Este martes se celebra el Primero de mayo y muchos trabajadores saldrán a la calle a reclamar cambios: desde el trabajo que se está haciendo en negro, hasta las altísimas tasas de temporalidad y de subocupación existentes, pasando por las horas las trabajadas y no pagadas, y continuando por becarias y becarios que sustituyen a trabajadoras/es, pero es hablar para hablar.
Según la última EPA publicada en España, ha caído la tasa de actividad y ya era la más baja de Europa. La oferta real y potencial de trabajo es enorme, muy superior a la demanda de trabajo, por lo cual aunque los trabajadores reclamen, creo que no se los va a hacer nada de caso, máximo en un entorno en el cual el voto de uno, de un colectivo de personas, no vale nada porque todo se decide a instancias superiores y los Gobiernos, independientemente de su color y de su situación geográfica, tan solamente ejecutan.
En días en que la polémica con la sra. Cristina Cifuentes acapara titulares, es importando el mensaje que se envía a los ciudadanos sobre el esfuerzo, el trabajo y la constancia. En relación con su polémico máster, sólo sé el que sucede en mi Universidad. Si en realidad sucedió el que se llama que sucedió en este centro, sólo puedo decir que en la Universitat Ramon Llull, hubiera sido imposible que sucediera por los sistemas de control y verificación existentes.
En el tema de las cremas no entro porque este es un tema personal, pero me trae a razonar que si interesa obtener y conservar una información por encima de los límites y los plazos que marca la ley se está entrando en una zona peligrosa. La ciudadanía española, si repasa todos los casos de irregularidades -digámoslo así-, cometidos por políticos en esta última década, no sería extraño que entrara en una dinámica de desafectación de la política: "Todos son iguales: todos son unos chorizos". Y esto es negativo porque un político en el Gobierno es la cara visible de la representación pública de una gestión (aunque en verdad las posibilidades de actuación de este/a político/a en la práctica sea nula). Una pregunta que ya se está sintiendo en la calle: "Cuántos Cifuentes hay en España?".