¿Los asistentes virtuales serán los nuevos profesores particulares?

Los dispositivos pueden ayudar a hacer las tareas del día a día de los niños pero no tendrían que sustituir el trabajo de los docentes ni provocar una dependencia en exceso

Los asistentes virtuales pueden tener un efecto importante en el educació | iStock Los asistentes virtuales pueden tener un efecto importante en el educació | iStock

Un niño preguntando al asistente virtual la solución de los deberes ha hecho saltar las alarmas. El infante le pidió el resultado de una resta y el dispositivo le respondió correctamente. Un vídeo que se ha hecho viral y que ha hecho aparecer una nueva duda: ¿los asistentes virtuales serán los nuevos profesores particulares?

Alexa, Siri y Google Assistant tienen muchas aplicaciones prácticas que están relacionadas con el entorno educativo, como traducción en tiempo real, calculadora o la posibilidad de anotar a la agenda fechas de exámenes. Una herramienta que según la profesora de Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC, Mireia Montaña, "puede ayudar a hacer las tareas del día a día y puede servir perfectamente para el estudio". Ahora bien, también ha surgido el debate y algunos temores sobre como la entrada de estos aparatos en el hogar puede afectar el aprendizaje de los niños.

Més info: Quién asiste los asistentes?

¿Puede favorecer a una disminución del trabajo mental de los niños? ¿Puede generar una dependencia grave en los niños que lo utilizan en exceso? ¿Puede sustituir el trabajo de los docentes o de los padres al ayudar a los hijos a hacer los deberes? Para la profesora de Estudios de Psicología y Ciencias de Educación de la UOC, Teresa Romeu, estos riesgos existen, pero nos encontramos ante "un nuevo horizonte al cual no se puede dar la espalda".

Las expertas aseguran que el asistente virtual no tendría que sustituir en ningún caso el trabajo del niño, pero puede ser una manera de ayudarlo. Así como tampoco tendría que ser un sustituto del profesor, puesto que éste tiene la capacidad de empatitzar con los estudiantes e implicarlos y motivarlos en el trabajo, cosa que los dispositivos electrónicos no pueden hacer.

Por otro lado, ambas apuntan también que el uso de los altavoces inteligentes se tiene que limitar a las tareas en las cuales los estudiantes no pueden aportar un valor añadido. "Si pueden encontrar respuestas en todos los encargos usando estos aparatos, quiere decir que las tareas asignadas por el profesor no están muy propuestas", apunta Montaña.

La tesis es clara: no asustarse ante la nueva tecnología, se tienen que aprovechar las ventajas que proporciona. Ahora bien, sin que su uso sea excesivo y no permita a los niños desarrollar sus capacidades y habilidades.

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