Una reforma fiscal que NO favorece la pequeña y mediana empresa

06 de Diciembre de 2014
Act. 27 de Febrero de 2015
Los empresarios son los creadores de puestos de trabajo, las personas que dedican su vida a generar ocupación y valor añadido. Pero para conseguir ir ninguno adelante hace falta que las administraciones no pongan trabas y complicaciones. Nos haría falta una reforma fiscal pensada para proteger las industrias y para generar más puestos de trabajo.

Después de leer la letra pequeña de la reforma prevista hemos podido constatar que las pequeñas y medianas empresas, que son el pilar del tejido económico de nuestro territorio, nosaldrán beneficiadas porque se las acaba equiparando con las grandes empresas a la hora de tributar (con la reforma se eliminan deducciones que usan mucho las pequeñas y medianas empresas, como es la inversión de beneficios  o la deducción por reinversión de beneficios extraordinarios).

Haría falta también que las empresas que invierten tuvieran un trato mucho más favorable por parte de las administraciones para ayudarlas a crecer y crear puestos de trabajo. Se echan de menos medidas que ayuden al crecimiento de las pymes. La tendencia de la reforma es que si bien se reducen el tipos impositivos tanto del impuesto sobre sociedades, como del impuesto de la renta de las personas físicas, que son los impuestos que graban el beneficio obtenido por las empresas, no es menos cierto que la mayoría de medidas tienen como objetivo la ampliación de la base imponible y, por lo tanto, un probable incremento de los impuestos finales a pagar, aunque hayan disminuido los tipos.

Con la reforma se eliminan deducciones muy utilizadas por las pymes como pueden ser la deducción por inversión de beneficios o la deducción por reinversión de beneficios extraordinarios. En el impuesto sobre sociedades se reduce el tipo impositivo de las grandes empresas, pero el resto se queda igual o peor. El que haría falta es adoptar medidas que realmente ayuden e incentiven el crecimiento económico y la inversión..

Un otra cosa importante a pedir es que no cambien tanto las reglas de juego continuamente. Algunos de los titulares de esta reforma parecen positivos pero la letra pequeña es muy complicada. Las rentas más afectadas son las medias.

También hace falta que se tenga en cuenta que las empresas necesitan simplificar los trámites administrativos, no que se compliquen cada vez más.

Desde la FOEG, defendemos nuestros empresarios como creadores de riqueza  y como motores de la economía de nuestro país. A la hora de hacer cambios que los afecten hace falta que se los tenga más en cuenta y que se simplifiquen las cuestiones de Hacienda. Cada vez la administración traslada más trabajo de trámites a los empresarios y esto hace que las empresas tengan que destinar más tiempo y dinero a esta cuestión.

En resumen, defendemos una reforma pero del conjunto de impuestos y que fuera muy estudiada y pensada, y planteada de manera clara sin que nos encontramos con ninguna sorpresa. Y siempre teniendo en cuenta que hay que ayudar a impulsar las empresas, que son las que generan puestos de trabajo y hacen crecer un país.