Cómo en todo a la vida, las paradojas también se dan a las empresas y, por supuesto, a los despachos profesionales. Y el área de marketing noes una excepción.
Por ejemplo, a pesar de que todos los profesionales admiten que la mayoría de sus clientes vienen del boca-oreja, esta no es la estrategia donde se invierten los recursos, sino que la mayoría dedica la gran parte de sus esfuerzos a otras estrategias de marketing con menos regreso de la inversión, como las redes sociales o la publicidad a los medios, entre otros.
No niego que las redes sociales sean una buena vía de entrada para muchos empresarios, y por esoestoy presente activamente, pero no es la principal y, mucho menos, la única estrategia que puede seguir un profesional para conseguir clientes. El boca-oreja, o las referencias, es una autopista comparada con las otras vías de marketing para profesionales y por eso siempre recomiendo dedicar los esfuerzos proporcionales al regreso que ofrezcan.
El problema es que el boca-oreja se entiende en el mundo empresarial como una herramienta pasiva, donde el profesional espera que sus clientes lo recomienden a otros potenciales clientes sin hacer nada más para incentivarlo que tener un buen servicio, y esto hace que el flujo de recomendaciones sea mucho más pequeño del que podría ser, puesto que sólo te recomendarán si se da la ocasión.
Aprovechar el gran poder de las referencias es vital si quieres conseguir resultados a corto plazo, pero es mucho más cómodo escribir este artículo al bloque o piar un consejo a través del Twitter que no pedirle a un cliente contento que nos recomiende, oi?
Pero, si un niño es capaz de esperar dos horas en la calle en pleno invierno para darle la carta al cartero real, tú no te ves capaz de hacer 10 llamadas pidiendo referencias?