Cornella: "La innovación es posible, si se incorpora en el día a día"

El gran experto apunta que es necesario entender la innovación de otra forma

Alfons Cornella, fundador d’Infonomia y del Institute of Next en Foment del Treball | Cedida Alfons Cornella, fundador d’Infonomia y del Institute of Next en Foment del Treball | Cedida

¿Por qué necesitamos entender la innovación de otra forma? Antes se planificaba a años vista, pero actualmente la forma de evolucionar es reactiva. “Mira qué ha hecho esta empresa china, mira esta compañía de Corea del Sur, debemos apresurarnos”. Así lo ha plasmado Alfons Cornella, fundador de Infonomía y del Institute of Next y como consultor de grandes empresas, que ha dirigido más de 120 proyectos de innovación en todo tipo de organizaciones y que lo ha plasmado en la ponencia Digitalitza’t en la sede de Foment del Treball.

Desde el principio Cornella plasma las cinco recomendaciones para innovar. En primer lugar, la innovación funciona mejor cuando se busca resolver un problema. En segunda instancia, responde a oportunidades y, seguidamente, aumenta la eficiencia. El cuarto consejo tiene que ver con el componente crítico que aporta valor y, por último, la innovación funciona mejor cuando es sistemática.

¿Por qué queremos innovar?

Muchas empresas comienzan con una cultura de innovación en la compañía y, al año, ya quieren resultados. En realidad, lo que quieren es aumentar la cuenta de resultados y la facturación. Sin embargo, es importante entender que la innovación no va a servir para sobrevivir si un negocio no funciona. Sin embargo, innovar permite crecer y competir. Y, sobre todo, innovar para retener talento. "La gente que es buena profesionalmente necesita que lo que esté haciendo tenga sentido", continúa Cornella. Y, sobre todo: innovar para entrenarse para el futuro.

Cornella: “La calidad ya no es un elemento de valor que marque la diferencia. La gente busca variedad, atractivo sensorial, coste reducido y alguna recompensa”

Un caso paradigmático de innovación es el reloj. Todos sabemos que el objeto sirve para medir el tiempo. En cambio, si quieres un reloj emocional, puedes gastarte miles de euros por un reloj Patek Philippe, que puedes guardarlo y hacerlo llegar a las próximas generaciones. Desde la organización lo saben perfectamente y construyen la propuesta de valor y la innovación hacia ahí, con emotividad. A algunas personas puedes enseñarles y ni lo conocen; sin embargo, para alguien puede significar ver la luz.

Cuando el km 0 marca la diferencia

Lo mismo sucede con una silla de plástico reciclada, ya que es un objeto, pero según el valor que le des puede tener mucho más impacto a los consumidores. Por ejemplo, según Cornella, en el barrio de Brooklyn de Nueva York se hacen crecer verduras en los tejados. Y muchos de los neoyorquinos lo adquieren, puesto que quieren productos caseros y de km 0, para convertirse en la gran tendencia. Y en Catalunya sucede por igual porque hay cadenas de supermercado españolas que lo está experimentando. Incluso ocurre con el jabón de la ducha a granel. Una parte de la población considera de gran valor añadido que le esté proponiendo un elemento más sostenible. Te da la autosatisfacción de que estás haciendo algo bien hecho y te aumenta la esperanza.

“La calidad ya no es un elemento de valor que marque la diferencia, debería ser imprescindible. Los consumidores buscan variedad, atractivo sensorial, coste reducido y alguna recompensa”, apunta Cornell. "Con un seguro de coches pides seguridad y reducción de costes como gran valor", destaca el experto. "Lo mismo sucede en una cafetería que tiene buenos croissants, pero también puede gustar que cubres deprisa", remarca. También te pueden comprar si mejoras constantemente. Por ejemplo, "pagas una suscripción a Netflix porque siempre hay películas y series nuevas".

¿Podemos idear un nuevo modelo de negocio?

Cada vez vemos que existen muchas propuestas que se basan en el mismo producto o servicio, cuando en realidad el modelo de negocio es diferente. Si vamos al detalle, dónde vivimos y cómo decidimos dónde vivimos, detalla Cornella. Por ejemplo, vamos a una inmobiliaria y compramos un piso. Sin embargo, existen propuestas de valor diferentes que te permiten buscar una habitación, tales como compartir piso o el coliving. Todas tienen el mismo producto, es decir, dónde duermes y, por otra parte, tiene que ver en cómo es la propiedad.

Cornella: "Pagas una suscripción a Netflix porque siempre hay películas y series nuevas"

Incluso existen conceptos por nómadas que les permite vivir unos meses en una determinada ciudad. Otro elemento más extremo es un modelo de vivienda a suscripción: pagas el alquiler y no dices dónde estás. Puedes vivir dos semanas en Madrid, Londres o Barcelona. O, incluso, el modelo de Ikea en los países suecos donde se convive mayores con los más jóvenes para luchar contra la soledad. La recomendación final del gran experto: la innovación sólo es posible si se incorpora en el día a día.

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