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Soundkik: el cliente convertido en discjòquei

La aplicación móvil innova en la relación entre el usuario y los propietarios de los locales, a través de la música

La aplicación se ha presentado en Barcelona en un ambiente festivo.
La aplicación se ha presentado en Barcelona en un ambiente festivo.
03 de Octubre de 2013 - 11:06
Act. 04 de Octubre de 2013 - 9:07
No hace ni una semana que han salido al mercado, pero el equipo de seis socios de Soundkik espera revolucionar la forma de interactuar con la música en espacios públicos. "A partir de ahora, los clientes son los nuevos discjòqueis del local", sentencia Quico Domingo, fundador de la aplicación.

La idea de Soundkik la tuvo Domingo, precisamente en un local decorado con una antigua jukebox, un reproductor de música popular en los Estados Unidos, durante la década de los sesenta. "Mientras sonaba un hilo musical pensé, porque no escoger la música que suena a través del móvil?", recuerda Domingo.

La inversión inicial ha estado de 50.000 euros, destinados al desarrollo y a la promoción de la aplicación. "Nos planteamos seguir los pasos de un plan de negocio y después ir a buscar inversión, pero al final decidimos invertir capital privado y lanzar una prueba piloto", comenta el fundador que remarca que "en el campo de las aplicaciones lo más importante es tener una demasiada crítica de usuarios".

Locales que apuestan por la música
El eje del proyecto es una playlist que crea el cliente de los establecimientos, a partir de la biblioteca musical que ofrece el local. La aplicación móvil destaca para ser "gratuita tanto por los usuarios como por los locales, que también se tienen que descargar el player, y para actuar como una red social". Según Josep Maria Ganyet, cofundador del proyecto, "Soundkik recupera la primera red social por excelencia, el bar, y se convierte en el espacio donde seguir las tendencies musicales de los amigos y locales preferidos".

El mercado anglosajón
Soundkik se ha presentado en Barcelona a finales de septiembre, pero la visión de sus socios ya es global. "Cuando hablas de tecnología y aplicaciones, tienes que tener una visión internacional a corto plazo", asegura uno de los fundadores. Domingo coge la perspectiva del Reino Unido , donde las jukebox continúan funcionando: "Nosotros lo vemos como una maquina del pasado pero para un gerente de una sala de Londres tener una jukebox le supone unos 400 euros extras al mes".

De momento intentan diversificar la tipología de establecimientos, desde bares, hasta un gimnasio, pasando por una peluquería. También están trabajando con discjòqueis: "No somos su competencia, somos un complemento a sus sesiones", concluye Ganyet.