Financiación de Catalunya: nunca tendrá solución

Como viene siendo habitual, cada cierto tiempo aparece en la prensa la noticia del tratamiento injusto que recibe Catalunya desde el punto de vista de la financiación. El comportamiento informativo de esta aberración es equiparable a lo que se conoce como Los Ojos del Guadiana, aquella porción del río que, en Ciudad Real, sale a la superficie, después, durante un tramo, se hunde y desaparece, vuelve a aparecer, etc. Esto en Catalunya nos gusta. El famoso corredor Mediterráneo, el aeropuerto de Barcelona, los presupuestos que no se ejecutan nunca, etc. Toda esta trifulca nos gusta de lo más, y nos delata como perfectos bípedos hispano-mediterráneos que, a golpe de palabrería vacía, van perdiendo credibilidad internacional.

Catalunya nunca tendrá una financiación identificada y propia, ni se aproximará a ningún sistema foral, por la simple razón que no toca. Dos razones simples: una porque España lo impedirá siempre; dos, porque los catalanes no lo pretendemos seriamente.

Empecemos por España. A ver si lo entendemos de una vez. España, en su globalidad, vive por encima de sus posibilidades. Nos acostumbraron a raíz de la Transición gracias a la incorporación de España a la entonces Comunidad Económica Europea. La Transición dictaminó que Catalunya sería, principalmente, quien mantendría España. Pero como que no había suficiente, la moma se complementó con ayudas europeas que, parece mentira, todavía duran. Todo perdura: Catalunya paga y Europa paga. España, toda ella, es un estado que vive del subsidio. Por puro interés de todo el mundo: tanto Catalunya como Europa mantienen a España porque es un gran mercado con millones de consumidores.

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El gran problema es que Europa se lo puede permitir. Catalunya no. Nosotros nos lo podíamos permitir hasta la muerte de Franco. Pero a raíz de la instalación masiva del estado del bienestar en España (años 1970-1980) los costes del mercado español -el pacto secular implícito de poder vender dentro de España sin aranceles y en un mercado protegido- no le salen a cuenta a Catalunya. La cosa ha acontecido carísima.

Les pondré un ejemplo. Catalunya puede vender material a Tirol sin ningún tipo de arancel. En, exactamente, las mismas condiciones con las que lo puede hacer con Andalucía, por ejemplo. Las diferencias son dos: el mercado español ya no está protegido para Catalunya -cualquier región de la Unión Europea puede vender a Andalucía con las mismas condiciones que Catalunya- y, segunda, con Andalucía tenemos que practicar la solidaridad pero con Tirol no.

Un dato demostrativo de lo que los digo. El PIB per cápita es todo aquello que produce un territorio dividido por el número de habitantes. No es aquello que realmente ingresa un individuo del territorio. Por lo contrario, la renta bruta disponible es aquello que realmente sí ingresa un individuo. Porque al PIB per cápita hay que deducirle impuestos, pagos a la seguridad social, etc., y se le añaden las transferencias que le da el estado en forma de subsidios o servicios públicos. Pues bien, miren esta tabla:

Fuente: INE, año 2020
Fuente: INE, año 2020

Es decir, de cada 100 euros que un ciudadano andaluz produce (PIB per cápita), y después de haber pagados impuestos y otras cargas, le quedan disponibles 91 euros (Renta bruta disponible per cápita). Por cada 100 que produce un catalán, le quedan 76.

"Solo saldría a cuenta el esfuerzo si los catalanes realmente nos lo creyéramos y quisiéramos cambiar las cosas"

Una aclaración: no tengo nada en contra de Andalucía. He cogido esta región como ejemplo, pero podría coger cualquiera de las múltiples comunidades autónomas que están en situación similar respecto a Catalunya.

¿Entienden ahora por qué la moma no cambiará? No hace falta que nos esforcemos. Solo saldría a cuenta el esfuerzo si los catalanes realmente nos lo creyéramos y quisiéramos cambiar las cosas. Pero no. Y de esto hablaremos la próxima semana, si Dios quiere. Que pasen una buena Pascua.

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