Tailandia empieza a posicionarse como uno de los mejores países del mundo en muchos aspectos. Bangkok es la ciudad más visitada del mundo y la tercera donde más gastan los turistas y su país es el mejor del planeta para poner en marcha un negocio. Así se desprende de una encuesta global elaborada por U.S.News & World Report, que clasifica los países según la puntuación que han dado más de 6.000 responsables de negocios basándose en los gastos de fabricación, la burocracia, la conexión que el país tiene con el resto del mundo y el fácil acceso al capital. España, por su parte, baja hasta la 33a posición -el año anterior estaba en la 29a-, pero continúa dentro del ranking gracias a su posición estratégica que ocupa gran parte de la Península Ibérica, a la industria turística y a las exportaciones. El ranking aprovecha la ocasión para hacer mención a la situación política que se vive en el Estado español, sobre todo por el proceso, que, resaltan, "incluye Barcelona".
A pesar de que la Land of the free o Tierra de la gente libre es uno de los países más visitados del mundo, el turismo sólo representa en torno al 7% de su PIB. De hecho, si por algo triunfa Tailandia es por su sector agrícola y su industria manufacturera, que mantienen el país con una tasa de paro muy baja. Además, es el principal exportador de arroz del mundo y un líder del textil y la electrónica. Ser socia de Cooperación con la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa y miembro de las Naciones Unidas, el APEC y el Banco Mundial, entre otros, convierten a la tierra de las sonrisas en el mejor país de la Tierra para poner en marcha un negocio. Su PIB per cápita es de 17.894 dólares -16.228,9 euros- y cuenta con una población de 69.037.513 personas.
El top 5 de los mejores países para empezar un negocio es para Asia. Siguiendo a Tailandia, se encuentran la India, la China, Singapur y Malasia y no es hasta la sexta posición que entra un país de fuera del continente asiático con México, Canadá y Suiza. El primer país de la Unión Europea que entra en la tabla es el Reino Unido, que lo hace en la 13a posición, pero si el Brexit acaba tirando adelante, el primer lugar para un país de la UE será para Suecia, que se sitúa en la 18a plaza -el año anterior estaba a la 30a-.
Por delante España, y como Estados-miembro de la UE, se encuentran los Países Bajos (19), Portugal (20), Alemania (25), Dinamarca (27), Bélgica (28), Francia (30) y Finlandia (32). Muchos de estos países han perdido posiciones en el ranking debido a otros como, por ejemplo, la República Dominicana que escala de la 41a plaza a la 17a o Perú, que pasa de la 26a posición a la 14a.
El Estado español pierde cuatro posiciones en relación a 2017, pero continúa destacando por formar parte de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, de las Naciones Unidas, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, el Consejo de Participación Euroatlàntic y la Organización Mundial del Comercio, entre otros. También ponen especial énfasis a la cultura, la música y el arte español, que consideran que "son fuente de unidad y orgullo nacional".
Además, ponen de relevo que la entrada a la UE en 1986 impulsó España hacia "la modernización de la infraestructura, la industria y la política económica española", al mismo tiempo que la apertura del comercio -y más después de la dictadura franquista- provocara una gran demanda para un conjunto diverso de exportaciones, como el textil, el calzado, la maquinaria, las olivas y el vino. Asimismo, señalan que la Revolución Industrial dejó atrás la España que llegó a ser líder mundial durante los siglos XVI y XVII por "su fuerza marítima y la riqueza colonial". Su PIB per cápita es de 38.381 euros y tiene una población de 46,6 millones de personas.
Asia continúa cogiendo fuerza y ya es líder en muchos aspectos. El continente asiático camina rápido y crece sin freno posicionándose como un gran gigante en todos los sentidos: es un fuerte atractivo para el turismo, pero todavía lo es más para el mundo de los negocios. América y Europa empiezan a quedarse atrás y quizás tendrían que ponerse las pilas en equilibrar la balanza entre los costes de fabricación, la economía y la burocracia, la conexión con el resto del mundo y el fácil acceso al capital por ser países y continentes competitivos al mismo nivel de Asia.