La tecnología que tiene que venir

El 2016 acaba con un excelente en materia de innovación y adelantos tecnológicos, pero da a un nuevo año donde el Big Data, la inteligencia artificial y la robótica tienen mucho que decir

La y nnovacióes la forma de crear valor, diferenciarse y adaptarse a las exigencias del mercado, un camino donde la tecnología juega un papel muy importante. En este contexto, la Internet de las Cosas, la inteligencia artificial, los pagos móviles, o la realidad virtual son algunas de las tendencias que marcarán la agenda digital de este 2017.

Para el decano de la Facultad de Economía de la UVic, Xavier Ferràs, no todo está tan claro. "La potencia del cambio tecnológico que estamos experimentando col·lideix frontalmente con un sistema económico que no es capaz de interpretar las implicaciones de esta revolución del conocimiento", afirmaba en un artículo de opinión a VÍA Emprendida. Es una reflexión que apela principalmente a la destrucción de puestos de trabajo que se atribuye constantemente a la automatización de procesos, pero que también serviría para hablar de la reducción de la privacitat a la red o a los cambios en las relaciones entre las personas.


Visto desde esta óptica, todo parece muy oscuro. Sin embargo, es innegable que el salto cualitativo que se ha hecho en ámbitos como la educación, la sanidad o la gastronomía no habrían sido posibles sin la digitalización. Y todo ha venido de la mano de los robots, de la Internet de las Cosas o del Big Data, entre otros, unos campos donde todavía hay mucho para explotar.

Objetos inteligentes
Por Ferràs, la revolución más grande que tiene que venir tiene que ver con la inteligencia artificial: "El que veremos en los próximos años tiene unas dimensiones que cuestan de entender: la web, un sistema eminentemente pasivo, se convertirá en un sistema nervioso activo que tomará decisiones de forma autónoma, regido por algoritmos de inteligencia artificial".

Todo esto ya se ha podido ver con el último experimento de Google, un DeepMind capaz de decidir a solas. No razona, pero sí que tiene la capacidad de adquirir conocimiento de acuerdo con la experiencia, como si se tratara de un niño pequeño. Todavía está en fase de pruebas y el buscador ha dejado muy claro que quiere que sus habilidades no se queden aquí, así que habrá que estar atentos para saber hasta qué punto asemejarse DeepMind a un humano.

En este mismo campo, pero con una aplicación definida, se encuentra el espejo inteligente creado por Bismart. Se trata de un robot que quiere convertirse en un tipo de personal shopper para recomendar ropa al cliente basándose en la fisonomía de la caro, el cuerpo, las aficiones o el estilo de vida. "Es una cosa espectacular para mejorar la experiencia de compra", señalaba el CEO, Albert Isern, una tecnología que ligada a la robótica y el Big Data.

Robots para el día a día
Pero si queremos hablar de robots, hay que mencionar sin falta el que todo el mundo quiere tener en casa suya: en Zenbo, un robot doméstico que habla, anda y observa con una cámara integrada y función de reconocimiento de imagen ideado por ASUS. Ha sido uno de los primeros a salir al mercado, y posiblemente tenga unas capacidades insuficientes por el que sería idóneo para olvidarse totalmente del hogar, pero el experto en la materia y profesor de la Freie Universität Berlin Raúl Rojas recuerda que este será un invento que tarda a llegar. "Algunos me han preguntado cuando tendremos el robot mayordomo en casa y siempre digo que es el último que tendremos porque es difícil cocinar, arreglar el hogar y pensar donde colocar las cosas. Tampoco es prioritario", comentaba en una entrevista a VÍA Emprendida.

Rojas recuerda que la introducción de los robots al mercado no es una cosa nueva. La lavadora es un ejemplo que normalmente no se tiene en cuenta porque no tiene una forma humanoide, como tampoco se piensa en las máquinas industriales que han automatizado procesos o se han ocupado de los trabajos más duros en cuanto a la carga física de los trabajadores.

Desde su punto de vista, la revolución que tiene que llegar en menos de cinco años, es el vehículo sin conductor. Será a las carreteras, pero, porque para hablar de ciudades con coches autónomos circulante por las calles supondrá hacer un redisseny urbano adaptado a las nuevas necesidades.

Jugar o tratarse?
A pesar de que la realidad virtual y aumentada ha sido asociada a menudo en el mundo de los videojuegos, el sector sanitario es uno de los principales beneficiados de la llegada de esta tecnología al mercado.

Lo han hecho patente emprendidas como Psious o Visyon. La primera, mediante el uso de ojeras de realidad virtual, ayuda los psicólogos a tratar las fobias de sus pacientes. La segunda, en cambio, ha desarrollado una aplicación móvil para ver el mundo tal como lo visualizan los enfermos de demencia con la realidad aumentada.

Los wearables y gadgets de todo tipo son otro pilar que ha permitido avanzar a pasas de gigante en prevención de enfermedades y salud activa. Una camiseta o una pequeña herramienta que se engancha a los sujetadores de las mujeres sirven para combatir el estrés y aprender a respirar mejor, un wearable que ofrece un sistema de diagnóstico para patologías musculo-esqueléticas y un tratamiento personalizado con sensores, y un gadget que ayuda a controlar el estado de la medicación para los alérgicos más graves son buenos ejemplos. Algunos están plenamente desarrollados y otros se encuentran en fase de salir al mercado y que posiblemente el 2017 sea el momento.

Big Data, clave en el cambio
Todos los campos, herramientas y otros inventos mencionados son sólo parte de la revolución tecnológica que estamos viviendo, y muchos de ellos tienen en común un elemento: la recogida y análisis de datos masivos como base.

Si una cosa está clara, es que el Big Data es el nuevo oro. Y esto es positivo o negativo? Según se mire, por el que el fundador y CEO de CartoDB, Sergio Álvarez, siempre pone el alerta: "Tenemos que evitar que los datos sean el nuevo petróleo". Por el que en paralelo al cambio, a la consolidación de la industria 4.0 y las smart cities, o a modelos de producción más innovadores basados en nuevos materiales y llevados a cabo por robots, la sociedad tiene el gran reto de aprender a gestionar la información y su privacitat.

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