El turismo: un sector que no podemos despreciar

Sin duda la economía está mejorando. La actividad sigue creciente y, poco a poco, se va reduciendo el paro, que al final del primer trimestre de 2017 era del 15,3% (cuando el 2013 había llegado al nivel máximo del 22,6%). Esta reducción del paro se explica por muchos factores. Entre ellos podemos destacar la contribución de todo el que tiene que ver con la internacionalización. Estamos hablando de la inversión extranjera, las exportaciones y el turismo, que traen años dando datos muy favorables. Y mejores que las del conjunto de España.

La recuperación actual no se estaría produciendo sin la contribución del turismo. Actualmente, el turismo representa el 12% del PIB catalán. Este porcentaje es criticado por algunos que consideran que la economía catalana tiene una excesiva dependencia del turismo y consideran que se trata de un monocultivo. Algunos datos pueden desmentir esta crítica. Por ejemplo, una economía tan potente como la francesa, que es el país que recibe más turistas de todo el mundo, tiene un peso del turismo del 9%. Nada que ver con la situación de Baleares o Canarias, por ejemplo, donde el turismo representa el 45% y el 31% del PIB, respectivamente.

Precisamente, uno de los disparos característicos de la economía catalana es su diversificación. Podemos recordar, por ejemplo, que la industria representa actualmente en Cataluña el 19% del PIB, un porcentaje bastante elevado y que está muy cerca del objetivo que la UE se ha fijado para el 2020.

Volviendo al turismo, este tiene varios tipos de impacto entre los que destacan:

  • Impacto directo: en el transporte, hoteles, restauración, agencias de viajes, comercio...
  • Impacto indirecto: en otros sectores que son proveedores como el agroalimentario, el de fabricación de muebles o el inmobiliario, por ejemplo, que venden en hoteles, restauración y otras subsectors turísticos.

Otra crítica que recibe el turismo es que es sólo de "solo y playa". Esto es cada vez menos cierto. A lo largo de los últimos años ha ido aumentando la diversificación y son determinantes ofertas como la ciudad de Barcelona, ferias, negocios, asistencia sanitaria, cultura, gastronomía o turismo interior. De hecho, actualmente, más de la mitad de los turistas que recibimos vienen en temporada baja (de septiembre a mayo).

En conclusión, necesitamos el turismo. Y el reto es seguir mejorando el impacto en la sostenibilidad e incrementando la calidad de la oferta. Así podremos preservar y mejorar el entorno y seguir aumentando la ocupación y su calidad. Y a los que proponen reducir el turismo, hace falta que expliquen qué alternativas ofrecen para mejorar la ocupación y su calidad.

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