Hace más de dos años, Dominic Barton, prestigioso consultor, clamaba con razón cambiar el que bautizó como "quarterly capitalism" por un capitalismo a largo plazo. Muchos hemos visto las consecuencias de las exigencias de resultados a tres o seis o doce meses: el abandono del concepto de empresa como proyecto de futuro, incremento exponencial de los incentivos, pérdida de los valores de permanencia y compromiso y un largo etcétera, que ha sido causa importantísima de la crisis.
(La gran paradoja: su consultora fue corifeu del capitalismo a corto plazo). El "descubrimiento" de Barton puede sorprender a muchos empresarios de pymes , acostumbrados a luchar por el presente con el largo plazo siempre a su cabeza, y que saben muy bien que quién va en bicicleta mirando sólo el manillar, madriguera indefectiblement. Paul Polman, CEO de Unilever, opina que en realidad la crisis no es del capitalismo sino de ética. Y propugna un cambio sustancial en el management de las grandes compañías: más colaborativo, sostenible e innovador. A ver...