El cambio es constante y en el mundo empresarial actual solo sobreviven las empresas que evolucionan. Las nuevas tecnologías, nuevas necesidades, nuevas tendencias... hacen que las compañías tengamos que evolucionar a unos ritmos elevados.
Una de las formas más potentes de mantenerse al frente de este cambio es mediante la cocreación. Este concepto implica colaborar con los clientes, equipo internos, empresas proveedoras u otros grupos de interés para desarrollar productos, servicios o soluciones innovadoras.
Pero esta definición no acaba de captar todo su potencial. La cocreación es mucho más: es la clave para la innovación continua, para conectar mejor con el mercado y para construir soluciones que responden a las necesidades reales de los consumidores. Y cuando decimos innovación, no quiere decir solo tecnología, hay muchas maneras de innovar y generar nuevas o mejores soluciones.
La cocreación como motor de cambio e innovación
Imagina que diferentes departamentos de una empresa, a menudo trabajando independientemente, se unen para resolver retos comunes de manera colaborativa. El departamento de marketing aporta información sobre las tendencias y las necesidades del consumidor; el de operaciones contribuye con el conocimiento técnico y de procesos, y el de innovación trabaja para llevar ideas disruptivas sobre la mesa. Este trabajo en equipo hace que se generen soluciones más completas y creativas.
La cocreación es este espacio común donde las ideas fluyen, se comparten y se transforman en acciones concretas
Ahora, imagina que en este proceso también se implican los clientes, que pueden ofrecer una visión única de sus propias necesidades, o incluso personas expertas externas que aportan nuevas perspectivas.
La cocreación es este espacio común donde las ideas fluyen, se comparten y se transforman en acciones concretas. Un espacio donde todos los grupos de interés, tanto internos como externos, están invitados.
¿Por qué es positiva por las empresas?
Llevamos mucho hablando de poner al cliente en el centro; la cocreación va más allá, lo incorpora en el proceso de creación.
Esto hace que se haya convertido en un elemento esencial para cualquier empresa que quiera estar a la vanguardia de su sector. No solo se trata de colaborar para crear un nuevo producto o servicio, sino también de adoptar una mentalidad que fomente la colaboración y la experimentación constante, un cambio cultural.
Estos son los beneficios que aportan la cocreación y su cultura:
Reducción de riesgos: Cuando varias partes de la organización y los mismos clientes colaboran, se obtiene una visión más completa de sus necesidades y del mercado. Esto ayuda a evitar errores comunes, como desarrollar productos o servicios que no se ajustan a las necesidades reales de los consumidores.
Aprovechamiento del potencial creativo e innovador: La cocreación moviliza el talento, cosa que permite que cada persona aporte su perspectiva y conocimiento. Así, se generan soluciones más ricas e innovadoras que no habrían surgido en un proceso más cerrado. La diversidad de ideas es el motor de la innovación, y la cocreación multiplica los resultados.
La cocreación permite que los clientes, que son los destinatarios finales de la propuesta, puedan expresar sus necesidades y expectativas directamente
Vínculo con los proyectos: Cuando el equipo interno participa activamente en estos procesos, se siente más comprometido con los proyectos y con la empresa. Este sentimiento de pertenencia aumenta la motivación y la retención del talento.
Mayor conexión con los clientes: También permite que los clientes, que son los destinatarios finales de la propuesta, puedan expresar sus necesidades y expectativas directamente. Se sienten escuchados y valorados, cosa que aumenta la fidelidad y mejora la experiencia del consumidor.
Agilidad en la ejecución: A través de la cocreación constante, las empresas pueden adaptar rápidamente sus productos o servicios a las necesidades cambiantes para mantenerse competitivas.
La resistencia a la cocreación
Pese a sus beneficios, este concepto todavía genera resistencias por varios motivos. Rebatimos los grandes mitos:
Es un proceso demasiado costoso y lento: A menudo se piensa que cocrear implica más tiempo y recursos, pero en realidad puede agilizar el desarrollo evitando errores futuros y costes de corrección. Utilizando las redes sociales o cambiando la metodología de las sesiones de trabajo internas ya puedes conseguir grandes resultados.
Se perderá el control sobre el producto final: Un mito común es que las empresas ceden demasiado poder a los clientes. La realidad es que la cocreación es un proceso de colaboración, no de delegación completa, y la empresa siempre tiene la última palabra en las decisiones.
La competencia me copiará: Hay miedo al explicar los retos internos, cuando si los compartes con el mismo sector, podréis generar sinergias y resolverlos conjuntamente.
Solo sirve por empresas grandes: A pesar de que grandes empresas como Lego o Starbucks utilizan la cocreación, las pequeñas y medianas empresas también pueden aplicarla. Incluso a veces tiene más repercusión por la proximidad que tienen este tipo de empresa con sus consumidores.
Pero, ¿cómo la aplico a mi empresa?
Hay empresas que utilizan Instagram para cocrear su branding o los siguientes productos que lanzarán al mercado, testando previamente cuáles tienen más probabilidad de éxito.
Hay empresas que realizan sesiones donde participan representantes de todos los departamentos junto con clientes para resolver los retos claves.
Otras compañías organizan sesiones presenciales con clientes para testar sus prototipos o cocrear futuros proyectos.
Hay organizaciones, como los clústeres empresariales, que unen a empresas del mismo sector para cocrear el futuro de manera colaborativa.
La cocreación, en el ADN de las empresas
La cocreación se puede aplicar de muchas maneras. Tenemos que entender que no es solo una herramienta, es una cultura, forma parte del ADN de las empresas.
Impulsarla dentro de la compañía crea un entorno donde la creatividad y la colaboración son el pan de cada día. Esta cultura fomenta la experimentación, el aprendizaje constante y la flexibilidad ante los cambios del mercado.
Las compañías que abrazan la cocreación como parte de su identidad están mejor preparadas para afrontar los retos presentes y futuros, puesto que disponen de un mecanismo natural de adaptación y evolución.