16
de Mayo
de
2016
Act.
18
de Mayo
de
2016
El año 1880 se fundaba Casa Carbonell, un taller de basters situado en la calle Ancho de Barcelona. Carbonell fundadores trabajaban los artículos de cuero para los caballos, jinetes, bomberos, militares y Mossos d'Esquadra y los va caldre ampliar el espacio hasta tener dos tiendas más y un taller en Barcelona, a la calle de Lauri, de Mallorca y de Iradier.
Su fama y buen trato ya empezaban a arraigarse en la ciudad condal, y artistas como Josep Cusachs lo demostraban: los que tienen una edad seguro que recuerdan la gran pintura que decoraba la tienda de un caballo sin cola con la dedicatoria de Cusachs "Al bastero más honrado que he conocido".
Después de la Guerra Civil, el abogado Francesc Carbonell, hijo de uno de los fundadores, junto con su mujer reabrían Casa Carbonell a las calles Ancho y de Mallorca y se especializaban en maletas y bolsas de mano. Pintores como Fresnos-Cortés o Guinovart , entonces con pocos recursos, intercambiaban obras por maletas de Casa Carbonell, maletas que acabaron llenando de arte e historia.
Marquesas, condesas, la burguesía catalana y diferentes estamentos sociales barceloneses y de fuera eran los clientes habituales de este establecimiento que se forjaba su carácter emblemático. Pero si una cosa despuntaba de Casa Carbonell eran los carteles publicitarios que Francesc Carbonell colgaba en épocas de rebajas: carteles rellenados de texto con mensajes reivindicativos entre líneas, todo esto en época franquista.
De rambla de Cataluña en Sant Cugat
El año 1977, Francesc Carbonell y su mujer dejan los antiguos locales para abrir la tienda a la rambla de Cataluña, 92, establecimiento icónico del eje comercial de la ciudad condal. Su tradición los merece la notoriedad que logran en el terreno de los artículos de piel y acontecen un símbolo del comercio barcelonés con clientas habituales como Mercè Rodoreda, la familia Samaranch o la Ensesa del hostal La Gaviota de Se Agaró.
Con la muerte de Francesc Carbonell en 2001, la familia renovó el contrato de alquiler, pero con el actual incremento de los alquileres en Barcelona, Casa Carbonell no ha podido hacer frente a los 15.000 euros mensuales que los piden y ha sido el punto de inflexión para cambiar.
Carbonell veraneaban a Valldoreix, hecho que propició que la hija de Francesc Carbonell, Lourdes Carbonell, acabara viviendo en Sant Cugat. Ha sido Lourdes quién ha decidido montar su establecimiento en la ciudad y así arrancar una nueva etapa de este negocio que disfruta de un carácter histórico y emblemático. Así es como empieza la nueva aventura de la familia Carbonell, entre los cuales también destaca la nadadora de natación sincronizada, Ola Carbonell.
Su fama y buen trato ya empezaban a arraigarse en la ciudad condal, y artistas como Josep Cusachs lo demostraban: los que tienen una edad seguro que recuerdan la gran pintura que decoraba la tienda de un caballo sin cola con la dedicatoria de Cusachs "Al bastero más honrado que he conocido".
Después de la Guerra Civil, el abogado Francesc Carbonell, hijo de uno de los fundadores, junto con su mujer reabrían Casa Carbonell a las calles Ancho y de Mallorca y se especializaban en maletas y bolsas de mano. Pintores como Fresnos-Cortés o Guinovart , entonces con pocos recursos, intercambiaban obras por maletas de Casa Carbonell, maletas que acabaron llenando de arte e historia.
Marquesas, condesas, la burguesía catalana y diferentes estamentos sociales barceloneses y de fuera eran los clientes habituales de este establecimiento que se forjaba su carácter emblemático. Pero si una cosa despuntaba de Casa Carbonell eran los carteles publicitarios que Francesc Carbonell colgaba en épocas de rebajas: carteles rellenados de texto con mensajes reivindicativos entre líneas, todo esto en época franquista.
De rambla de Cataluña en Sant Cugat
El año 1977, Francesc Carbonell y su mujer dejan los antiguos locales para abrir la tienda a la rambla de Cataluña, 92, establecimiento icónico del eje comercial de la ciudad condal. Su tradición los merece la notoriedad que logran en el terreno de los artículos de piel y acontecen un símbolo del comercio barcelonés con clientas habituales como Mercè Rodoreda, la familia Samaranch o la Ensesa del hostal La Gaviota de Se Agaró.
Con la muerte de Francesc Carbonell en 2001, la familia renovó el contrato de alquiler, pero con el actual incremento de los alquileres en Barcelona, Casa Carbonell no ha podido hacer frente a los 15.000 euros mensuales que los piden y ha sido el punto de inflexión para cambiar.
Carbonell veraneaban a Valldoreix, hecho que propició que la hija de Francesc Carbonell, Lourdes Carbonell, acabara viviendo en Sant Cugat. Ha sido Lourdes quién ha decidido montar su establecimiento en la ciudad y así arrancar una nueva etapa de este negocio que disfruta de un carácter histórico y emblemático. Así es como empieza la nueva aventura de la familia Carbonell, entre los cuales también destaca la nadadora de natación sincronizada, Ola Carbonell.