La gestión de la crisis con ojos valencianos

El presidente Ximo Puig ha hecho del aprovisionamiento de material sanitario y el discurso de apoyo empresarial dos herramientas relevantes en la comunicación por el Covid-19 en territorio valenciano

Una vendedores de mercado en Valencia | iStock Una vendedores de mercado en Valencia | iStock

Muchos escritos se han quedado obsoletos con la sacudida del coronavirus salpicando economías, recursos, vacaciones, historias y retos personales. Pero un repaso a la biografía autorizada Ximo Puig: la mirada morellana (Oleada ediciones, 2019) de la mano del periodista y político (cómo él) Manuel Milián i Mestre, clásico colaborador de este medio, permite ver mucha actualidad, puesto que en la concordia está la clave de la gestión pública que ha hecho el presidente valenciano estos meses de pandemia y que ha puesto sobre la mesa, y ha visibilizado, problemas y realidades que no por ser ignorados habían dejado de ser y de estar. Hablamos del (mí) País Valencià y de la denuncia constante de la infrafinanciación por parte del Estado español que, con el despliegue de recursos para hacer frente a la crisis por el Covid, se han evidenciado.

En junio el presidente valenciano Ximo Puig se quejó por el criterio de reparto del fondo COVID-19 estatal de 16.000 millones de euros y consiguió un cambio que sí que aplicaba el criterio poblacional. Con rotundidad pero desde el diálogo, Puig ha ido dibujando una línea divisoria entre lo que propone el Gobierno español y lo que necesita la región que gobierna y esto habla mucho como gestiona él la autonomía y el territorio. Lo explica Milián i Mestre, que considera que "cuando Puig pasa de la anécdota a la categoría es cuando adquiere el nivel político de reto. Él ha movido al Gobierno de Madrid en direcciones que antes eran impensables. El tema del reparto de fondos ha supuesto un paso importante porque la infradotación de recursos financieros de la Comunidad Valenciana es una injusticia estructural", apunta Milián i Mestre.

El 'Levante feliz'... y enfadado de Puig

En el libro que ambos periodistas comparten, Puig insiste en decir que "es bastante incuestionable que el problema valenciano existe. Nosotros tenemos un problema de infrafinanciación, de infrainversión y de deuda histórica. Lo tenemos porque durante muchos años el que fue nuestro éxito (una sociedad civil mucho más fuerte que en otros lugares, con menos estado que en otros lugares), cuando se produce el sistema autonómico y aparecen las transferencias, disponemos de menos recursos (...). El problema es nuestra invisibilidad. El tópico del Levante feliz se ha impuesto como sí fuera una realidad, y nosotros no somos ni Levante ni feliz. Ahora, somos felices porque disfrutamos de una zona maravillosa para vivir. A mí me gusta decir que somos la Finlandia del sur, pero que contemos con las mismas posibilidades de innovación económica y al mismo tiempo que tengamos ese paraje natural, que es el que tenemos".

El sociólogo apunta que la transición será complicada, "es muy difícil, porque se tiene que encontrar un consenso. El pacto por la Reconstrucción, por ejemplo, en cuanto a turismo apuesta por volver donde estábamos porque, a ver, ¿cuál es el político que limitará las licencias para nuevos hoteles en la costa valenciana? Porque es tan gigante, implica tantas cosas, que dependemos tanto del sector turístico que no podemos tocarlo. Se nos cae la casa".

Milián i Mestre: "Ximo Puig ha movido al Gobierno de Madrid en direcciones que antes eran impensables"

Habla Puig de innovación, la palabra clave en esta crisis por el Covid. Todo el mundo habla de cambiar el modelo productivo y apostar por la I+D+i, pero ¿cómo? Preguntamos a Pau Caparrós, profesor asociado de Sociología de la Universitat de València y quien fue director del Instituto Ignasi Villalonga de Economía y Empresa, centro impulsor del proyecto del Euroregión del Arco Mediterráneo. "En estos momentos vivimos una crisis del modelo productivo valenciano. Estamos como estamos porque el Plan de 1959 dibujaba un modelo basado en el sol y la playa, con precios bajos y flexibilidad absoluta de la mano de obra, que nos catapultó. Entramos en la Unión Europea bendiciendo ese modelo, y nuestra dependencia del modelo es escandalosa. Los valencianos tenemos una gran dependencia del turismo, y la culpa es toda nuestra, como economía y como sociedad. Una estructura laboral basada en el turismo es una estructura basada en sueldos bajos y temporalidad de difícil solución", sentencia Caparrós.

En la biografía de Puig, el presidente valenciano ya afirma que "el problema es nuestra invisibilidad. El tópico del 'Levante feliz' se ha impuesto como sí fuera una realidad, y nosotros no somos ni Levante ni feliz"

El sociólogo ha vivido esta crisis también dando su opinión a través de los medios de comunicación, puesto que participa en la tertulia sobre economía de la radio autonómica de Àpunt Mèdia, comentando la gestión de Puig, del Consell y de la realidad económica valenciana. "La valoración que hago del Gobierno valenciano en este tiempo es positiva. Siempre se puede hacer mejor pero considero que ha sido una coordinación importante en lo que se ha hecho desde el Gobierno español", apunta.

Visión valenciana y empresarial

En esa tertulia radiofónica de Caparrós tiene mucho que ver el periodista valenciano Toni Cano, coordinador del área de Economía de los informativos de Àpunt Mèdia, quien pone el toque en el presidente valenciano durante nuestra conversación. "La sensación que tenemos es que Ximo Puig ha acaparado mucho protagonismo, ha celebrado muchísimas reuniones y la sensación es que se ha reunido mucho, a parte de que pudiera estar también el conseller de Economía, por ejemplo".

Garamendi, Puig i Navarro, fa uns dies | CEV
Garamendi, Puig i Navarro, hace unos días | CEV

 

La última reunión, presencial y con mascarrilla, ha sido la del 30 de junio, en la que el presidente de la Confederación Empresarial de la Comunidad Valenciana (CEV), Salvador Navarro, ha visitado el Palau de la Generalitat con el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi. Ambos coincidieron que la recuperación valenciana estará condicionada por su infrafinanciación y pidieron a Puig "apoyo decidido" al tejido productivo para que las empresas puedan recuperar el nivel de actividad perdido, vuelven a invertir y esto contribuya a mantener la ocupación. Días después, y con la subida de impuestos planeando sobre el borrador del plan de reconstrucción social y económica valenciano, la CEV ya avisa que "de nada habrá servido explicar en las Corts qué son las necesidades del tejido productivo si el plan del Botànic para la recuperación se traduce en más impuestos para las empresas". Veremos como se gestiona en las próximas semanas este roce de sentimientos enfrentados y como lo torea el mismo Puig.

Pau Caparrós: "Los valencianos tenemos una gran dependencia del turismo, y la culpa es toda nuestra, como economía y como sociedad"

Considera Caparrós que "el Gobierno valenciano ha hecho de su gestión con los empresarios un punto importante, pero también hay que pensar que en este país (y tiene su explicación) continúa habiendo muchas Mares de Déu. Para que se entienda, haría falta una mayor participación de los pequeños empresarios, y de los autónomos en la representatividad y en las organizaciones empresariales valencianas". Un debate que el País Valencià necesita y que sería objeto de otro análisis en profundidad, mantiene el experto.

Ciertamente en el discurso de Puig ha estado presente la economía desde el principio. Afirma Milián i Mestre que la sensibilidad de Puig hacia los empresarios es fruto de su convivencia con el mundo empresarial, puesto que su familia tenía una empresa de transportes que viajaba de Morella (Els Ports) a Barcelona semanalmente. "Esto ha sido un hilo umbilical que siempre ha tenido, de forma que tiene una sensibilidad para las empresas que tradicionalmente no tienen los socialistas", opina Milián i Mestre, reconocido político conservador, cofundador del actual Partido Popular.

Cano: "Puig estaba fletando aviones que aterrizaban con mascaretes cuando en otros territorios no había material pero hasta que no pasan los meses no sabremos si hemos pagado de más o no"

Pero la política es el juego en el que entran todos también estos días. Desde el punto de vista de Cano, la sensación es que "la Comunidad Valenciana fuimos una comunidad líder, Puig estaba fletando aviones que aterrizaban con mascarillas cuando en otros territorios no había material, pero hasta que no pasen los meses no sabremos si hemos pagado de más o no", argumenta el periodista. A finales de marzo el presidente valenciano nombraba a Maria José Mira la nueva comisionada de la Presidencia de la Generalitat para la coordinación de los suministros para hacer frente a la infección por coronavirus. El 3 de junio, en su visita al almacén de material sanitario que se ha creado en Feria Valencia acompañado de Mira, el presidente aseguraba que "hay material sanitario para los próximos seis meses". Y desde marzo la Consellería de Economía Sostenible está liderando un proyecto que permite la fabricación de mascarillas quirúrgicas a gran escala en las empresas valencianas con la experiencia en innovación y laboratorios de Aitex y el referente empresarial y conocimiento del sector textil de Ateval. Pero hay un pero. O varios.

Detalla Cano que el presidente de Ateval, Cándido Penalba, se ha quejado de que Euskadi haya recibido la ayuda del Gobierno central para que Corporación Mondragón pudiera traer desde China los 10 millones de mascarillas que comprará el Estado, cuando "la industria textil más potente está en la zona de Barcelona y en las comarcas centrales valencianas, pero aquí se ha visto el peso político de los vascos". Añade Toni Cano que "tener una buena financiación te hace tener una buena gestión".

Financiación, financiación, financiación. Nuestra piedra que adoquina el camino sedoso de arena fina y playas seguras de un Levante que sólo quiere ser valenciano sin puntos cardinales que definan lo que ya no es. Por ejemplo, València tendría que haber acogido la celebración de la Copa del Mundo de Triatlón en el mes de mayo, el Webit Festival tendría que haber llenado la Marina de emprendedores y un largo etcétera de cosas ya no serán. Las noticias sólo son noticias si pasan, pero en esta crisis hemos aprendido incluso a hacer titulares sobre cosas que no han pasado. Porque han pasado muchas cosas desde febrero, pero tantas otras no, que a menudo nos estamos viendo obligados a hablar de aquello que no es noticia porque también el vacío que ha dejado cada aplazamiento en nuestro calendario es un agujero en las cifras que suman en nuestra economía. Y esto también es para contarlo.

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