
Por aquellos que estáis pensando a cambiar de teléfono, ahora hay que esperar. Todo apunta que el nuevo modelo de iPhone podría presentarse el día 9 de septiembre de este mismo año. Pero, que tendrá de nuevo? Vale la pena aguantar hasta entonces? Hagamos un repaso de los rumores y filtraciones que han aparecido hasta el momento a la red.
Históricamente, desde el iPhone 3G, Apple hace un redisseny total de su teléfono cada dos modelos. El otro, el intermedio, es una actualización más potente de su predecesor que a veces incorpora alguna nueva funcionalidad, como es el caso de Siri o el lector de huella dactilar TouchID. Este año, pues, si nos fiamos del historial de la compañía, toca una versión mejorada de la iPhone 6 y 6 Plus que, previsiblemente, se llamará iPhone 6S.
Al parecer, el diseño permanecerá igual, a pesar de que el nuevo modelo previsiblemente será algo más ancho –un aumento prácticamente imperceptible– debido a la incorporación de la tecnología ForceTouch heredada de la Apple Watch.
Esta tecnología permite detectar diferentes niveles de presión sobre la pantalla, de forma que dependiendo de si pulsamos el vidrio con más o menos bastante, el teléfono responderá de maneras diferentes. Una funcionalidad que puede ser especialmente útil como atajo para realizar acciones con menos toques de pantalla.
Siguiendo con el aspecto físico del aparato, los rumores indican que Apple podría introducir un nuevo color a los ya existentes: gris espacial, blanco y dorado. El escogido sería un tono rosado que se denominaría Rose Gold.
A escala interna, los nuevos modelos verían incrementada su potencia, fluidez y velocidad, incorporando los nuevos procesadores A9 y 2Gb de memoria RAM.
Para los amantes de la fotografía, se prevé que la iPhone 6S incorpore nuevos sensores de cámara de 12 megapíxels con la posibilidad de grabar vídeo a resolución 4K. Además, para mejorar el sonido de los videos y trucadas el dispositivo incorporaría también un micrófono extra.
Si lo recordáis, con el lanzamiento del iPhone 6 Plus algunos usuarios reportaron mediante las redes sociales que sus dispositivos se doblaban al sentarse mientras lo llevaban al bolsillo trasero del pantaló. Para evitar un nuevo bendgate –cómo se denominó el asunto–, Apple podría usar el mismo tipo de aluminio empleado en la fabricación de la Apple Watch, hasta un 60% más resistente.