De la adolescencia no nos libramos, y del machismo tampoco

¿Cómo el machismo marcó nuestra adolescencia? RTVE Lab, el laboratorio de innovación de RTVE, ha lanzado un test interactivo online en el que, si pones tu fecha de nacimiento, te presenta todas aquellas influencias machistas que marcaron tus primeros años de pubertad. Libros, revistas, series y canciones de aquellos años que, aunque tú no los consumieras en primera persona, sí lo hizo tu generación y, por lo tanto, recibiste -y en muchos casos asumiste- aquellos mensajes. Un viaje al pasado que te transporta a aquellos años donde empezabas a buscar y consolidar una identidad, donde las influencias tenían un impacto trascendental en tu desarrollo y proceso de autoconocimiento. Por suerte, tuvimos muchos años, después, para acabar de pulirlo; porque de la adolescencia no nos libramos ninguno de nosotros, pero del machismo tampoco.

"¿Cómo te gustan más? ¿Provocativas o discretas? (2000)", "Un kilo de más, un admirador menos"(1977), "Si eres gordita por arriba, disimúlalo con colores neutros" (1998). Son mensajes reales y constantes, publicados en las revistas de moda y entretenimiento de antes de los 2000, que no han cesado con el tiempo, sino que han encontrado maneras más atractivas y sibilinas de llegar a los adolescentes. Bien, o no tan sibilinas, que con el grito machista de los universitarios del colegio mayor masculino Elías Ahuja de Madrid -"Putas, salid de vuestras madrigueras" (2022)- muchos nos llevamos las manos a la cabeza, pero también vimos adolescentes defenderlo en prime time en la televisión. Chicas y chicos.

Es verdad que el test propuesto por RTVE Lab expone situaciones y mensajes escandalosos, como la tan sonada "sentencia de la minifalda" (1989). El empresario Jaume Lluís Fontanet había sido multado por haber abusado sexualmente de una joven de 16 que trabajaba en su empresa. Y el juez de la Audiencia de Lleida, Rodrigo Pita, consideró como atenuante que la joven, que llevaba una minifalda, "si de caso inocentemente, había provocado este tipo de reacción en el empresario, que no se pudo contener en su presencia". Ahora, por suerte, la película sería muy distinta.

Pero más allá de escandalizarnos y quedarnos con la anécdota, quiero justamente destacar en clave positiva esta evolución en la conciencia social. Me enorgullece recordar las influencias machistas que marcaron mi adolescencia (la presión sobre cómo tenía que ser el cuerpo de la mujer, la canción del rapero no-muy-espabilado Porta 'Las niñas de hoy en día son todas unas...', Crepúsculo, O.T...), y ver cómo las superamos, cómo hicimos evolucionar nuestro discurso, cómo tomamos conciencia, como sociedad, que aquellos estándares no se ajustaban a nuestras necesidades y aspiraciones, a nuestra identidad.

No es que ahora estemos libres de estas influencias, pero tenemos más herramientas y conciencia para identificarlas y rechazarlas. Y no es que el camino esté todo hecho, ni mucho menos, pero el sendero se ve menos pesado si te das cuenta de todo lo que ya has hecho. Que podemos estar orgullosos.

No es que el camino esté todo hecho, ni mucho menos, pero el sendero se ve menos pesado si te das cuenta de todo lo que ya has hecho

Gracias a las que tuvieron el valor de ser referentes. Gracias a las que se manifestaron. A las que dijeron "no" y a las que dijeron "sí". A las que lucharon por hacerse un sitio. A las que creyeron en su carrera profesional. A las que no solo se aceptaron cómo eran, sino que nos recordaron lo que era el verdadero autoestima.

Y sí, todavía queda. En el ámbito social, pero especialmente en el laboral. Todavía hoy en día, las mujeres tenemos un 30% menos de probabilidades de ser citadas a una entrevista de trabajo. El sueldo que se nos ofrece con el mismo currículum que un hombre es un 25% menor. Las mujeres sólo ocupamos el 36% de los cargos directivos de España y, concretamente, de las 35 empresas del Ibex-35 tan sólo tres están lideradas por mujeres.

Y podríamos continuar con muchas más cifras, pero yo vuelvo a la idea del sendero. Porque quizás, cuando los adolescentes de hoy en día ya sean adultos, este camino ya lo habremos recorrido. Y serán ellos quien se quedarán escandalizados con estas cifras y verán, con orgullo, el camino recorrido.

Por cierto, un hecho curioso: en el test solo pueden jugar los nacidos entre el 1962 y el 2009. Los últimos, por un motivo claro: apenas ahora empiezan la pubertad (los que nos juzgarán dentro de unos años). Ahora bien, los mayores de 61 años... habéis quedado fuera. Quizás había tantas influencias machistas que era mejor dejarlo estar.

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