BNC10, la 'fintech' fácil

La startup se autodefine como el primer neobanco de Barcelona y suma más de 40.000 clientes en menos de un año

Albert Llorens, CEO de BNC10, la 'fintech' hacècil | Cedida Albert Llorens, CEO de BNC10, la 'fintech' hacècil | Cedida

La libreta, el cajero, el efectivo e, incluso, las tarjetas y los cajeros automáticos. Las obsolescencias de la banca tradicional no son iguales para toda la población. Mientras que las generaciones más jóvenes se van adaptando a las nuevas formas de pago y de gestión del dinero, los colectivos de edad más avanzada todavía necesitan el contacto humano de su banco de toda la vida para ir a ingresar dinero o a actualizar la libreta de movimientos de su cuenta. Los neobancos y las fintech son todavía extraños para muchos, pero la startup que se autodefine como el primero neobanco de Barcelona, BNC10, quiere llegar a todos los públicos. En poco menos de un año, suma más de 40.000 clientes.

"Tenemos un servicio suficientemente sencillo para que se pueda entender bien digitalmente", explica el CEO de la empresa, Albert Llorens. La media de edad de sus clientes es de entre 33 y 35 años, a pesar de que cuando arrancaron pensaban que el público que se interesaría en la empresa sería más joven. "Queremos ser una fintech en que la edad no sea una limitación", insiste Llorens. No es fundador, sino que llegó a dirigir la compañía cuando las bases ya estaban establecidas.

Pero sí provenía del sector financiero. "Desarrollé un gran proyecto de banca digital dentro de un gran player", relata. Allí, se dio cuenta de que en la banca tradicional había una "falta de transparencia; hay muchas comisiones que no se ven". Además de las limitaciones de los grandes bancos, el momento vital y el contexto europeo ayudaron a que optara para embarcarse en la aventura de BNC10. Por un lado, estudió un MBA en el IESE; por el otro, había una oleada de nuevos bancos en Europa con un modelo fácil, que no se asemejaba a los actores más tradicionales del sector.

Més info: El primer neobanco de Barcelona

La llegada del coronavirus no les ha ido mal: en los primeros seis meses del año han mantenido el ritmo de altas, el número de clientes se ha doblado. Una de las claves de este aumento es el lanzamiento del pago móvil. "Ya estaba previsto que entre marzo y abril cerráramos un acuerdo con Google Pay y otro con Apple Pay para que nuestros clientes puedan pagar a través del móvil tanto si tienen iPhone como Android", explica Llorens.

De hecho, durante el periodo de confinamiento las autoridades sanitarias recomendaban evitar pagar en efectivo por la posibilidad de transmitir el virus con los billetes y las monedas. Pero la covid-19 sí ha afectado a BNC10, que han querido ser previsors y han reducido el gasto al máximo. "Hemos renegociado todos nuestros contratos, pero por suerte no hemos tenido que prescindir de nadie de nuestro equipo", afirma el CEO. De hecho, entre enero y el inicio de la pandemia ficharon a dos personas -hasta llegar a las 17- y han mantenido estos puestos de trabajo.

"Hemos renegociado todos nuestros contratos para reducir el gasto a raíz de la covid-19, pero no hemos tenido que prescindir de nadie del equipo", explica el CEO

Cuenta, tarjeta y Bizum

Los inicios de la historia de la startup se remontan al año 2017. El referéndum por la independencia de Catalunya del 1 de octubre provocó el traslado de la sede social de muchas empresas, entre las que había dos de los principales bancos catalanes: Caixabank y Banc Sabadell. Uno se marchó a Valencia y el otro, a Alacant. "Esto y la crisis de 2008 hizo que desaparecieran muchos bancos: hace 10 años había 60 cajas y ahora quedan 10; ha habido muchas fusiones", explica Llorens. El CEO considera que esto se tradujo en una pérdida de confianza por parte de los clientes: "Queremos intentar recuperarla".

Un grupo de inversores catalanes decidió que era el momento de aportar un actor a esta nueva oleada de bancos europeos. BNC10 contiene elementos similares de todo el resto de bancos: los clientes pueden tener una cuenta corriente con IBAN español, una tarjeta de prepago de débito y un Bizum propio, para enviar dinero de manera fácil a cualquier número de teléfono de la agenda del cliente. Las operaciones se hacen exclusivamente por internet, a través de la aplicación o de la página web.

BNC10 atiende a sus clientes de manera personal a través de Whatsapp y Telegram; no tiene oficinas físicas

Como el resto de fintechs, BNC10 no tiene ninguna oficina física, puesto que "es un gasto muy alto". A cambio, los clientes pueden contactar con el personal a través de Whatsapp y Telegram. De este modo, consiguen el componente humano que Llorens considera que "falta en todas las empresas". Un 80% de los clientes se encuentran en el Estado español. De estos, la gran mayoría son de Catalunya y, concretamente, de Barcelona. El 20% restante son de otros países de la Unión Europea.

Sostenibilidad y expansión

Los planes de futuro incluyen convertirse en un banco eco-friendly. "Queremos funcionar con pago móvil, además de reducir la huella de carbono", asegura Llorens. Otra de las novedades que tenían previstas para 2020 -y que la covid-19 no ha modificado- es sumergirse en la gestión social del dinero, es decir, trascender la personal: "Esto quiere decir facilitar la división de los gastos si pasas un fin de semana con un grupo de amigos o incluso a nivel de pareja o para dar la paga a un hijo".

El freno de la inversión por la crisis económica que se ha desprendido del coronavirus les ha hecho reafirmarse en una idea que ya venía de antes. En septiembre lanzarán una campaña de crowdfunding con la que tienen previsto captar unos 750.000 euros. La expansión también se encuentra en el horizonte. El mercado que más les llama es el de América Latina. Pero también quieren conseguir una licencia propia para operar en la zona SEPA, puesto que ahora lo hacen a través del permiso de un tercero.

Las previsiones son que esto les impulse a crecer en el centro de Europa. Según Llorens, también les ayudará a "mejorar el servicio, puesto que tendremos más independencia y pasaremos de distribuir servicios como ahora, a ofrecer servicios propios".

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