Pequeñas empresas, grandes empresarios y empresarias

Últimamente se habla en muchas ocasiones de las micropymes y de los autónomos. A menudo, sin embargo, oímos que se refieren a este sector como "pequeños" y "pequeñas empresarias", "pequeños comerciantes"... Y me pregunto, ¿la dimensión de la empresa define la dimensión de la persona? En este caso, y por poner ejemplos completamente diferentes, denominaríamos "pequeño padre" a un padre con 1 hijo y "gran padre" a uno de familia numerosa? ¿Denominaríamos "pequeña conductora" a una persona con un coche pequeño, y "gran conductora" a una con un coche grande?

Una empresa es califica de pequeña por la dimensión de su plantilla y su volumen de ingresos y de inversiones. Del mismo modo que ni la medida de la familia ni la medida del coche define a la persona, tampoco lo hace la medida del negocio, actividad, empresa o comercio que regenta.

Pido especialmente a todas las personas que hablan sobre las empresas de dimensión reducida, el esfuerzo y la voluntad de ponerlas en valor, empezando por la forma cómo nos referimos tanto a ellas como las personas que las impulsan

De lo contrario, si tuviera que calificar las personas que están al frente de estos negocios, hablaría de grandes profesionales, grandes empresarios y grandes empresarias. Pensemos que su actividad y su esfuerzo son el motor económico de nuestro país. Genera desarrollo, ocupación y cohesión en el territorio. En este sentido, recordar que las pymes suponen el 99,8% de nuestro tejido empresarial, más del 60% del PIB y más del 70% de la ocupación. Son muchos los esfuerzos que hace el colectivo para mantener las empresas en activo, a pesar de la situación de incertidumbre y dificultades que vivimos.

Hay que tomar conciencia que la manera en la que explicamos las cosas y nos comunicamos tiene una incidencia en la cultura y en la sociedad. Se dice que el lenguaje crea realidades. Si hablamos de "pequeños empresarios y pequeñas empresarias", a parte de ser incorrecto, corremos el riesgo de que la persona se sienta pequeña y que a nivel social se le dé poco valor, consecuencia también injusta. En cambio, hablar de "empresas pequeñas o de dimensión reducida" califica una tipología de negocios de unas características determinadas y deja la puerta abierta a un mantenimiento o a un cambio de estas características.

Por eso, creo que debemos tener mucho cuidado en la manera cómo nos expresamos. En esta línea, pido especialmente a todas las personas que hablan sobre las empresas de dimensión reducida, el esfuerzo y la voluntad de ponerlas en valor, empezando por la forma cómo nos referimos tanto a ellas como las personas que las impulsan.

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