4 ministerios para la innovación

La noticia que las competencias de innovación estarán distribuidas en cuatro ministerios en el nuevo Ejecutivo del Gobierno del Estado (Economía, Ciencia, Universidades e Industria) sería extraordinaria si se multiplicaran también por cuatro los recursos destinados. Desgraciadamente me temo que no será así. Antes que nada hay que decir que pienso que los profesionales que están al cargo de la mayor parte de las áreas me parecen excelentes. Pero en tecnología e innovación fragmentar nunca es una buena opción.

Cuando queremos diseñar una organización, en las escuelas de management sabemos que primero viene la estrategia (qué tenemos que hacer, con qué objetivos, y por cuando), y después la estructura (con qué organigrama, con qué personas, y con qué recursos). La estrategia, en innovación-país, no tiene demasiado misterio: tenemos que cumplir los objetivos europeos 2020, de acuerdo con las directrices de la Unión Europea. Entre ellos, llegar al 3% de inversión en I+D/PIB (indicador "rey" del esfuerzo innovador de una economía). Recordamos que España se encuentra en el 1,24%, y Catalunya en el 1,52%. Y lo tenemos que hacer cumpliendo una serie de indicadores perfectamente establecidos (aquellos necesarios para convertir el continente en "la economía basada en conocimiento más competitiva del mundo" según la misma UE: número de doctorados, publicaciones científicas de alto impacto, inversiones en capital riesgo, Pymes innovadoras, patentes, ocupación en sectores de alta tecnología, ocupación en empresas gacela de alta tecnología, exportaciones de alta tecnología...).

Mirando hacia atrás, vemos una década perdida. La inversión de la economía española en I+D/PIB está en el nivel del 2008. Los Presupuestos Generales del Estado asignan a innovación un 70% que hace una década, y de esta proporción se ejecuta la mitad (el resto queda inutilizada, en créditos que ni emprendedores ni centros públicos pueden pedir porque los proyectos son demasiado arriesgados -esto es la innovación-, no tienen claro el regreso, y no pueden ofrecer garantías financieras).

"Mirando hacia atrás, vemos una década perdida; la inversión de la economía española en I+D/PIB está en el nivel del 2008"

Mirando hacia adelante, vemos buenos perfiles profesionales en cargos clave, pero todos ellos con competencias fragmentadas y de difícil coordinación. Un Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital (buena noticia que se incorpore la digitalización al nombre de un ministerio!), con una Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial (ocupada por la empresaria catalana Carme Artigas); un Ministerio de Ciencia e Innovación (con el astronauta Pedro Duque al frente); un Ministerio de Universidades (con el profesor de la UOC Manel Castells); y un Ministerio de Industria, Comercio y Turismo (donde repite la ministra Reyes Maroto). La innovación recae nominalmente sólo dentro del ministerio de Pedro Duque. ¿La industria no innova? ¿Las universidades no participan en el proceso? ¿La digitalización no es una palanca de innovación?

"¿La industria no innova? ¿Las universidades no participan en el proceso? ¿La digitalización no es una palanca de innovación?"

Tenemos retos ingentes por delante. Habría que elaborar un Plan Nacional de Inteligencia Artificial, generando masa crítica investigadora en las universidades, estimulando a las empresas que incorporen esta tecnología, impulsando la emprendeduría y la transferencia tecnológica. Necesitamos un Plan Nacional de Industria 4.0. Y es imprescindible elevar la inversión en I+D de la economía española hasta el 3% (hito que tendríamos que haber cumplido el 2020). Desgraciadamente, ¡ya se habla de llegar al 2% en el 2030! Habremos perdido veinte años, ¡un tiempo geológico en tecnología! Hacen falta programas de choque coordinados, dotados de recursos y con visión de largo plazo. El nuevo Gobierno, en mi opinión, nace con la voluntad positiva de incorporar talento en lugares clave, pero con una de las carencias endémicas de la innovación por nuestras comarcas: falta visión sistèmica. Si en Ciencia se ocupan sólo de incrementar la calidad y cantidad de las publicaciones científicas, en Universidades de mejorar la financiación y la autonomía de los centros, y en Industria de solucionar las crisis que se van sucediendo, seguiremos conduciendo mirando por el retrovisor. Alguien tiene que levantar la vista, coger el plano y marcar el camino del futuro para el conjunto.

Me hubiera gustado ver una Vicepresidencia de Digitalización, Ciencia, Tecnología e Industria. Una gran área coordinada y enfocada únicamente y bajo un mismo mando a crear un modelo competitivo preparado por el siglo XXI. Tendremos que esperar al próximo intento, a ver si hay suerte. De momento, deseo al nuevo equipo todos los aciertos, y que realmente sean capaces de situarnos a la altura de las economías más competitivas del mundo basadas en conocimiento. Vamos a contrarreloj.

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