Tecnología portable: el 'wearable'

Los dispositivos inteligentes que funcionan hoy en día pueden acompañar nuestra indumentaria o integrarse en ella

Estos días, Barcelona celebra el IBTM World, el salón turístico que reunirá 17.500 profesionales con 3.000 expositores de 150 países. En esta edición destaca la inclusión de la Zona de Innovación, en que se muestran las mejores soluciones tecnológicas y servicios que marcarán el sector de las reuniones en el futuro, seleccionadas por expertos mundiales. El creciente aumento de la tecnología en la vida personal y profesional es evidente; y la tendencia comercial de incorporar prestaciones tecnológicas avances a enseres de uso personal como por ejemplo roba, ojeras, relojes u otros accesorios con sensores especiales plantea el debate lingüístico sobre cómo se tiene que traducir el adjetivo inglés wearable, habitualmente utilizado para calificar estos nuevos dispositivos.

Si tenemos en cuenta la multitud de contextos en que se utiliza esta forma, nos damos cuenta que tanto en catalán como en otras lenguas cercanas como el castellano o el francés conviene tener en cuenta las necesidades comunicativas de cada situación para trasladar con la máxima precisión los significados originales.

Las formas portable o vestible / de vestir / para vestir, que se pueden considerar calcos del inglés, son todas adecuadas lingüísticamente si tenemos que calificar formas nominales genéricas como por ejemplo dispositivo, ordenador o tecnología; de este modo, el adjetivo hace evidente que se trata de tecnología que se integra en la indumentaria: por ejemplo, dispositivo portable, tecnología vestible...

En cambio, cuando en el contexto comunicativo de este fenómeno se tienen que adjetivar formas como por ejemplo indumentaria o complementos o, todavía más específicamente, ojeras, reloj, brazalete o ropa, els adjetivos portable y vestible no parece que funcionen, puesto que estamos hablando de enseres que ya se consideran una parte de la vestimenta, y en cambio el uso se decanta para utilizar formas como por ejemplo tecnológico, conectado o incluso digital o inteligente, que aportan el complemento semántico necesario para hacer entender que se trata de piezas que incorporan prestaciones tecnológicas avances.

Recomendamos pues de tomar, de entre los recursos lingüísticos propios del catalán, el que más se puede adaptar a la voluntad comunicativa que queremos transmitir en un contexto determinado.

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