Rentabilizamos las inversiones en infrastructures?

13 de Marzo de 2014
El 18 de marzo, se cumplirá un año desde que se amplió el número de ocupantes de los coches autorizados a circular por el carril BUZO-VAO de la C-58. Desde su inauguración, el 29 de octubre de 2012, sólo se permitía la circulación a aquellos coches que trajeran un mínimo de tres personas (incluido el conductor), pero viendo la poca repercusión, no se tardó mucha al rebajarlo en dos personas.

A pesar de que esta medida, a primero de marzo, es una vía infrautilitzada; no es infrecuente ver como la C-58 sigue colapsada mientras que por el BUZO-VAO apenas hay tránsito. A finales del pasado enero el Consejo Comarcal de los Vallès Occidental presentó una moción para aprovechar mejor una infraestructura que costó 80 millones de euros (1.336.000.000 ptas.) y que, ni mucho menos, ha cumplido con las expectativas

Según la moción, el volumen actual de tránsito es de 4.600 vehículos, cuando la previsión inicial antes de la reducción del número de ocupantes era de 7.500. Muy poco en comparación con los 155.000 vehículos que diariamente circulan por la C-58, que la hacen una de las vías con más densidad de tráfico del estado. Una obra hecha más con criterios ideológicos que no prácticos, y todo para evitar acometer el eje viario que realmente esponjaría el tránsito a la C-58: el túnel de Huerta, previsto en el Plano General Metropolitano de 1976. 

Hay que ser más curiosos con el regreso de capital de todas las inversiones que se hacen en el país, incluida esta que tiene, además inri, financiación europea.