Es la primera semana del programa Imagino. Kilos de carne, quètxup, mostaza, cerveza, coca-cuela, patatas fritas y otras marranades por el estilo. La temperatura es excelente: hace solo y estamos a unos 25 grados. En la sala de estar unos cuántos se acomodan al sofá viendo los partidos del mundial de fútbol. Afuera, al jardín la gente come, habla y río. Es lo 4th of July, día de la independencia americana, una de las celebraciones más importantes del país, y estamos en una barbeque en toda regla. Por el ambiente festivo nadie diría que nos encontramos a Palo Alto, el auténtico epicentro de Silicon Valley, la meca de la innovación en todos los sentidos. A pocos kilómetros hay Apple, Facebook, Google, Stanford University, eBay, HP y un llarguíssim etcétera.
Pero esta no es una barbacoa cualquiera. Si interactuamos un poco vemos que a Silicon Valley una barbeque es muy diferente a cómo sería a cualquiera otro lugar del mundo. La casa donde se celebra es dice Start-up Embassy, un hub de innovación que crearon dos españoles el verano del 2012, donde alquilan habitaciones para emprendedores de todo el mundo que necesitan alojarse a Silicon Valley durante unos días, semanas o, como máximo, un par de meses.
Los doce dreamers del programa Imagino estamos al·lucinats. Entre comer, bebidas, risas y el partido de fútbol, las businesscardos corren más rápido que el 4G. Todo el mundo explica sus proyectos, ideas, sueños e historias, todo el mundo busca sinergias con quienes los rodea, oportunidades donde nadie las hubiera imaginado. A la barbacoa hay de todo: unos venden de la India para buscar inversión; otros de Polonia para expandir su negocio en los Estados Unidos; otros polacos que están buscando nuevos partnerships de negocio; un chico que es medio italiano medio etíope que vive en California y que dirige una empresa con más de seis oficinas internacionales. Todo el mundo tiene un sueño, todo el mundo tiene su historia; desde giras internacionales por las mejores discotecas hasta haber compartido prisión en África con un pirata somalí! A todo el mundo le quema la mirada y le vibra el cuerpo en un ambiente 100% Californiano: más cool y más distendido que cualquier comida de domingo.
A Silicon Valley "good business must cordero good fun". Nada de vestidos elegantes, ni corbatas, ni salas de reuniones soporíferes. Las reuniones se hacen durante una caminata por paisajes idílicos de San Francisco, como hicimos nosotros antes de ir a la barbeque. Si de esta zona del mundo sale el que sale, es porque la gente realmente disfruta del que hace. Algunos incluso dicen que tienen la sensación de no trabajar nunca, simplemente dedican muchas horas en su hobby. Y por eso mismo, los dreamers de Imagine nos sentimos como si realmente estuviéramos dentro de un sueño, literalmente "California dreaming".