21
de Junio
de
2016 - 05:30
Cada vez tenemos más y más aparatos conectados. Ahora mismo si miráis de hacer una lista de los aparatos con Wi-fin que tenéis en casa, vosotros mismos os sorprenderéis: ordenadores, móviles, mesitas, smart-TVs, relojes inteligentes y, si os gustan los gadgets, posiblemente un termostato inteligente, unas Philips Hue o alguno otro widget de domótica.
Y aquí llegan los problemas, nuestros aparatos son absolutamente dependientes de Internet, pero los routers que nos proporcionan las operadoras de internet todavía parecen del siglo pasado. Si el instalador os lo coloca en la habitación donde tenéis el ordenador, seguramente la señal no os llegue al comedor, y a la inversa.
Para resolverlo, tenemos varias opciones. La más común es instalar un amplificador de señal Wi-Fin, o un extensor PLC, que transmite la señal de internet a través de la línea eléctrica. Esta segunda opción es fácil de implementar y relativamente barata, pero desgraciadamente no funciona en casas grandes que tienen más de un circuito eléctrico y en días de tormenta, cuando hay bastante electricidad estática, el sistema no acaba de rutllar del todo bueno.
Si sois lectores habituales de esta sección, recordaréis que hace unos meses hablamos de Eero, un router inalámbricos que facilita el proceso de hacer llegar Internet a toda la casa. Este martes os queremos presentar una alternativa que usa una tecnología similar, pero bastante más discreta estéticamente.

Plume es un sistema de enchufes que se conectan a cualquier presa eléctrica de la casa y crean una especie de "red" virtual entre ellos. Con este sistema, que sus fabricantes denominan "Wi-Fin adaptativo", la red calcula en todo momento en qué posición se encuentran los diversos aparatos conectados para ajustar la potencia de la señal de cada uno de los nodos.
Según sus creadores, este sistema proporciona la conectividad inalámbricas más rápida del mercado. Y si en algún momento necesitamos disponer de conexión en un espacio de la casa donde antes no hacía falta, basta con colocar otro enchufe Plume porque el sistema lo integre dentro de su red.
La principal ventaja frente a sus competidores –incluido el Eero–, es su precio. Cada unidad de Plume cuesta 39 dólares en prereserva –49 euros cuando salga a la venta–, es decir unos 34 euros y 43 euros, respectivamente. Si tenemos en cuenta que cada Eero costaba unos 200 dólares, el ahorro es obvio. Esto si, como mínimo hay que comprar un paquete de seis enchufes.
Y aquí llegan los problemas, nuestros aparatos son absolutamente dependientes de Internet, pero los routers que nos proporcionan las operadoras de internet todavía parecen del siglo pasado. Si el instalador os lo coloca en la habitación donde tenéis el ordenador, seguramente la señal no os llegue al comedor, y a la inversa.
Para resolverlo, tenemos varias opciones. La más común es instalar un amplificador de señal Wi-Fin, o un extensor PLC, que transmite la señal de internet a través de la línea eléctrica. Esta segunda opción es fácil de implementar y relativamente barata, pero desgraciadamente no funciona en casas grandes que tienen más de un circuito eléctrico y en días de tormenta, cuando hay bastante electricidad estática, el sistema no acaba de rutllar del todo bueno.
Si sois lectores habituales de esta sección, recordaréis que hace unos meses hablamos de Eero, un router inalámbricos que facilita el proceso de hacer llegar Internet a toda la casa. Este martes os queremos presentar una alternativa que usa una tecnología similar, pero bastante más discreta estéticamente.

Plume es un sistema de enchufes que se conectan a cualquier presa eléctrica de la casa y crean una especie de "red" virtual entre ellos. Con este sistema, que sus fabricantes denominan "Wi-Fin adaptativo", la red calcula en todo momento en qué posición se encuentran los diversos aparatos conectados para ajustar la potencia de la señal de cada uno de los nodos.
Según sus creadores, este sistema proporciona la conectividad inalámbricas más rápida del mercado. Y si en algún momento necesitamos disponer de conexión en un espacio de la casa donde antes no hacía falta, basta con colocar otro enchufe Plume porque el sistema lo integre dentro de su red.
La principal ventaja frente a sus competidores –incluido el Eero–, es su precio. Cada unidad de Plume cuesta 39 dólares en prereserva –49 euros cuando salga a la venta–, es decir unos 34 euros y 43 euros, respectivamente. Si tenemos en cuenta que cada Eero costaba unos 200 dólares, el ahorro es obvio. Esto si, como mínimo hay que comprar un paquete de seis enchufes.