Empresa, cultura y sociedad digital

Consejos para los que quieren trabajar con mis datos

15 de Junio de 2022
Genís Roca

Hola empresas y organizaciones que queréis mis datospersonales para enviarme mensajes y si todo va bien venderme alguna cosa o ofrecerme algún servicio, sabed que ya me tenéis un poco harto y os ruego tengáis en cuenta tres consideraciones básicas:

 

Los datos no se exigen

No me podéis pedir ningún dato sin antes justificar para qué lo necesitáis y qué haréis con él. Cada dato que me pedís debe ir acompañado de su explicación y justificación, y por descontado, los campos de respuesta obligatoria deberían ser los mínimos indispensables, pero indispensables de verdad. Revisad vuestros formularios bajo este criterio y descubriréis que no explican para nada el porqué de cada pregunta, y piden mucho más de lo realmente necesario. Parecéis coleccionistas, fisgones o pervertidos, en lugar de empresas modernas.

Los datos no se capturan

Basta de algoritmos que se dedican a deducir cosas de mi vida. Basta de analizar mi tiquet de la compra para inferir cosas de mi edad, dieta o estructura familiar. Basta de analizar los usos de mi móvil o de cómo hago servir vuestra web o vuestra aplicación. Basta de analizar mis hábitos y mis manías. Si queréis saber alguna cosa de mi me lo decís, y yo ya decidiré si os lo quiero explicar o os dejo observarlo. Deberíais reconocer y declarar si tenéis algún algoritmo analizándome, y deberíais dejarme elegir si lo quiero o no. Sabéis que muchos os diríamos que no, y quizás por eso no nos lo preguntáis. Si queréis parecer simpáticos hacedlo ahora voluntariamente, porque no pararemos hasta que sea obligatorio.

 

Mis datos son míos

Incluso cuando os los dejo, mis datos son míos. Siempre. Aunque os haya dicho “aceptar”, “aceptar”, “aceptar”, “aceptar” veinte veces en vuestros largos y pesados textos legales, mis datos no son vuestros. No es un tema técnico, es un tema moral. Son míos y quizás os los he confiado, debéis tratarlos con respeto y prudencia, debéis hacer una custodia responsable, y no debéis olvidar nunca quien es el verdadero propietario, y no sois vosotros. Me incomoda cómo tratáis mis cosas, da toda la sensación que os pensáis que ya son vuestras.

Ya sabéis que las buenas relaciones se basan en el respeto. Si queréis una relación sana conmigo en lugar de dedicar tantos esfuerzos a recolectar y analizar mis datos, provad a construir una relación basada en la confianza. No pongáis en el foco en la ingeniería, ponedlo en la comunicación.