Reyes del mambo y parados en la nueva era tecnológica

Los avances tecnológicos históricamente han ido relacionados con mejoras en las condiciones de vida de las personas, abriendo el camino a nuevas y mejores ocupaciones. Existe el consenso entre economistas de que el progreso histórico podemos dividirlo sucintamente en dos eras de las máquinas: la primera se remontaría a la invención de la máquina de vapor, a finales del siglo XVIII, y acabaría justo al inicio de la última década del siglo XX. Esta segunda era, a través de la paulatina mecanización del trabajo, ha supuesto una mejora continua de la vida de las personas. La combinación entre mejoras de la productividad -mecanización- la innovación -procesos- y la mejora de las condiciones vitales del trabajo -política- ha hecho que las condiciones de vida actuales de una persona del primer mundo sean de una calidad inimaginable siquiera para los nobles más ricos coetáneos a Watt.

"Hay consenso entre economistas de que el progreso histórico podemos dividirlo en dos eras: la máquina de vapor y la mecanización del trabajo"

La segunda era de las máquinas empieza durante la década de 1990, y se caracteriza por tres factores: el aumento exponencial de la potencia informática; la capacidad de las tecnologías digitales de replicar ideas y productos a coste cercano a cero; y la capacidad creativa del ser humano para generar innovaciones. La cuestión es entender que supone esta segunda era en términos de trabajo y condiciones de vida para las personas.

Si comparamos las tecnologías disponibles en 1996 y 2006, vemos que en 1996 el ACCI Red era el superordenador más rápido. Su desarrollo costó 55 millones de dólares, para funcionar consumía la misma energía que 800 hogares y ocupaba un espacio casi equivalente al de una pista de tenis. En 1997 alcanzó una capacidad de proceso de 1,8 billones de operaciones por segundo. En 2006 esta velocidad de proceso la alcanzó la Playstation 3, que costaba 500 dólares, requería menos espacio que una caja de zapatos y consumía la misma energía que una bombilla. Este ejemplo nos puede dar una idea de lo que tendremos en nuestras manos dentro de 10 años para nuestro funcionamiento diario.

La mejora exponencial de la capacidad de cálculo de los ordenadores dota a las máquinas de la capacidad para obtener respuestas casi a la vez que se producen las preguntas. Es el paso necesario para el desarrollo de la automatización. La automatización ha supuesto una mejora de la productividad en todos los procesos productivos: el sector agrícola, el sector industrial y el sector de los servicios. Hoy producimos más con los mismos recursos que hace 50 años.

"La mejora exponencial de cálculo de los ordenadores permite a las máquinas obtener respuestas casi a la vez que se producen las preguntas. Es el paso necesario para la automatización"

En la industria, la paulatina automatización de los procesos de producción y manufactura empezó hace más de 100 años. En nuestras factorías cada vez se ha producido más con menos. La automatización ha sido protagonista de las mejoras de productividad, y en un sistema económico de crecimiento sin fin, los beneficios han sido para todos.

Durante mucho tiempo todos estos cambios -que han incidido directamente en la reducción de empleo en la manufacturación- han ido produciéndose a una velocidad que ha permitido la adaptación de la mano de obra. Los trabajadores manuales han ido pasando de una actividad a otra de forma natural e imperceptible. Los grandes cambios afectaban a generaciones posteriores, acompasándose los cambios tecnológicos con las adaptaciones de los sistemas de aprendizaje. El progreso tecnológico de la mano del progreso de la humanidad en su conjunto ha sido un mantra casi universal. Es un mundo en el que el trabajador intelectual se erige como rey del mambo, las máquinas son instrumentos que sirven para potenciar su ingenio.

En la actual era, a medida que avanza el cambio tecnológico, observamos que este afecta a trabajadores no manuales, y que la automatización está sustituyendo trabajo intelectual. ¿Estamos ante el fin del reinado del trabajador intelectual? Posiblemente no –me resisto a pensar que dejaremos de ser los reyes del mambo- aunque si podemos afirmar que la Segunda Era de las máquinas destruirá muchas profesiones especializadas. Incluso trabajos cognitivos. Algunos economistas han calculado la probabilidad que la automatización haga desaparecer profesiones en los próximos diez años. Frey y Osborne señalan los empleos especializados que pueden desaparecer con una probabilidad del 90%: agentes inmobiliarios, contables, auditores, dependientes de tiendas y agentes de telemarketing. Yo añadiría operadores y analistas en los mercados financieros, cajeros de banco y porteros de discoteca.

Més info: Una visión del futuro de la movilidad urbana

Para el ser humano, el camino de la evolución tecnológica hacia un mundo de ordenadores inteligentes y tareas automatizadas nos propone un terreno de juego en el que los más creativos e innovadores tienen las mayores probabilidades de ponerse en cabeza. Quizá estemos volviendo a nuestras raíces. El primer impacto, no obstante, está siendo el aumento de la desigualdad. Esta creciente desigualdad es alimentada por dos fuentes. La primera proviene del empleo destruido por la incorporación de procesos de automatización, empleo en la mayor parte estable y cualificado. Estos parados cualificados se están convirtiendo en parados de larga duración por su incapacidad para adaptarse a la nueva realidad tecnológica que afecta a su ámbito experiencial. Estamos sustituyendo personas por máquinas y no estamos readaptando estas personas a la nueva realidad. No existen planes consistentes para dotar de competencias a las personas que la automatización está expulsado de su trabajo.

La segunda fuente de desigualdad es la proliferación de vínculos laborales atípicos –trabajos por días e incluso por horas, medias jornadas- y de nuevas formas de autoempleo - aumento del número de autónomos, de emprendedores, de microempresas- que se asocian a trayectorias laborales menos seguras, con dificultades de acceso al sistema de protección social, fuera del sistema de representación sindical y de los procesos de negociación colectiva.

En este marco, gobiernos y sociedad civil tienen una triple misión: protección, regulación y cambios del modelo educativo.

"Empleos especializados que pueden desaparecer: agentes inmobiliarios, contables, auditores, dependientes de tiendas y agentes de telemarketing. Yo añadiría: operadores y analistas financieros, cajeros de banco y porteros de discoteca"

Que la mayor parte de parados sean trabajadores de más de 45 años habla muy mal de nuestro sistema. Trabajadores formados en la ejecución de unos procedimientos, que se ven desbordados por la nueva forma de producir y a los que no se les ha dado instrumento alguno que les facilite la adaptación. Es obligación de las empresas que a la vez que se ponen en marcha planes de digitalización, pongan en marcha programas de adecuación de la fuerza de trabajo a las nuevas exigencias de competencias. Y es obligación de la Administración facilitar a las empresas los medios materiales, humanos y financieros necesarios para que así lo hagan.

Paralelamente, el legislador es el responsable de crear el marco regulador que proteja y dignifique las iniciativas de emprendimiento, la puesta en marcha de microempresas y los espacios de colaboración entre esta nueva clase de trabajadores. Es urgente que se habiliten sistemas de protección para autónomos y emprendedores, y es igual de urgente crear un marco regulatorio y fiscal específico para la microempresa (con datos de la AEAT de 2017, las microempresas, menos de 10 trabajadores, tributaron una media del 14,7% sobre su beneficio, frente al 7,8% con que lo hicieron las sociedades grandes, las que tienen más de 250 trabajadores.

Més info: Sala-y-Martin: "La misma tecnología puede salvar el Titánico o hacerte abortar en la China"

El tercer ámbito de actuación tiene ser el de la enseñanza reglada. Xavier Sala-i-Martín, Doctor en Economía por la Universidad de Harvard aboga por un cambio en la orientación de los planes de enseñanza, en los que se potencie las competencias de adaptación frente a la memorización de conocimientos. El sistema educativo tiene que formar personas capaces de adaptarse al mercado laboral futuro. Considera que el reto de nuestras escuelas es potenciar el desarrollo del pensamiento creativo de nuestros jóvenes y de las capacidades interpersonales. Ni la creatividad ni el trato a las personas son tareas que hoy puedan desarrollar los ordenadores.

Por primera vez en la historia de la humanidad, las mejoras de la tecnología pueden no suponer una mejora para todas las personas. Es solo un supuesto. La historia nos ha enseñado que la humanidad siempre ha sido capaz de aprovechar transversalmente esta mejoras, haciéndolas protagonistas del progreso social. En esta nueva era no debería ser diferente.

Més informació
Smart City: la ciudad sostenible
Hoy Destacamos
Lo más leido