necesidad, pero que obligan a las compañías a adaptar el servicio a las situaciones individuales de cada cliente. "La gente que vuelve con los padres deja incluso los muebles, esperando el momento de volver a marchar; mientras que el resto de perfiles suelen desar todo el que es innecesario por el día a día y hacen un uso más intensivo del trastero".
El sector de los trasteros creció un 300% entre el 2010 y el 2015
Coincide en el análisis el CEO de Mister Trastero, Álvaro Juncadella, que añade un factor cultural para entender el crecimiento del sector. "Al hecho de tener un mercado con pisos más pequeños y más caros que antes se suma el hecho de estar en una sociedad del consumo, donde tenemos la tendencia de acumular más y más cosas", argumenta. Aún así, Juncadella no considera que la crisis haya sido la panacea para las empresas de alquiler de trasteros. "Cuando empezamos el 2006, alquilábamos espacios de unos cinco metros de media; más tarde bajó además de la mitad y a precios más económicos".
A cambio, el número de clientes se ha multiplicado en los últimos años, el que Juncadella considera un "crecimiento orgánico" que ha llegado a perfiles que ven en los trasteros una solución muy buena para tener una habitación fuera de casa. "Diferenciamos dos tipos de consumidor: el que necesita un trastero de forma puntual -por obras, traslados temporales o divorcios, por ejemplo- y que utiliza el espacio entre uno y tres meses; y los que lo alquilan de forma permanente y lo utilizan para recoger las bicicletas el fin de semana o hacer el cambio de ropa en verano y el invierno, por ejemplo".
Todo y el crecimiento de los últimos, años, el sector en España sigue lejos de las cifras de los países anglosajones. En los Estados Unidos existe un centro de trasteros por cada 2.000 habitantes, mientras que aquí hay un por cada 100.000. "Ellos son los inventores de este mercado y nos traen 10 años de ventaja. Además, en Europa el alquiler de trastero todavía es un fenómeno casi exclusivo de las ciudades", indica Juncadella.
Corbacho: "La crisis jugó a favor del sector; muchas familias tuvieron que trasladarse de casas grandes a pisos más pequeños"
El reto de la innovación
El modelo de los operadores del sector es similar: comprar grandes edificios donde poder habilitar espacios de almacenamiento. Así pues, como diferenciarse de la competencia? A Boxmotions vieron una oportunidad en la tecnología. "Nuestro negocio tiene tres inconvenientes básicos: la necesidad de organizar el transporte, calcular el espacio a utilizar y tener un inventario del que tienes guardado; nosotros intentamos resolver las tres cuestiones con un gestor del servicio a través de la nube". La empresa ofrece a sus clientes un catálogo online con todos sus objetos fotografiados, de forma que se los pueden descargar para recibirlos físicamente allá donde haga falta. "Es igual si está en Londres, Berlín... somos muy flexibles".
Del mismo modo, el cliente puede subir nuevos elementos al trastero sin preocuparse por el traslado, que corre a cargo de la misma compañía. Esta gestión virtual del servicio reduce al mínimo las visitas en la habitación física. Al mismo tiempo, elimina una de las grandes trabas por su contratación. Y es que, según los estudios sobre el mercado, los consumidores desestiman el alquiler si el trastero se encuentra además de siete minutos en coche de su residencia.
Empresas
En su crecimiento, el sector de los trasteros también ha captado a empresas con necesidades de almacenamiento fuera de sus locales. En la actualidad, el 70% de los clientes del mercado son particulares, por un 30% de compañías y autónomos. Aún así, estos últimos reclaman espacios mucho más grandes. Mister Trastero ha sido una de la firmas que más se ha dirigido al servicio de los profesionales. "La clave es diferenciarnos a través de servicios accesorios. Tenemos edificios muy conectados con las principales arterias de Barcelona y ofrecemos zonas de coworking con Wi-Fin porque maximicen su tiempo durante las visitas", explica Juncadella. La empresa también permite que el locatario establezca la dirección del trastero como punto de recepción de sus compras online.
Los consumidores desestiman el alquiler si el trastero se encuentra además de siete minutos en coche de su residencia
"La clave para captar empresas y autónomos es la adaptación del espacio y la flexibilidad del servicio. Quizás sólo quieren guarda stock o herramientas, pero también tenemos multinacionales que alquilan decenas de trasteros para enviar los materiales que necesitarán sus comerciales y otros que cada poco tiempo necesitan cambiar el espacio disponible", concluye.
La ampliación del espectro de clientes ha hecho que el alquiler de trastero pase de ser una solución puntual en tiempo de crisis a un servicio normalizado para quien necesita un espacio de almacenamiento fuera de la vivienda.