Black Mirror: Frosties o McGuffins?

El próximo pasado 28 de diciembre se estrenaba el esperado última entrega de la serie Black Mirror. Llegaba en medio de una gran expectativa desde que en octubre Netflix anunciara estaba preparando un episodio interactivo donde el espectador podía decidir con sus acciones el decurso de la historia en una narrativa en árbol con múltiples caminos.

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Automáticamente Twitter se convirtió en la segunda pantalla (tercera si habéis visto el episodio) de Bandersnatch y se llenó de reacciones en directo de espectadores de todo tipos de huso horario. compartían las decisiones en directo, las diferentes ramas de la historia, los bucles narrativos, los easter egg, las referencias vuitanteres (la de Los Jóvenes, la mejor) y —es Twitter— reacciones que iban desde el "amor eterno" hasta el Gran Hermano pasando por el clásico "me lo imaginaba más grande".

"Netflix es una empresa de datos masivos por encima de todo"

Las narrativas en árbol de decisión no son nuevas. Cualquier que haya leído un libro de Elige tu aventura o haya jugado al Monkey Island las conoce. Tampoco es nuevo para Netflix: a principios del 2017 la plataforma ya experimentó con formatos narrativos interactivos con las series infantiles Puss In Book (Con el gato con botas) y Buddy Thunderstruck. La innovación de Bandersnatch no es en el qué sino en el cómo.

Para ver Bandersnatch con perspectiva tenemos que abrir el foco y entender como funciona Netflix. Mucho antes de ser el canal de entretenimiento global y la productora de contenidos que es hoy, fue una empresa que alquilaba DVDs por internet y los enviaba por correo a casa. En el antiguo web de Netflix te podías buscar películas, géneros, hacer listas, y ordenar y reordenar la cola de visionado de cercanos DVDs entre otras cosas. Una versión artesana del que hacemos ahora cuando queremos elegir una película con el mando. Desde el año 1997 que Netflix conoce mejor que nadie los hábitos de consumo de sus usuarios.

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Hoy Netflix además de guardar todo el que veis guarda también los ratos que os pasáis yendo de caràtula en caràtula, las pausas que hacéis, los trailers que veis y el tiempo que dejáis una película en pausa (para saber si habéis ido a hacer un pipí o si estáis cenando). Con esta información y muchas otros, un algoritmo de IA es capaz de crear caràtules personalizadas para cada usuario con el fotograma que le resultará más atractivo. Con toda esta información Netflix sabe perfectamente, no sólo qué contenidos nos tiene que recomendar porque pagamos el cercano más con una sonrisa (el 70% del contenido que consumimos es recomendación de su algoritmo), sino que sabe donde tiene que invertir para producir nuevos contenidos de éxito. Netflix es una empresa de datos masivos por encima de todo.

Bandersnatch es uno un salto cualitativo; además de registrar los patrones de consumo pasivos y de preferencias genéricas de los usuarios, ahora con la tecnología propietaria Branch Manager, pueden registrar también respondidas a preguntas directas que pueden ir de nuestras preferencias de consumo a nuestras fílies y fobias. Si ya tenían el duro, ahora tienen la clave.

***Ligeros spoilers a partir de aquí***

A primeros del episodio en la primera decisión aparentemente inocua tenemos que elegir entre si tomamos Frosties o Sugar Puffs para almorzar; el Sr. Kelloggs seguro que no ha hecho nunca una estudio de opinión sobre sus productos de 137 millones de potenciales consumidores. Más adelante, en una decisión particularmente angustiosa, tenemos que elegir quién hagamos saltar por un balcó, si al protagonista o a su amigo (todo el mundo con quien he hablado hizo saltar el amigo). desconozco el algoritmo, pero conociendo Netflix me jugaría todos mis datos que el tiempo que hemos elegido a escoger una opción o la otra y los saltos entre opciones mientras dudábamos también han quedado registradas a la plataforma.

"Y si el episodio que yo he visto está hecho para mí en base a mis datos y nadie más no lo ha visto?"

El hecho que Netflix haya escogido Black Mirror no es casual. Parte del éxito de la serie rae en el hecho que está situada en un futuro cercano que habríamos ayudado a construir entre todos con una supuesta mala utilización actual de la tecnología. De aquí el dolor de estómago que sentimos al final de cada episodio. Tengo que confesar que Bandersnatch no es de los que más dolor de estómago me produjo un golpe acabado.

Pero, y si fuera Netflix que hubiera controlado nuestra voluntad de mirar el episodio? Y si el episodio que yo he visto está hecho para mí en base a mis datos y nadie más no lo ha visto? Y si no fós yo quien ha decidido qué hace el protagonista en cada elección? Y si fuera Black Mirror quién hubiera sido controlando mis decisiones? Miráis el capítulo bien, seguís todos los caminos posibles y fijaos bien en los flash-backs acelerados que os vuelven a traer en su punto de decisión en según qué elección. Si volvéis a mirar el episodio pensante que Netflix es en realidad vuestras decisiones y el protagonista es sólo un McGuffin, veréis que todos los dolores de estómago que pasa a la ficción los tendréis vosotros a la realidad.

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