
03
de Noviembre
de
2015
Los servicios de Google son fantásticos, posiblemente los mejores. El buscador es rapidísimo y preciso, GMail es cada vez más inteligente y no se llena prácticamente nunca, Google Drive y Google Docs nos han permitido llevar todos nuestros documentos encima y editarlos cuando queramos y Youtube es una fuente de entretenimiento sin final. Otros servicios, como Google Maps, el sistema operativo Android o el navegador Chrome ya forman parte de nuestro día a día como herramientas de primer nivel. El mejor de todo esto, además, es que todos estos servicios –y el resto de los que ofrece Google– son totalmente gratuitos.
Si todo esto es posible gracias a AdSense y AdWords, los programas de publicidad de Google que generan unos ingresos ingentes para la compañía, hecho que le permite ofrecer servicios de altísima calidad a sus usuarios con el objetivo que pasen la mayor parte del tiempo posible usándolos... y así generen más ingresos en publicidad. El pescado que se muerde la cola.
De hecho, la publicidad contextual de Google también forma parte, quizás de una manera algo más sutil, de nuestras vidas. Cuántos golpes habéis buscado un producto, un hotel, un destino... y a la cabeza de unos minutos o unas horas, navegando por cualquier web que no guarda ninguna relación con el buscador, os ha aparecido un anuncio justamente de aquello que estabais buscando? Esta es una de las técnicas que Google usa generar ingresos.
Ahora, la compañía de Mountain View ha ido un paso más allá y ha iniciado una prueba de concepto trayendo los anuncios de DoubleClick –su filial publicitaria– a las calles de Londres. Para hacerlo, ha instalado vallas publicitarias en algunos de los lugares más concurridos de la capital británica, como Easton Road o la estación de Waterloo. Estas vallas recopilan datos en tiempo real, como por ejemplo el tiempo que hace, la cantidad de gente que hay al suyo cercando, informaciones de viajes o resultados deportivos para decidir qué anuncio mostrar en cada momento.
Según informan los responsables de DoubleClick, la tecnología todavía no está lista para hacer el alto real en todo el mundo. De hecho, aseguran que sólo se trata de una prueba de concepto.
Aún así, con un poco de imaginación no es estropeado pensar que en un futuro, la compañía pueda probar de interconectar estas vallas, por ejemplo, con sus terminales Android. De este modo, la valla podría mostrar publicidad relativa a aquello que hemos sido buscando en Internet, a las aplicaciones que tenemos descargadas o a los lugares que hemos consultado a Google Maps. Si habéis visto la película Minority Report (Steven Spielberg, 2002) es posible que la idea os resulte familiar.
Si todo esto es posible gracias a AdSense y AdWords, los programas de publicidad de Google que generan unos ingresos ingentes para la compañía, hecho que le permite ofrecer servicios de altísima calidad a sus usuarios con el objetivo que pasen la mayor parte del tiempo posible usándolos... y así generen más ingresos en publicidad. El pescado que se muerde la cola.
De hecho, la publicidad contextual de Google también forma parte, quizás de una manera algo más sutil, de nuestras vidas. Cuántos golpes habéis buscado un producto, un hotel, un destino... y a la cabeza de unos minutos o unas horas, navegando por cualquier web que no guarda ninguna relación con el buscador, os ha aparecido un anuncio justamente de aquello que estabais buscando? Esta es una de las técnicas que Google usa generar ingresos.
Ahora, la compañía de Mountain View ha ido un paso más allá y ha iniciado una prueba de concepto trayendo los anuncios de DoubleClick –su filial publicitaria– a las calles de Londres. Para hacerlo, ha instalado vallas publicitarias en algunos de los lugares más concurridos de la capital británica, como Easton Road o la estación de Waterloo. Estas vallas recopilan datos en tiempo real, como por ejemplo el tiempo que hace, la cantidad de gente que hay al suyo cercando, informaciones de viajes o resultados deportivos para decidir qué anuncio mostrar en cada momento.
Según informan los responsables de DoubleClick, la tecnología todavía no está lista para hacer el alto real en todo el mundo. De hecho, aseguran que sólo se trata de una prueba de concepto.
Aún así, con un poco de imaginación no es estropeado pensar que en un futuro, la compañía pueda probar de interconectar estas vallas, por ejemplo, con sus terminales Android. De este modo, la valla podría mostrar publicidad relativa a aquello que hemos sido buscando en Internet, a las aplicaciones que tenemos descargadas o a los lugares que hemos consultado a Google Maps. Si habéis visto la película Minority Report (Steven Spielberg, 2002) es posible que la idea os resulte familiar.