Alumnos de Elisava, Facultad de Diseño e Ingeniería de Barcelona, han presentado siete propuestas innovadoras y disruptivas de food design de la mano del reconocido postrero de la Bodega de Can Roca, Jordi Roca. Los proyectos, de los estudiantes del cuarto curso del Grado en Diseño de Elisava, forman parte de un proyecto de investigación impulsado en colaboración con El Celler de Can Roca para encontrar posibles soluciones sistémicas a problemas existentes en el ámbito del alimentación.
Con la fusión del diseño y la gastronomía, la producción y la industria, y otros aspectos esenciales y necesarios, se han elaborado propuestas innovadoras para aplicar a los escenarios actuales. A partir de una profunda inmersión formativa a lo largo del curso a través de talleres, experiencias y charlas, se han abierto nuevos horizontes en el food design, entendiendo que es necesario actuar desde la agricultura, hasta la mesa.
El food design va más allá de la comida
Desde Elisava explican que el mundo agroalimentario y gastronómico avanza y se transforma rápidamente y, especialmente en los últimos tiempos, la cocina se ha convertido en una disciplina admirada y valorada por el conjunto de la sociedad. En el marco de esta tendencia creciente, "el food design va más allá de la comida", y consideran que es un ámbito del diseño que actúa como agente de cambio para mejorar el sistema agroalimentario de nuestra sociedad tanto en el ámbito cultural, social, económico o técnico para garantizar un futuro sostenible y saludable.
Propuestas innovadoras
Un juego educativo y lúdico para concienciar sobre el derroche alimentario en las escuelas, una joya que permite alimentarnos a base de gotas nutritivas, un documental que pone de relieve la crítica situación del sector lechero vacuno en Catalunya o el reciclaje de excedentes alimentarios secados y convertidos en polvo son algunas de las propuestas que los alumnos han presentado a Jordi Roca.
Jordi Roca con los alumnos de Elisava | Cedida
Roca ha apuntado a VIA Empresa que "ha alucinado con la espectacularidad de los proyectos" y destaca la importancia del joven talento, que son muy conscientes medioambientalmente y que los proyectos generan debate y reflexión. Una visión muy fresca y cercana que deberemos seguir de cerca. Todo desde una forma holística, concreta y con impacto. Parece que el food design ha venido para quedarse.