
Las aplicaciones móviles (las app) están a la alza, y las empresas lo saben. Después del boom de las redes sociales, ahora es el turno de estas aplicaciones informáticas diseñadas para ser ejecutadas en teléfonos inteligentes. Las empresas han encontrado una nueva vía para comunicarse de forma directa con sus potenciales clientes, y el mercado español no podría presentar un mejor escenario.
España es el primero de los cinco principales estados de Europa con mayor presencia de smartphones (63,2%), según un informe reciente de la Fundación Telefónica. Además, su penetración, a pesar de la crisis, mantiene una tendencia ascendente, y el tiempo que la gente dedica a conectarse en Internet desde el teléfono móvil aumenta de forma constante.
Para que sirve?
Conseguir desarrollar un vínculo emocional más estrechado con el cliente, obtener un incremento de las ventas, o recibir información cuidadosa de la navegación de los potenciales consumidores son alguno de los triunfos que puede provocar una aplicación móvil de éxito para una empresa.
Grandes y medianas empresas catalanas de renombre se han dado cuenta que, detrás de la presión de desarrollar una app para estar al día, explotar este canal comunicativo tiene unas grandes virtudes. Para empezar, las apps permiten "tener presencia en todas las herramientas del mundo digital para poder estar en constante contacto con los clientes y mantenerlos informados desde todas las vías de comunicación disponibles", según explica un portavoz del Centro Comercial La Maquinista, queha desarrollado una.
A la vez, las app ofrecen "un vínculo más estrechado con el usuario y, por lo tanto, la marca se vuelve más relevante y accesible", apunta la empresa Mango. Con el objetivo último de "ofrecer la mejor calidad de servicio al mayor número posible de terminales y de la forma más accesible", tal y cómo declaran fuentes de La Caixa.
Cómo puede ser exitosa una 'app'?
El mejor que le puede pasar a una aplicación es que sea muy descargada y que cambie los hábitos de consumo de la gente. Por ejemplo, el app de La Caixa reúne estas dos características. Primero, es la aplicación con mayor número de usuarios de servicios financieros a través de terminales telefónicos de España; y segundo, ha acabado desbancando los cajeros en número de operaciones, y ya es el segundo canal más utilizado por sus clientes, por detrás de la banca en linea.
Qué se tiene que hacer para conseguir un éxito como este?
La aplicación tiene que ser funcional y hace falta que la compañía "ponga los intereses de los usuarios por ante los de la compañía", apunta el profesor del Departamento de Dirección de Marketing de Esade Franco Carreras. También tiene que ofrecer un diferencial. Joan Ignasi Ribas, que es director del posgrado de Diseño Interactivo para Apps del IDEC, habla de una mezcla entre "creatividad, innovación, introducción de ideas nuevas y un discurso sorpresivo que estimule sus usuarios".
Eso sí, el profesor subraya que "se tiene que integrar la aplicación dentro de la estrategia transmèdia de comunicación de la empresa". Con todo ello, se puede llegar a sacar mucho redit del contexto de crisis, cambio y volatilidad de hoy en día: "La ventaja de la situación actual es que las buenas ideas pueden llegar a modificar significativamente el mercado", detecta Ribas.
De balde, casi de balde o de pago?
En el caso de las apps para empresas, el debate queda establecido entre la gratuidad, o la casi gratuidad a través del freemium, es decir, ofrecer los servicios básicos de forma gratuita, pero cobrar por los especiales o más avanzados. En este sentido, la pregunta fundamental es si sequiere sacar una beneficio directo o no.
En ambos casos, se tiene que plantear como una estrategia más de marketing. Y entonces, se tiene que decidir entre "evitar crear más barreras a los clientes" de forma absoluta a través de la gratuidad, como asegura Carreras; o buscar un beneficio a posteriori realizando estrategias de fidelización , que es de donde se obtienen "los ingresos importantes", como declara Ribas.
Qué error se puede cometer?
El error más común que cometen las compañías es uno de simple y básico: "Infravalorar el reto que representa dar a conocer una app un golpe creada", asegura Carreras. Y añade: "A menudo los presupuestos sólo contemplan el desarrollo tecnológico en todas sus versiones y obvian los costes asociados al difundir su existencia".
"Una aplicación puede tener un coste de entre cuatro y siete cifras, dependiendo de su complejidad", advierte el profesor Ribas. No difundirla correctamente puede suponer un enorme gasto inútil para una compañía. Eso sí: "Si la propuesta no tiene un valor bastante alto, el app quedará olvidada entre las docenas de apps que sólo se usan un golpe en la vida", teme el experto de Esade.