El daiquiri

08 de Julio de 2013

El modelo asociativo de las organizaciones empresariales, como también su representatividad, tendría que ser objeto de debate . De mayor acidez sería una discusión centrada en la identidad de los liderazgos; de esto, sólo sehabla en la clandestinidad, en foros subrepticis.

 

Esto no es de ahora. Hace más de veinte años ya se cuestionaba la genuïnitat, para no decir la legitimidad , del entonces presidente de la CEOE, alguien que nunca había conocido los deberes de un empresario. Hoy reencontramos el mismo plato a mesa porque las circunstancias ponen más en evidencia la naturaleza y la extracción de los máximos representantes de las instituciones. Quizás se podría decir el mismo de los líderes sindicales y de todo tipo de cargos promover desde los respectivos aparatos, por mucho que lleven la etiqueta de electas.

En tiempos difíciles, cuando el discurso tendría que fluir espontáneo y sin artificios, cuando habría que dar respuesta a tantas preguntas y corresponder a cuántas demandas por parte de las bases, es cuando afloran los disparos más mediocres de buena parte de los dirigentes. Escuchar sus discursos y guaitar sus intervenciones, ahora como contertulians ahora como entrevistados, es entrar en la cocteleria de la divagación y la ambigüedad, como un daiquiri dopado con soda y cáscara de granada. También están en crisis los liderazgos usurpados.