El problema –que no se quiere admitir– es que en España, Economía y Prevención de y lucha contra la Covid se hallan enfrentadas. La razón es la estructura del Producto Interior Bruto de España: de cada tres euros de PIB que genera el país, uno procede de la suma de turismo, restauración, hostelería, transporte, ocio y comercio minorista; es decir, actividades que van asociadas con concentraciones de personas y con aglomeraciones.
Sucedió en Junio del 2020 y ha sucedido en Junio del 2021: se han levantado unas limitaciones por razones económicas y se están pagando en forma de contagios… que traerán problemas económicos. Detrás de eso la pobreza de una España que no puede remunerar a las actividades cerradas, tal y como se ha hecho en Alemania y Francia.
Es pan para hoy y hambre para mañana. Como los Gobiernos se sienten presionados por los agentes económicos, arrancan ante la imposibilidad de cubrir las necesidades de estos por otras vías. Y cuando se dispara la tasa de contagio y la incidencia acumulada paran y llegan de nuevo las restricciones. Pienso que no es una estrategia correcta porque, que yo sepa, no se está calculando el coste económico de estos parones ni el coste sanitario que suponen.
La española no es una estrategia correcta porque no se está calculando el coste económico de estos parones ni el coste sanitario que suponen
Se ha apostado todo a la carta de la inmunización por vacunación a pesar de que el ritmo es lento. Y la realidad está demostrando que esa estrategia no ha sido correcta. Por un lado, porque se están infectando personas vacunadas, y aunque en la mayoría de los casos este contagio es asintomático, deben confinarse.
Por otro, porque muchos jóvenes se están contagiando, y ahora, debido a la mayor agresividad de la cepa Delta, bastantes de estos jóvenes ya no son asintomáticos. Y por otro más, como de este virus aún se ignoran muchas cosas, nadie previó que incluso personas ya vacunadas con la pauta completa podían volver a contagiarse con cepas más agresivas.
El problema de muchos jóvenes, de la mayoría en realidad, es que no son conscientes del peligro de la Covid, no sólo de la enfermedad sino de sus secuelas, que pueden llegar a ser horribles. Y además no se les explica. Esta sensación de invulnerabilidad, propia de la edad, es letal, porque es caldo de cultivo de un contagio que se extiende con excepcional facilidad. Pienso que debería focalizarse la información en los jóvenes.