Facebook ha ganado, como siempre

Escribo este artículo una hora antes de que no cierren los colegios electorales. Hay datos de participación, estimaciones y algún tracking que corre de estraperlo, pero que de manera deliberada no le quiero hacer caso. He ido a votar sin ninguna ilusión a sabiendas de que no tocaba, pero que se tenía que hacer, un poco como fui a ver la última de Star Wars, sin ver los trailers. Esperaré a saber los resultados finales antes de ir a dormir.

Sé que cuando leéis este artículo todos habrán ganado (sacado del PP), los que han quedado primeros, los que podrán formar mayoría y, en general, la democracia. Todos han hablado de normalidad dentro de la anormalidad de la excepcionalidad y todos han celebrado sano victoria, pero nadie se ha dado cuenta del elefante dentro de la sala, que es quien ha ganado de verdad.

Durante toda la campaña hemos visto la Junta Electoral Central preocuparse —siempre a petición de los partidos del 155— de árboles de Nadal, llacets de color amarillo, pancartas de democracia y del vídeo de Nadal del Prado de Llobregat donde se pedía un futuro mejor. También hemos visto como los medios públicos eran fiscalizados hasta el extremo además de la institucionalizada imposición de bloques electorales. Tv3 ha sido lo invitado habitual a la cena de los idiotas electoral con su presumta influencia en la intención de voto. La audiencia pujante de los últimos meses —llegando al 17,5% en octubre— y el prestigio de sus informativos —con un 95% de credibilidad y un 89,2% de imparcialidad según GFK— ha sido el blanco del bloque del 155 con el argumento de un supuesto sesgo de los medios de la CCMA a favor de los partidos de obediencia catalana. Son inútiles las estadísticas balanceadas del tiempo dedicado a cada partido, la supervisión del CAC y el hecho que los medios públicos catalanes sean los más auditados del estado.

Va, me lo creo. Se lo concedo: Tv3 tiene un poder de influencia mucho más allá del 17,5% de su audiencia pico, pero esta supuesta influencia se queda pequeña junto a la de Facebook. No tengo datos específicos de Cataluña, pero en los EE.UU. el 45% de la población se informan a través de Twitter y Facebook.

Nadie sabe como funciona el algoritmo de Facebook y todo y su influencia en la opinión pública, no es público

Facebook es el elefante en la habitación. Fiscalizamos medianos públicos y privados, partidos políticos, fachadas de Ayuntamientos, cuentas de Twitter y árboles de Nadal, pero en cambio Facebook —y por extensión al resto de medios sociales— va por libre. Nadie sabe como funciona el algoritmo de selección de contenidos de Facebook, nadie lo audita y todo y su influencia en la opinión pública, no es público. El que sí que sabemos es que los usuarios no ven toda la información que publican los canales a los cuales están subscritos, sino que Facebook se los muestra según una variedad de criterios: de la interacción previa con contenidos similares (compartir, comentar o marcar como me gusta), de sí usuarios similares interactúan con aquel tipo de contenidos.

Más del 62% de los usuarios ignora que Facebook prioriza, clasifica y filtra la información que los llega

Un estudio de 2015 de la California State University demuestra que más del 62% de los usuarios ignora que Facebook prioriza, clasifica y filtra la información que los llega de sus contactos o canales de información. Pero el criterio más importante de todos a la hora que los contenidos lleguen a todo el mundo es el de si el emisor paga para promocionarlos. En este sentido, Facebook no es tan diferente del resto de medios. Quién paga manda y Facebook siempre gana.

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