
19
de Marzo
de
2015
Act.
30
de Marzo
de
2015
A medida que se acerca el lanzamiento de Windows 10, el nuevo sistema operativo de Microsoft, y sevan conociendo las nuevas características, se constata el hecho que el nuevo CEO de la compañía, Satya Nadella está sacudiendo los fundamentos de la empresa para limpiar la imagen e intentar posicionarla hacia un futuro más prometedor.
Primero fue el regreso del menú de inicio, después lo siguieron la presentación de Spartan; el nuevo navegador que suponía enterrar definitivamente Internet Explorer; el apoyo para dispositivos de ultrabaix coste Raspberry Pino o incluso el anuncio que los usuarios de versiones anteriores de Windows podrían actualizar a la versión 10 de manera totalmente gratuita.
Esta semana pero ha saltado la noticia más sorpresiva: fuentes de la compañía de Redmond han anunciado que los usuarios que usen copias piratas de los sistemas Windows 7 o 8, podrán actualizar a Windows 10 cómo si fueran usuarios legales y que, automáticamente, pasarían a disponer de licencias legítimas.
A por los países emergentes
Este anuncio, que de entrada puede dar la sensación de ser un movimiento a la desesperada para captar demasiado de usuarios, es una decisión muy meditada y centrada especialmente en los mercados de países emergentes como por ejemplo Brasil, la China o la India, donde se calcula que 9 de cada 10 usuarios utilizan copias ilegales de Windows.
La esperanza de la compañía es que al regalarlos la nueva versión de su sistema operativo, estos usuarios puedan entrar de nuevo en el ecosistema Windows y, como mínimo, consumir otros productos de la marca, como por ejemplo aplicaciones mediante la tienda de apps que incorpora Windows, o servicios de almacenamiento a la nube.
Adaptarse a la piratería
Durante muchos años, Microsoft ha intentado combatir la piratería de sus productos sin éxito. Los números de serie siempre han circulado libremente a la red y las versiones que requerían activación han sido rápidamente pirateadas en todo el mundo.
Parece ser pues, que este movimiento podría significar el fin de las populares versiones activadas de Windows disponibles a Internet y que, a menudo, se instalan cargadas de aplicaciones de poca utilidad que los restan estabilidad.
Primero fue el regreso del menú de inicio, después lo siguieron la presentación de Spartan; el nuevo navegador que suponía enterrar definitivamente Internet Explorer; el apoyo para dispositivos de ultrabaix coste Raspberry Pino o incluso el anuncio que los usuarios de versiones anteriores de Windows podrían actualizar a la versión 10 de manera totalmente gratuita.
Esta semana pero ha saltado la noticia más sorpresiva: fuentes de la compañía de Redmond han anunciado que los usuarios que usen copias piratas de los sistemas Windows 7 o 8, podrán actualizar a Windows 10 cómo si fueran usuarios legales y que, automáticamente, pasarían a disponer de licencias legítimas.
A por los países emergentes
Este anuncio, que de entrada puede dar la sensación de ser un movimiento a la desesperada para captar demasiado de usuarios, es una decisión muy meditada y centrada especialmente en los mercados de países emergentes como por ejemplo Brasil, la China o la India, donde se calcula que 9 de cada 10 usuarios utilizan copias ilegales de Windows.
La esperanza de la compañía es que al regalarlos la nueva versión de su sistema operativo, estos usuarios puedan entrar de nuevo en el ecosistema Windows y, como mínimo, consumir otros productos de la marca, como por ejemplo aplicaciones mediante la tienda de apps que incorpora Windows, o servicios de almacenamiento a la nube.
Adaptarse a la piratería
Durante muchos años, Microsoft ha intentado combatir la piratería de sus productos sin éxito. Los números de serie siempre han circulado libremente a la red y las versiones que requerían activación han sido rápidamente pirateadas en todo el mundo.
Parece ser pues, que este movimiento podría significar el fin de las populares versiones activadas de Windows disponibles a Internet y que, a menudo, se instalan cargadas de aplicaciones de poca utilidad que los restan estabilidad.