Otro local que se ve forzado a cerrar en pleno centro de Barcelona por el descenso del turismo y de su poder adquisitivo. El histórico restaurante Samoa, ubicado en la esquina del Paseo de Gràcia y la calle Rosselló, bajó la persiana este 7 de enero por última vez. Y no la volverá a subir.
Según la hija de Conceso González, el fundador, y gerente actual del negocio, Laura González, hay varias razones que los han llevado a tomar esta decisión. Además de un cambio de la mentalidad turística, también influyen factores como el encarecimiento del precio de las terrazas, que entren clientes y pidan un plato para dos personas o la creciente carencia de oficio en el sector.
Con 57 años de vida -desde 1962-, el restaurante también se ha visto eclipsado por la gran cantidad de tiendas de lujo que lo rodean que, por poco que vendan, ya les salen los números. Además, el momento en que vivimos marcado por los grandes y rápidos cambios constantes, también han contribuido a su cierre, así como al de otros locales, mientras que se han abierto otros nuevos.
El precio del alquiler, sin embargo, no ha tenido nada a ver cómo ha pasado en otros casos puesto que el Samoa era de propiedad de la familia González. Aún así, los diversos factores ya mencionados han obligado sus propietarios a bajar la persiana de un restaurante que introdujo la comida italiana en la Barcelona de los años 60, uno de los primeros locales de restauración del Paseo de Gràcia que se abría entre las oficinas de los bancos allá situadas.